Capítulo 19

Aranza.

A caer en el mundo de los sueños, he empezado a tener unas imágenes aleatorias un poco borrosas. Principalmente estaba Natsume en el Bosque de los Espejos con alguien más a su lado, sonriendo con mucho amor y cariño. Me centré hacia esa persona y me sorprendí a ver quien era. Era uno de los gemelos. No sé si es Liam o Ian. Sus ojos brillan con intensidad, su sonrisa era grande que formaba hoyuelos en sus mejillas un poco sonrojadas. Se veía muy felíz. ¿Ese es Liam?Más imágenes de ellos llegaron en mi mente. Uno desde niños, asuntos buenos y malos. Hasta que se divertían entrenando defensa personal y hasta ellos en bosque tomándose de las manos mientras se miraban con muchos sentimientos fluyendo a su alrededor. Liam tiene razón: su relación era especial...muy especial. Luego llegó una imagen que quita el ambiente.

Bosque desértico. Árboles secos. Cielo carmesí.

Es el mismo sueño que tuve antes de ir al mundo de los seres mitológicos. La brisa fría me causa escalofríos por todo el cuerpo, gotas de lluvia golpeando mi cara a alzar mi cara hacia el cielo nublado rojizo. Miré lo que estaba unos metros lejos de mí. Habían dos personas. Un hombre y una mujer. ¿Es Liam o Ian? Y está aferrando a una mujer abrazando con mucho dolor tristeza. Observé la mujer.

Era Natsume.

Me tapé la boca con mis manos evitando un grito de susto y sorpresa. Ya entendí lo que estoy viendo: era Natsume muerta en brazos de Ian llorando por perderla mientras la abraza con mucho dolor y pérdida. Sentí mis lágrimas recorrer en mis mejillas, mi labio tiembla con mis manos y mis piernas queriendo desmayarse. Veo los ojos de él, que todos las imágenes los veía muy brillantes cuando estaba cerca de Natsume, y ahora los veo muy apagados y oscuros.

Me desperté con muchas lágrimas en mis mejillas, llorando por el dolor que sintió Ian sobre la muerte de Natsume. Sentí que Natsume me lo enseñó con los mismos sentimientos que siento ahora. Y lo del baile que tuve con Ian, no solamente era un Deja vu que sentí...eran los sentimientos de Natsume que fluía todo mi ser, mostrando amor, nostalgia, alegría. Y cuando él iba a besarme, recordó a Natsume que lo afectó mucho y se fué.

Han pasado unos días después del evento, y últimamente el ambiente se puso tenso entre la reina Videl y los gemelos. No he hablado mucho con ellos. Liam que antes andaba de buen humor, ahora andaba muy pensativo y muy ocupado, como también lo está Ian, pero más callado y casi siempre está ausente cuando quiero hablar con él. ¿Qué está ocurriendo?

Tendré que hablar con Ian hoy. Tengo que hablar con él. No sé quién era el que estuvo con Natsume viva y muerta, pero han sufrido mucho por ello.

Me levanté de la cama secando mis lágrimas, me cepillo los dientes, me vestí un nuevo vestido que me lo compró Nishino y me encantó. Salí de la habitación y bajé a desayunar con mi padre. Casi nadie estuvo durante el desayuno; solo estuvo Nishino y su hija acompañándonos en silencio. Al terminar el desayuno, fuí a la oficina de la reina Videl para saber lo que está pasando, porque no puedo seguir así con el ambiente muy tenso y preocupante. Llegué e iba a tocar la puerta, pero escuché la reina Videl y los gemelos hablando con más personas que están ahí.

—Debe haber una explicación–dijo un chico.

—Yo también pienso lo mismo. Todos pensamos los mismos. Pero no nada nos está dando esa respuesta por lo que está pasando en el bosque–dijo la reina Videl.

¿Bosque?¿Qué pasó el bosque?

—No te centres alrededor, céntrate a tí, que tú estabas encargada de vigilar algún movimiento extraño en el bosque y evitar que los fantasmas desaparecieran–dijo un señor mayor molesto–, porque gracias a ese descuido, han desaparecido 15 almas en solo cinco días correspondientes sin dejar rastro.

Me estremecí cuando lo escuché.

¿Están desaparecidos?¿Cómo?

—Señor, debe calmarse un momento–dijo otro que trata de tranquilizar al hombre mayor.

—¡Cómo me voy a calmar sabiendo que esas almas desaparecieron y que gracias a eso, los humanos sufren por la pérdida de sus hijos recién nacidos por su culpa!

Hubo un silencio. Luego sentí un instinto de que alguien va a salir. El miedo se apoderó de mí y corrí rápido en silencio para no ser descubierta, pero cuando doblé la esquina para bajar las escaleras, alguien me atrapó poniendo su brazo alrededor de mi cintura soltando un grito de susto, con mi cuerpo pegado al suyo. Miré al rostro de la persona.

—¿Qué estás haciendo?–Ian me preguntó neutro. Sentí mis mejillas enrojecer mucho teniendo mi corazón latiendo con fuerza.

—Yo...–dije nerviosa pensando una excusa–Me acordé que iba a salir con Rachel para que me siga enseñando la ciudad hoy y lo olvidé por completo y ella debe estar esperándome–intenté soltar el agarre y empezar a correr, pero él aferra el agarre.

—No te creo. Sentí tu aura en la puerta ¿Qué estabas haciendo allá?–dijo duro.

—Yo iba a avisarles que iba a salir.

—Tu aura se mantuvo en la puerta por mucho tiempo. No mientas. Habla yá.

Seguí callada un momento y él sólo esperaba pacientemente mi respuesta. Al rato suspiré rendida y le confesé.

—Iba a hablar contigo–dije avergonzada–Desde hace días lo intenté pero últimamente tú y tu hermano han estado y ocupados y ausentes. En especial a tí. Así que fuí a donde estaban para preguntarles lo que estaba pasando y no pude evitar escuchar. Perdón.

Él estuvo quieto un rato mirándome. Suspiró cerrando sus ojos y dijo.

—No me molesta que seas curiosa. Lo que me molesta es me has mentido y puedo saber cuando mientes o no–abre sus ojos mostrando un brillo hermoso en ellos–Puedes mentir a cualquiera que quieras, incluso a mi hermano, pero sé sincera conmigo la próxima¿Vale?–asentí viendo sus ojos con admiración. Me gusta mucho sus ojos. Es como si fuí hipnotizada por ese hermano brillo ámbar que brillan como si fueran diamantes. Soltó el agarre de mi cintura y tomó mi mano con suavidad–vamos–caminó llevándome con él de regreso hacia la oficina de la reina Videl con los demás. Iba a preguntarle algo pero él ya me lo respondió–si quieres saber lo que está pasando, entonces ven conmigo y lo sabrás.