-¿Mamá?- preguntó el pequeño pelinegro de no más de 7 años.
-Dime- contestó ella terminando de lavar los platos del almuerzo.
-¿Cuando vamos a salir?, Estoy aburrido- reprochó recostándose en la mesada de la cocina.
-Lo sé cielo, iremos cuando llegue tu padre. No te angusties, es tu cumple, por supuesto que saldremos- ánimo al niño.
El solo sonrió, se levantó y se marchó a su cuarto.
-Bueno, al menos te tengo a ti Chyru- pensó mientras se acercaba a acariciar a su mascota, un gordo gato de color naranja con varias manchas tanto marrones como negras y blancas, y una notoria mancha marrón cubriendo su ojo derecho como un parche que dejaba ver su ojo.
El animal ya hacía echado en la cama, con las patas escondidas bajo su largo pelaje.
-¿Quieres jugar a algo Chyru?- preguntó el infante a la mascota- ¿Y si jugamos a atrapar el ratón?- el pequeño tomo una pequeña cuerda con un ratón de peluche atado al final, y comenzó a moverlo tentadormente para atraer a Chyru, a lo que esté respondió con un ligero ronroneo seguido de varios saltos para intentar atrapar al pequeño juguete.
Pasaron las horas y el padre del niño aún no llegaba, este agotado y a su vez aburrido decidió encontrar diversión en otra parte, tal vez sus sueños no serían tan aburridos como la realidad, se subió a la cama y con cuidado arropó al gato a su lado. Pronto ambos se encontraban en un profundo sueño, que fue interrumpido por el llamado de la madre del niño.
-Carel, llegó tu padre. Apróntate para salir.
Carel respondió a su madre con un ligero bostezo.
-Voy mamá- se levantó aun somnoliento y se puso sus zapatos. Bajo las escaleras y se quedó parado en el último escalón, observando al hombre que se encontraba abajo.
No parecía muy viejo, no más de unos 36 años, su cabello era negro, así mismo sus ojos. A pesar de ser corpulento se notaba su delgadez. En ese momento se encontraba vestido con una camisa blanca, acompañada de un chaleco azul, unos pantalones grises y zapatos de cuero marrones.
-¿Vendrás a saludar o no pequeñuelo?- preguntó apoyando una de sus rodillas en el piso para quedar más a la altura del niño.
-¡¡Papá!!- gritó Carel emocionado, abriendo sus brazos y corriendo a los de su padre- Te extrañé papi, te extrañé.
-También yo hijo. Entonces, ¿Vamos a salir cumpleañero?- sonrió separándose de su hijo y tomándole de los hombros- tengo cientos de actividades planeadas para hoy.
-¡¡Yeiiii!!!- aplaudió el infante.
-Me alegro que hayas llegado, sabes lo ansioso que se pone Carel cuando no estás- está vez hablo la esposa del hombre. El se paró y la saludo con un beso.
-Lo sé, en fin...¿Estás lista?, Quiero llevarlos al cine.
-¿No te costará mucho?.
-No importan los gastos si es por ustedes.
-Eres muy lindo...está bien... vamos.
Y así lo hicieron, los tres partieron en camino al cine. No tenían auto, así que fueron caminando, de igual forma no quedaba muy lejos, a unas cuadras no muy lejanas.
-Bien, ¿Que película quieren ver?- preguntó el hombre de familia.
-Que Carel decida, hoy es su día- respondió la esposa.
-Muy bien, ¿Carel?, ¿Que Quieres ver?.
-¿Podemos ver...?- sus palabras fueron cortadas por el estruendoso sonido de disparos.
-¡¡Vamos, vengan!!- habló el padre alertado, mientras intentaba conducirlos a un lugar seguro.
-Denme todo lo que tengan- los detuvo uno de los malhechores- ¡¡RAPIDO, ¿QUE ESPERAN?- gritó apuntándoles, de inmediato ambos padres respondieron, y comenzaron a quitarse pulseras, anillos, o cualquier cosa de valor, para entregárselo.
Una vez que las propiedades estuvieran en las manos del hombre con pasamontañas les apunto con el arma.
-Gracias por los regalos- sonrió antes de darles un balazo a ambos que acabaría con su vida. Salió corriendo al escuchar las sirenas de los policías que se acercaban a la escena.
-¡¡MAMI, PAPI, ¿QUE PASA?, ¿POR QUE NO DESPIERTAN?!!- lloraba el pequeño sacudiendo los cuerpos de los que alguna vez habían sido sus padres- POR FAVOR MAMI, NO ENTIENDO QUE PASA, DESPIERTA MAMI- giró la cabeza y comenzó a sacudir a su padre- PAPI, ¿QUE LE PASA A MAMI, ¿POR QUE NO DESPIERTA?, ¿POR QUE TÚ NO DESPIERTAS?.
-Niño, no puedes estar aquí, vamos- se acercó un policía mientras retiraba al infante de la horrorosa escena.
-NOOOO, SUELTEME, DEJEME, AYUDE PRIMERO A MIS PAPAS, NO DESPIERTAN- el oficial casi no presto atención a las palabras de Carel, nada más lo arrastraba lejos de sus padres- ¿POR QUE NO HACE NADA?, ALGO LES PASO, POR FAVOR, AYUDELOS SEÑOR- pese a las súplicas del niño, el oficial siguió sin prestarle atención, lo llevó hasta una ambulancia, donde lo dejo sentado y de inmediato una enfermera lo atendió.
Lo llevaron a un orfanato, no tenía más familia que pudiera cuidar de el. En el lugar, aunque lo acogieron bien, aún no lograba sentirse cómodo, lloraba desconsoladamente en la cama, con la idea de que jamás volvería a ver a sus padres, y todo en el justo día de su cumpleaños.
-Esto no se va a quedar así, el señor que hizo esto la va a pagar muy, muy caro- pensaba dominado por la ira y sed de venganza.
Esa noche tomo sus cosas, o por lo menos lo que tenía, y decidió salir a buscar al hombre que acabó con la vida de sus padres, y había arruinado su vida.