El Bosque de Los Colosos Sombrios

El Engaño del Bosque

Victor, agotado pero decidido, regresó al pueblo de La Sombra. El aire estaba claro, y la niebla que una vez cubrió el lugar había desaparecido. Las sombras ya no acechaban y la atmósfera parecía más liviana, como si un peso enorme hubiera sido levantado.

Víctor sabía que debía seguir adelante, aunque el dolor de las pérdidas y las batallas recientes aún pesaba en su corazón. Dejó una nota en la casa de Don Eusebio, explicando su partida y su promesa de regresar cuando hubiera encontrado una solución definitiva. Con un último vistazo al pueblo que había luchado tanto por proteger, Víctor se marchó.

Se dirigió a la parada de autobús y abordó un bus vacío, sintiendo una mezcla de alivio y tristeza. Mientras el vehículo se alejaba de La Sombra, Víctor miró por la ventana, viendo cómo el bosque se desvanecía en la distancia. La sensación de libertad comenzaba a llenar su mente, y por primera vez en mucho tiempo, sintió una chispa de esperanza.

Al llegar a la ciudad, se dirigió directamente a su apartamento. La familiaridad de su hogar le proporcionó un confort bienvenido. Se dio una ducha caliente, tratando de lavar los recuerdos oscuros del bosque de su mente y su cuerpo. La sensación del agua caliente sobre su piel lo reconfortó y lo relajó.

Después de la ducha, Víctor se puso ropa limpia y se dirigió a su cama. La tarde estaba hermosa, con la luz del sol filtrándose por las cortinas. Se acostó, dejando que la calidez de la tarde lo envolviera. Por un momento, se sintió en paz, creyendo que todo había terminado.

Pero entonces, algo cambió. Víctor abrió los ojos y vio que no estaba en su habitación. Estaba de vuelta en el bosque, rodeado por las sombras y el susurro constante del viento. La realidad se distorsionó y comprendió con horror que nunca había salido del bosque.

Todo había sido una ilusión, un cruel engaño del bosque para mantenerlo atrapado. Las sombras se cerraron a su alrededor, y el susurro se convirtió en una risa maliciosa. Víctor se dio cuenta de que la verdadera batalla aún no había terminado y que debía encontrar una manera de liberarse de la oscuridad que lo rodeaba.

Con el corazón lleno de determinación y miedo, Víctor se preparó para enfrentar los horrores del bosque una vez más. Sabía que no podía permitirse rendirse, no mientras las vidas de tantos dependieran de su valentía y su capacidad para superar la oscuridad.




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