El Bosque de Los Espejos

Capítulo 16

Ian

Liam y yo fuimos al despacho de Videl para reportar nuestra misión. La saludamos y ella nos recibió con abrazos y sonrisas cálidas como siempre lo hace. Zev acaba de llegar y se quedó al lado de ella con muchas carpetas en sus brazos y las puso sobre el escritorio.

—¿Cómo han estado en su misión?–preguntó Videl mientras nos sentamos en las sillas.

—Fue muy fácil–respondió Liam animado–Estuve en el mundo humano unas horas y por fin encontré a los tres vampiros que han secuestrado diez humanos hace días y los descuarticé a todos uno por uno y los humanos regresaron a casa sanos y salvos.

—Siempre tan orgulloso en sus misiones–dijo zev con tono bulón.

—¡Oye!, pero lo menos pude cumplir la misión–Liam se quejó.

—¿Y la bruja borró sus recuerdos?

—Sí. Claro que sí.

—¿Y tú Ian?–me miró Videl–¿Te fue bien en tu misión?

—Sí–respondí serio–Pude encontrar al Ghoul que comió algunos humanos y lo maté antes de comer a un niño de 8 años que llegó a casa a salvo con sus recuerdos del suceso borrados.

—Excelente. Supongo que les fue de maravilla. Los felicito–cerró sus ojos sonriendo orgullosa. Siempre está orgullosa de nosotros por ser los mejores agentes que no hemos fallado en ninguna por 100 años.

—¿Y yo qué?–se queja Zev hiriente–Yo también hice un buen trabajo¿Por qué no me felicitó?

—Tú sólo organizaste carpetas.

—¿Pero ni siquiera unas felicitaciones?

—No.

Zev puso una mueca de recibirse un flechazo por esas palabras. Solté una risa. Videl volvió abrirlos y me miró de nuevo con tono de preocupación.

—Ian ¿Cómo te has sentido últimamente?

Mi sonrisa se borró.

—No tuve problemas–respondí. Aunque no todo es cierto; estuve teniendo mucho dolor de cabeza en las noches. Pero el resto está bien. No tuve muchos problemas con mi condición. Cambio de tema–Pero lo que sí tuve problemas fue con el Ghoul. Se puso muy complicado la última vez que derroté a uno.

—¿Complicado?¿Por qué? Los Ghouls no son rivales para tí.

—Oh, es cierto–mencionó Liam pensativo–los vampiros tampoco no eran rivales para mí y aún así, también tuve complicaciones a pelear con los tres.

—¿Y qué tipo de complicaciones tuvieron?

—Estaban muy alterados y agresivos. Ojos rojos. Con venas rojas y brillantes. No eran así antes de...

—¿Antes de qué?

—Antes de que tomaran algo–completé su oración–Durante la batalla con el Ghoul, era muy fácil derrotarlo, y cuando se dió cuenta de su desventaja, tomó algo lo que hizo más alterado y más agresivo. Y puedo estar seguro que esos tres vampiros que mató Liam hicieron lo mismo.

—No eran los únicos que se volvieron muy agresivos–Zev agarró algunas carpetas, nos la pasó y la abrimos viendo los reportes de algunos agentes–Todos y cada uno de los agentes reportaron lo mismo de lo que suceden los demonios. Dijeron que antes o durante la batalla entre ellos, vieron un movimiento extraño en los demonios que los pusieron más alterados, más peligrosos y más agresivos que antes. Algunos de los agentes quedaron heridos pero pudieron matarlos. Nadie supo el por qué y cómo, pero lo que ustedes explicaron puede ser uno de ellos.

Videl se sorprendió.

—¿Y supiste que era lo que estaban tomando?

—Yo sí–Liam sacó algo de su bolsillo y lo puso en el escritorio. Era una pequeña bolsa con trozos pequeños rojizos–Lo encontré después de acabar la misión. Recogí todo lo que pude, estaba casi pulverizado por la pelea y fue muy difícil recoger todas las piezas. Esto puede ayudarnos a tener una pista.

Zev agarró la bolsa, la abrió y la olfateó para identificar que era. Puso una mueca de asco y puso la bolsa de vuelta al escritorio sacudiendo su nariz.

—No sé qué puede tener con esto si ya está hecha polvo–gruñó Zev–¡Además, esto huele a sangre podrida!

—Era obvio, Zev. ¡Eran de los vampiros!

Agarré la bolsa y la observé por si por lo menos puede ser el mismo en el tenía Ghoul.

—Tiene el mismo color–comenté sin dejar de mirar los trozos determinadamente–, pero no puedo estar completamente seguro que este puede ser lo ví. Tal vez si investigamos más podríamos...

No pude terminar mi oración ya que un fuerte dolor invadió desde mi cabeza hasta mi cuerpo. Unas imágenes llegaron en mi mente. Imagenes horribles de última guerra que estuve.

El Bosque de Los Espejos destrozado. Cielo carmesí. Sonidos de espadas y gritos de gente inocente. Y por último... una chica que murió frente a mí. Murió en mis brazos con su cálida sonrisa y sus ojos sin vida.

Volví a la realidad siendo llamado por mi nombre y me levanté de golpe muy asustado. Veo que todos me miran alterados y siento mis ojos arder con unas lágrimas a punto de salir.

—¿Ian estás bien? Tus ojos se volvieron rojos–Videl se había levantado del asiento e intentó acercarse a mí como mi hermano también lo hace, pero retrocedí un paso todavía teniendo esa escena repitiendo en mi mente una y otra vez, sintiéndome alterado a punto de perder el control. Ellos se detuvieron.

—¿Hermano?–preguntó Liam sin siguiéndome callado.

—Disculpen–pude hablar, puse la bolsa sobre el y salí de la oficina rápido hacia mi habitación.

Liam me siguió después de que salí. Llegamos a mi habitación y él cerró la puerta con seguro. Me quedé parado, tratando de calmarme. Sentí sudor frío en mi cuerpo, no respiro bien y todavía siento mis ojos arder. Estoy a punto de tener un ataque de pánico. O tal vez ya lo tengo. Es uno de los síntomas de mi maldita condición. Después de la tercera guerra, se ha complicado más agregando el ataque de pánico como síntoma, causado por uno o más traumas que tuve según Videl. Estaba viviendo tan bien sin tener esos síntomas ¿Por qué ya se está volviendo a pasar pero peor?

—Tranquilo hermano. Calma–susurró poniendo sus manos en mis hombros–No dejes que tu lado demonio te torture internamente. No dejes que te tortures a tí mismo.




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