Capítulo 18

Liam

Unas horas después de la fiesta, llevé a Rachel de regreso a su casa, me despedí tomando su mano y regalé un tierno beso en su mejilla. Se sonrojó como un tomate y yo me reí. Cuando entró a su casa, empecé a caminar mientras busco el aura de Ian. Lo encontré en su habitación pero ya estaba durmiendo, entonces hablaría con él mañana. Iba a ir a mi habitación a ducharme y cambiarme, pero ví a Aranza caminando descalza con sus tacones agarradas en su mano dirigiendo a su habitación muy cansada y tambaleando de un lado a otro.

—Hey, ¿Por qué caminas así?¿Acasos estás borracha?–me acerqué a ella y le abrí la puerta.

—Gracias–entró a la habitación–¡Mis pies me están matando!, nunca caminé en tacones–se queja y me reí.

—¿En serio?¿Por eso caminas así?

—¿Con qué otro motivo sería?–deja caer sus tacones al piso y se sienta en la cama aliviada.

—No lo sé, pensé que bebiste algo.

—No tengo edad para beber.

—Pero hay adolescentes que beben alcohol en muchas fiestas sin importar la edad que tengan.

—Yo no soy como ellos–dijo tranquila mientras intenta soltar su peinado. La mitad de su cabello está recogido con unas trenzas formando un muño muy bonito con flores. Es un peinado muy bonito.

—No lo hagas así, te vas a lastimar e incluso perder tu cabello.

—Lo sé, pero es muy difícil despeinarlo–se queja un poco. Solté una risita.

—A ver... déjame ayudarte o si no te quedarás sin pelo–me senté en la cama al lado de ella. Se puso de espaldas y empecé a jugar su cabello soltando poco a poco el peinado–Este tipo de peinado es muy fácil¿Por qué se te dificulta?

—Porque no estoy acostumbrada hacer peinados. Puedo hacer una o dos trenzas simples y coletas de caballo, pero siempre llevo el cabello suelto.

—Y entonces¿Por qué no fuiste al evento con el cabello suelto?

—Una de las sirvientas quería peinarlo. Me dijo que mi cabello es hermoso y que con ese peinado me quedaría muy hermosa.

—Eres una mujer muy amable. Tan amable que te quedaste muy hermosa con ese peinado.

—Gracias–susurró.

Igual que Natsume.

Pensé sonriendo nostálgico. Literalmente tiene todo de Natsume. Un rato después, deshice el peinado soltando el cabello largo como una linda cascada cayendo hacia su espalda terminando en mechones ondulados. Aranza volteó a verme y pasó sus manos por el cabello.

—Gracias. Tú también eres muy amable–sonríe.

—De nada; siempre soy amable—sonreí contento–no pudiste deshacer el peinado, ¿Pero puedes hacerlo con el vestido simple y medieval? Porque eso no es mi trabajo y va más allá de mi amabilidad–ella se ríe.

—No, no hace falta. Puedo hacerlo sola.

—Entonces me salvé; Ian me mataría si haría eso–hablando de Ian–Por cierto, estuviste buscando a mi hermano ¿verdad?¿Por qué?¿Pasó algo entre ustedes dos?–ella suspira y se sonroja un poco.

—Es que... él me estaba enseñando a bailar... iba muy bien, incluso las veces que lo pisé–solté una risita–No es gracioso, nunca he bailado–hizo un puchero golpeando mi hombro con su mano–Íbamos muy bien–continuó–pero... sentí algo que nunca lo experimenté.

—¿Y qué es?–pregunté intrigado.

—No lo sé... pero Ian también lo estaba sintiendo e... iba a besarme–lo último murmuró.

—¿Qué?–dije un poco sorprendido.

—Iba a besarme–lo repitió con las mejillas tan rojas como tomate–, pero algo lo detuvo y se fue. No sé qué pasó, pero de alguna manera, sentí un deja vu muy fuerte entre él y yo. Es como si...hay una fuerte conexión... algo que tuvo entre Natsume e Ian. ¿Me entiendes?

—Claro que te entiendo.

—¿Hubo algo así entre ellos en el pasado?

—Algo así...–dije pensando–Es personal acerca de mi hermano y la clase de relaciones que tenía tanto en amistad como algo más allá de la amistad. Pero como que eres la reencarnación de Natsume, te diré esto: la relación que hubo entre ella y él es muy especial... tanto que no quisieron separarse por un momento porque se querían mucho el uno a otro...y él fue el más afectado por la muerte de Natsume. Desde ese día no volvió a hacer el mismo de antes. Hasta que apareciste tú y él se está cambiando a su él original...y eso me alegra.

—¿Eso sería porque tengo el total parecido a Natsume?–sonó curiosa y un poco triste.

—Eso no lo sé... pero sin importar que tan pareces a Natsume, eres diferente...y a Ian, creo que siente algo por tí. No puedo decir el por qué, porque es muy personal...pero me responderás esta pregunta:¿Tú, como Aranza... sientes algo por él?

No respondió y el silencio llegó a la habitación. Para los humanos, es demasiado apresurado enamorarse de una persona que acaba de conocer, porque tienen un instinto que les dice una opinión acerca de esa persona, que si es buena o mala a medida que lo conozca...y por lo cruel que es el mundo humano, y también el mío, conocer a alguien es como estar en un juego que requiere suerte...mucha suerte. Como en los casinos lanzando dados en la mesa para que saque un siete, o lanzando una moneda para que caiga al suelo y ver si salió cara o sello...o incluso en ese juego llamado "gira la botella" para retar a la persona que fue señalado a la botella de tu desafío... teniendo buenas o malas intenciones... siendo buena o mala persona que le tocó. Hasta hay algunas personas que es mala suerte enamorarse de alguien muy apresurado, ya que puede sufrir consecuencias, como el abuso sexual, maltrato, secuestro, asesinato, desaparición, infidelidad, estafa, fraude, entre otras cosas más... solo uno o pocos de ellos pueden tener algo de buena suerte y vivir felices durante un largo tiempo. Así es mi mundo, los seres mitológicos no se trata mucho de suerte...se trata del destino. Ese destino elabora un plan para que esas dos personas se encuentren y que se enamoren, sin importar el tiempo que llevan conociendo...solo el destino deja en buenas manos a la persona que te amará sinceramente en el futuro. Y cuando se conocen a primera vista, ya se dan de que es su media naranja, su verdadero amor... los que en este mundo los lobos los llama Mate y Luna por ejemplo; los humanos de aquí también los llama como Marido y Mujer; y algunos los llaman Elegidos, como también lo llaman a los angeles y demonios. Los ángeles les llaman Elegidos y Amor Divino; casi nunca se enamoran, solo dejan que el destino escoja a su indicado haga señales, sensaciones e instintos para que cuando ya tenga a su Elegido, lo busca da el amor a primera vista. A los ángeles guardianes les tiene prohibido de enamorar a los humanos que los protegen, porque (sin motivo) es muy complicado y difícil para ellos, pero a los que ya se enamoraron de un humano que lo protege, tiene que avisarle a los Líderes Guardianes, para decidir si aceptar ese amor entre el humano y el ángel guardián, o rechazarlo y reemplazar otro ángel guardián. Cruel, pero son muy estrictos con las reglas, que si uno de ellos no los cumplen, será enviado al mundo de los demonios como destierro o decapitarlos. Locas reglas, pero así son.