Múurem miró fijamente a Dúnkan y suspiró mientras se despegaba de la mesa y la rodeaba-. Dúnkan, aunque me gustaría terminarlo, tenemos asuntos más importantes que llevan prioridad. -dijo poniendo la mano sobre su hombro.
Dúnkan apretó los labios y respiró profundamente-. De acuerdo. ¿Que haremos entonces? -preguntó únicamente Dúnkan.
Múurem pasó a su lado y caminó hasta la puerta-. Nuestra prioridad ahora es que ustedes tres puedan desarrollar la forma física de su poder. -dijo mientras volteaba a ver a Sarha y Diana.
-Entonces que así sea. -sentenció Iker. Se apartó de la mesa y se retiro rápidamente del lugar-. Zakt Múurem, si me permite, me gustaría ser la primera en entrenarlos. -dijo Erza mientras se acercaba a él.
Múurem la miro fijamente y asintió con la cabeza-. De acuerdo. Empezaran al romper el alba. -dijo mientras caminaba hacia la puerta.
-De hecho pretendía empezar ahora. Si es tan peligroso cómo pensamos entonces no tenemos tiempo que perder. -le dijo con un extraño tono de alegría. Múurem la miró por sobre su hombro y abrió la puerta-. Perfecto.
Erza se quedó con todos los jóvenes en la habitación-. Muy bien, siganme, vamos a un lugar más adecuado para entrenar. -dijo mientras caminaba hacia un costado de la habitación.
-Veamos ¿Cómo era? -se preguntó. Levantó un poco la cabeza y luego levantó el dedo índice y apunto a la pared-. ♪•• ••• • ••• •• ••♪ -murmuró.
La pared comenzó a moverse de manera siniestra y cambió a un color negro, como si se estuviera pudriendo-. ¿Que fue eso? -preguntó Ericka mientras se acercaba a Erza.
-Oh disculpa. Lo que hice fue un conjuro propio, impronunciable a lengua humana. -explicó con una sonrisa-. ¿Conjuro propio? -preguntó aun asombrada-. Tranquila ahí jovencita, te entrenare a ti también.
Los jóvenes se acercaron y observaron la mancha que se había formado en la pared-. ¿Que es esto? -preguntó Sarha.
Diana se acercó y contestó antes que su madre-. Un pequeño mundo que mi madre creo puedes llamarlo... -antes de terminar Dúnkan la interrumpió sin aviso-. Unus mundus. -dijo viendo directamente la mancha.
-Si, eso es. -dijo Erza con asombro-. ¿Cómo lo sabes? -le preguntó esta vez con un notorio interés. Dúnkan se puso nervioso y tragó saliva-. He leído sobre eso. -se limitó a decir.
-Bueno, es exactamente lo que dijiste, y yo soy la única que puede abrirlo de ambos lados. -dijo con una siniestra sonrisa-. Vamos, tenemos que entrenar. -dijo mientras aplaudía.
-Entren ahora. -empujó con fuerza a Ericka hacia la mancha y esta la atravesó cómo una espesa masa negra-. Tu sigues. -dijo y empujó a Dúnkan de igual manera.
† † †
La sensación se expandió por el cuerpo de Dúnkan, sentía como una viscosa sustancia lo abrazaba y lo envolvía completamente. La sensación duro un corto instante, pero había sido el instante más eterno de su existencia.
Sacó la mano y sintió una ligera brisa bañar esta. Poco a poco su brazo fue bañado hasta que su rostro salió y de igual manera fue bañado. Al abrir los ojos observó un extenso suelo de piedra caliza.
Todo mas allá de eso era oscuridad, desde el horizonte hasta el zenit. Desde la nada hasta el todo.
Ericka se encontraban de pie, observando hacia el cielo por detrás de Dúnkan. Cuando se dio la vuelta observó a Sarha salir, seguida de Diana y por ultimo Erza.
Detrás de ellas, en lo alto, había una luz, un punto luminoso en el cielo que dejaba verse claramente-. Aquí podremos entrenar a gusto. Explayarnos sin problema. -dijo Erza mientras caminaba y extendía los brazos y señalaba todo el lugar.
-Empecemos lo más pronto posible pofque desgraciadamente el tiempo aquí no transcurre más lento, ojala fuera inexistente, pero creanme cuando les digo que aquí todo es maná. Así que cualquier cosa que yo haga aquí se amplificara. Eso no les pasara a ustedes, en cambio suprimirá su poder, así se tendrán que esforzar el doble o triple. Así que no debemos desperdiciar más tiempo y entrenemos. -dijo mientras se paraba frente a todos.
-Veamos. -dijo mientras apuntaba con el dedo a sus aprendices uno por uno-. Ataquen todos al mismo tiempo. -dijo mientras hacía un puño.
Los cuatro jóvenes se vieron los unos a los otros confusos. Regresaron los ojos hacia Erza, quien esperaba tranquilamente por ellos.
En cuanto Ericka se puso en posición, Erza hizo un ademán con su mano y creó una esfera de cristal color azul que lanzó velozmente hacia Ericka.
Su primera reacción fue intentar detenerla, pero al tocarla todo su antebrazo se vio sumergido en un bloque de hielo. Diana observó sorprendida lo que había hecho su madre.
Cuando regresó la vista Erza estaba frente a ella-. Sin piedad. -le dijo envolviendo su mano en una extraña energía transparente. Cuando esta entró en contacto con el abdomen de Diana, ella salió despedida varios metros lejos del lugar.