El Bosque De Los Espejos

El Bosque de los Espejos

Había una vez, en un mundo donde los árboles cantaban y las piedras contaban cuentos, dos hermanos llamados Jair y Jazmín. Aunque compartían la misma sangre, eran muy distintos. Jair vivía con su papá en el campo, le gustaban los caballos, el silencio y los libros de aventuras. Jazmín, en cambio, vivía con su mamá en la ciudad, amaba los colores, la música y bailar bajo la lluvia.

Un día, ambos fueron invitados a pasar las vacaciones en casa de su abuela, quien vivía en las montañas. Allí, entre colinas verdes y cielos infinitos, se reencontraron.

—¡No toques mis cosas! —decía Jair, ordenado y serio.
—¡Ay, qué aburrido eres! —respondía Jazmín, siempre riendo y llena de ideas alocadas.

La abuela, sabia como un búho viejo, los escuchaba discutir y les dijo una mañana:

—¿Quieren conocer el Bosque de los Espejos?

Los dos asintieron, intrigados. Era un lugar del que la abuela hablaba en cuentos, donde todo lo que uno sentía por dentro se reflejaba en los árboles.

Al llegar, los espejos colgaban de las ramas como frutas de cristal. Jair vio su reflejo: parecía una torre de hielo. Jazmín vio el suyo: un torbellino de colores.

Pero entonces, el bosque se oscureció. Una niebla espesa lo cubrió todo. Un espíritu antiguo, el Guardián de los Reflejos, apareció ante ellos.

—Solo los que caminan juntos podrán salir —dijo con voz de viento—. Pero ustedes caminan solos, cada uno por su lado.

Jair y Jazmín se miraron. Por primera vez, vieron lo que no habían visto antes: Jair vio en su hermana la alegría que a veces le faltaba, y Jazmín vio en su hermano la calma que a veces necesitaba.

—Perdón por no escucharte —dijo Jair.
—Y yo por no entenderte —respondió Jazmín.

Se tomaron de las manos. Los espejos empezaron a brillar, reflejando no sus diferencias, sino lo que los unía: su historia, sus juegos de cuando eran más pequeños, y el amor que aún estaba allí, escondido bajo los enojos.

La niebla desapareció, y el bosque cantó con alegría.

Desde entonces, aunque vivieran en lugares distintos y fueran diferentes como el día y la noche, Jair y Jazmín sabían que nada era más importante que ser hermanos… y estar unidos siempre.

Fin.



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En el texto hay: fantasia aventura y magia

Editado: 04.06.2025

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