El bosque prohibido

el psicópata

-Entonces, ¿Que te trae por aquí?- preguntó caminando de lado a lado en la habitación- ¿Sabes por qué es tan peligroso este bosque?, No es por los monstruos ni nada por el estilo, es por mi- se río mientras lo miraba.  

-MMMM, MMMMM- intento hablar, pero estaba amordazado y atado, jamás podría salir de ahí y comenzaba a creer que ir al bosque sin su amigo había sido una mala idea.  
No tenía idea de cómo había ido a parar allí, los recuerdos eran borrosos, solo recordaba haber visto una especie de silueta a lo lejos, como un conejo, pero  
El grande, luego, lo último que vio fue el frío manto de la noche y su cielo estrellado, antes de caer al piso. Despertó en una especie de bunquer, atado y amordazado a un poste con mucha sangre seca, lo primero que vio fue a ese hombre frente a él.  
El hombre alto de pelo negro se le acercó, con la cuchilla en la mano, riendo como desquiciado.  

-Amo verte tan indefenso, ahora mismo podría hacer lo que sea y tú no puedes moverte- continúo riendo.  

El maniático acomodo la cuchilla sobre la mejilla de Taion. El al ver que de seguro no saldría de ahí con vida comenzó a llorar 

-Owww, no llores, te dolerá más de lo que crees- dijo para hacerle un corte rápido en la mejilla- ¿Te diviertes?, Yo sí, mucho. Oh, creo que no nos hemos prestado, soy Carel, ¿Cuál es tu nombre?- interrogó, quitándole la cuerda de la boca 

-Eres un maniático, no tienes un gramo de cordura. 

-¿Cordura?, ¿Que es eso?- indago riendo como loco.  

-¿Que te causa tanta risa?, Alguien vendrá y tú irás preso 

-Ay, Ay pequeño, nadie vendrá, estamos a kilómetros de la ciudad, en un bosque lleno de leyendas de terror, que aquí cobran vida.  

-Todos los malos pagan por sus pecados 

-¿Que eres?, ¿Cristiano?, Ja, yo no soy malo, soy psicópata- habló con una sonrisa malévola en su rostro.  
El hombre no parecía de más de unos 25 años, su cabello era negro y despeinado, su piel blanca, casi incolora, sus ojos eran marrones y su voz no era muy ronca, era suave, pero sus palabras hacían que sonara horrible y causara miedo. 

-No eres mi primera víctima, la verdad, creo que eres como el décimo tercer segundo en la lista.  
Sus palabras hicieron estremecer al muchacho, no podía creer cuántas personas habían caído en las garras de tal monstruo como lo era el. 

-¿Por qué me ves así?, ¿Tienes miedo?, Descuida, como eres jovencito seré más dulce- aseguro tocando su mejilla, con el pulgar, a lo que el chico ladeó el rostro con repulsión. 

-Nos vamos a divertir mucho- comentó volviendo a poner la cuerda en su boca, levantándose y alejándose de el muchacho aún atado. 

Izael pasó toda la noche llorando la trágica muerte de su amigo, sin conocer aún la verdad.  

-No es posible, no es posible, tiene que seguir vivo- aseguro pasando sus manos por su cabello con desesperación.  
Se levantó aturdido por la desesperación y culpa que lo invadían, tomo una mochila y la puso sobre una mesa de estudio, derribando todo lo que había en ella.  
Sin pensar bien su decisión comenzó a meter y meter cosas en esa mochila, artículos de higiene, ropa e incluso tupers con comida.  
Tanto en su corazón, como en su mente sabía que Taion estaba vivo, tenia que ser así.  
Una vez terminado su empaque colgó la mochila sobre su hombro y salió de la casa, con dirección al "Bosque prohibido", sabía que era una mala decisión entrar en aquel lugar, pero nada le impedirá recuperar a su amigo. 

 



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En el texto hay: monstruos asesino bosque embrujado

Editado: 08.04.2020

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