Y un grito de mujer se oyó en la oscuridad.
Un año atrás, en la aldea de E... ,un joven matrimonio se había mudado con sus dos hijos hermosos. Vivían en lo profundo del bosque, rodeado de la naturaleza, en una casita de madera humilde y sencilla.
Era una familia feliz, disfrutaban de la vida al natural, cultivaban su propia huerta, cuidaban los animales de su granja y sólo se acercaban al pueblo para intercambiar sus productos por alguna mercancía necesaria.
Una noche a fines del invierno, los aldeanos se juntaron cerca del bosque a festejar el inicio de la primavera. Muchos encendieron fogatas y bailaron alrededor de ellas. La intención era apagarlas apenas terminará el festejo para evitar los incendios forestales.
Sin embargo, una fogata quedo a medio a mitigar y una de las chispas cayó sobre el pasto seco propagando el fuego rápidamente.
Los animales huyeron asustados, el padre salió corriendo a buscar agua para aplacar el fuego. La madre intento salvar a los niños que dormían en la planta alta de la casa. Pudo llegar a la habitación pero no pudo bajar porque el fuego había prendido la escalera precaria de madera.
Buscó una nueva salida pero las ventanas estaban selladas y no encontró nada con que romper los tablones de madera que tapaba las ventanas. El padre desesperado intento, desde afuera, rescatar a su mujer y a sus hijos, pero no pudo, no halló la escalera de mano. Quiso trepar pero las paredes de madera estaban demasiado calientes y se quemaba las manos.
Al final, se decidió por entrar pero al hacerlo quedó atrapado en un hongo de fuego. Todos fallecieron en ese trágico accidente y desde ese día en lo profundo del bosque se oye un grito desgarrador de mujer, pidiendo que salven a sus hijos.
Desde ese día, todos los aldeanos de E... duermen con un ojo abierto esperando a la mujer que grita reclamando venganza por la muerte de su flia.
Desde ese día el bosque está maldito y nadie descansa en paz.