El Bosque de Los Colosos Sombrios

El Pacto Oscuro

Cuando Víctor abrió los ojos, se encontró rodeado por figuras sombrías en el corazón del bosque. Frente a él estaban el padre de la iglesia, la mujer mayor de la biblioteca y un hombre que nunca había visto antes. Había una severidad en sus rostros, una mezcla de desaprobación y desesperación.

—Debiste dejar que el bosque hiciera su trabajo —dijo el padre, con una voz grave y autoritaria.

Víctor se levantó lentamente, sintiendo una mezcla de confusión y temor. No entendía por qué estas personas estaban aquí, pero la tensión en el aire era palpable.

La mujer de la biblioteca dio un paso adelante, su rostro marcado por arrugas profundas y ojos llenos de recuerdos oscuros.

—Hace mucho tiempo, una generación intentó acabar con el bosque —comenzó—. Fue un esfuerzo noble, pero el resultado fue casi la eliminación total del pueblo. Prendieron fuego al bosque, pero el bosque no permitió que el fuego se expandiera. Desde entonces, existe un pacto entre el pueblo y el bosque.

El hombre desconocido, con una mirada sombría, continuó la historia.

—Nosotros le entregamos al bosque a tres personas de afuera, y a cambio, el bosque no se lleva a nadie del pueblo. Nos deja vivir en paz cerca de su territorio. Ese ha sido el trato, un equilibrio frágil pero necesario.

Víctor sintió un nudo en el estómago mientras las palabras resonaban en su mente.

—Hasta que apareciste tú y tu maldita curiosidad —dijo el padre, su tono lleno de recriminación—. Tenías que saber de esto, pero invadiste el bosque, y al bosque no le gustan los intrusos. Por tu culpa, el bosque se llevó a diez personas del pueblo.

Las palabras lo golpearon como una bofetada. Sentía que el peso del mundo caía sobre sus hombros.

—Nosotros matamos a Don Eusebio porque lo estaba ayudando —confesó la mujer de la biblioteca, su voz cargada de dolor—. Sabíamos que no podíamos permitir que esta verdad se extendiera.

Víctor se quedó sin palabras, procesando la traición y el horror de sus acciones. Los tres continuaron explicándole lo que había descubierto sobre las sombras.

—Las sombras son los desaparecidos que el bosque consumió —dijo el hombre desconocido—. Están atrapados para siempre, vagando en el bosque. Y el árbol que intentaste cortar no era el árbol gigante.

La niebla alrededor de ellos comenzó a expandirse, revelando un árbol aún más grande y aterrador en la distancia. Su tamaño era imponente, y parecía pulsar con una energía oscura.

—Nosotros nos encargaremos de que este secreto no sea divulgado por ti —dijo el padre, su tono final y decisivo.

Víctor sintió una desesperación abrumadora mientras observaba el inmenso árbol y la determinación en los rostros de las personas frente a él. La verdad era más oscura de lo que había imaginado, y su lucha estaba lejos de terminar.




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