-me da igual si no me quiere ayudar, iré solo y nadie me detendrá- protesto forcejeando para serrar el bolso con comida, ropa y demás. Al terminar se encaminó hasta el bosque, que en la noche se veía peor que en el día.
-Vamos Taion, Tú puedes- se animó a sí mismo, con los ojos cerrados, tratando de encontrar valentía para entrar al aterrador bosque que se le presentaba enfrente- vamos- dijo abriendo los ojos y entrando al bosque.
-¿Y Taion?- trato de informarse la maestra del desaparecido alumno.
-No vino...creo que está enojado conmigo- contestó el adolescente con tono decaído
-¿Que hiciste ahora?
-Yo nada, el...el quería que hiciera algo que no quería, dije que no y se enojó.
La maestra se acercó y se sentó en la mesa frente a él, mirándolo y tratando de buscar la verdad en sus ojos.
-¿Que quería que hicieras?
-Nada, ya no importa, ¿Esto es una clase o un interrogatorio?
-Bien, como quieras- respondió ella poniéndose de pie y dando comienzo a la clase.
Al terminar el día, Izael se dirigió a casa en autobús, siempre iba en el auto de Tai, pero como no vino tubo que usar otra alternativa de viaje. Abrió la puerta al llegar y se encontró con su mamá y la de Taion llorando inconsolablemente.
-¿Esta todo bien?- ambas mujeres voltearon para verlo.
-M,Mataron a Taion- contestó una de ellas.
Cuando esas palabras llegaron a los oídos de Izael perdió fuerza en las piernas y callo arrodillado al piso, con la mirada perdida cientos de lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos, mientras el remordimiento de no haber ido con el lo atormentara.
-¿C, cómo pasó?-pregunto en un susurro apenas sonoro
-Encontraron sus cosas tiradas en el bosque, estaban cubiertas de sangre p,pero el nunca apareció- contestó su madre.
Izael levantó la cabeza con un atisbo de esperanza
-¿Entonces puede seguir vivo?
-No, buscaron pero no encontraron su cuerpo- dijo ella derrumbando las esperanzas de Izael.
-Esto es mi culpa, si no lo hubiera dejado ir solo, el...
-¿Dejar ir solo, a dónde?-pregunto la madre del desaparecido
-E, el dijo que iría a...-se detuvo pensado si creerían sus palabras-a buscar el monstruo de su habitación, el que le hablaba de noche.
-Sabia que debía haberlo llevado a un siquiatra, mi pequeño estaba loco- contestó la madre de Tai.
-No lo estaba, de verdad pasó
-Izael cierra la boca- reprimió su madre
-No, no voy a dejar que lo llame loco, usted no sabe nada, cuando Tai les contó ustedes lo tomaron por loco, fui el único que le creyó, Tae lloraba todas las noches al oír la voz de esa cosa, si lo hubieran escuchado tal vez no hubiera muerto- sus gritos fueron callados por una bofetada de la madre de el joven perdido. Izael no respondió, nada más la miró con odió y corrió a su habitación, cerrando la puerta con fuerza, para tirarse en la cama y llorar la perdida de su amigo como nunca lo había echo con nada ni nadie antes.