-¿Esta...muerta?- preguntó Izael tocando el estante con el pie.
-Si, lo está- sonrió Himun y todos corrieron a abrazarse entre saltos y gritos de alegría.
-Bien, suficiente- dijo Neimon separándose del abrazo grupal- Tenemos que continuar, superamos está prueba, pero quién sabe cuántas más haya antes de encontrar al asesino.
-Neim tiene razón- habló Izael- no podemos darnos el lujo de celebrar la victoria antes de ésta.
-Entonces sigamos- dijo Tai caminando en sentido contrario al que ellos estaban, todos lo siguieron hasta salir de la tienda por una puerta trasera.
Hacía días que caminaban por el bosque sin rastro del asesinó, en el camino se habían encontrado uno que otro monstruo, pero sin rastro de él, y eso ya los estaba cansando.
-Ahrg, nunca lo encontraremos- protestó uno de los muchachos.
-Lo haremos, no pierdas la esperanza- habló el peli-negro.
-¿No perder la esperanza?, Yo la perdí ayer- habló el joven de buen físico- escucha, no sabemos dónde está, no sabemos a dónde ir, y ni siquiera sabemos cómo se ve.
-Un monstruo- interrumpió el chico Gucci.
-¿Qué?.
-Necesitamos un monstruo para encontrarlo.
-¿A qué te refieres?.
-Hay que dejar que un monstruo nos atrapé y nos lleve con él- está vez habló Himun.
-¿Están locos?, Vamos a morir si hacemos eso- Neimon estaba en contra
-Por supuesto que no, los monstruos no matan, nada más causan miedo, su misión es llevarles las personas a el.
-No, me niego.
-Si no lo haces si que no lo vamos a encontrar- Neimon lo pensó por un momento, tenían razón, si funcionaba iban a encontrar al psicopatía, pero si fallaban iban a ser la presa de un monstruo.
-... Bien...lo haré- la noticia puso a todos contentos, y muy pronto en marcha para el plan.
Ya había anochecido en el bosque prohibido la luna brillaba en lo alto, las estrellas centelleaban y las hojas de los árboles se movían al compás del viento. Los chicos esa noche no acamparon, estaban dispuestos a hacer que uno de esos monstruos los guiará a Carel. Pero no iban a ser ellos la carnada obviamente, lo fue uno de los muñecos de la vieja tienda, uno el cual había tomado Taion, uno con apariencia parecida a la de un humano.
-Bien, colócalo allí- exclamó Izael señalando a un lugar preciso y así lo hizo Taion.
No tardó mucho para que apareciera una de esas aberraciones que andaban por el bosque. Parecía una chica, pero sin rostro. Sus manos terminaban en unas enormes uñas en forma de aguja. Su cabello era largo y despeinado y su piel blanca como la leche.
Los chicos se sorprendieron al verla, pero eso no evitó que completarán el plan, una vez que la chica tubo en sus manos al muñeco comenzó a arrastrarlo a las profundidades del bosque, y los chicos la seguían, esquivando las enredaderas y árboles que se les presentaban. Eran rápidos como ella, pero silenciosos al mismo tiempo.
Caminaron entre los árboles, arbustos y maleza. Hasta llegar a su destino, un enorme bunquer de titanio con forma de medialuna alargada.
-¿Seguros que es aquí?- preguntó el joven rubio mirando a sus compañeros
-aquí nos trajo la chica- habló Izael.
-¿Y cómo entramos?, Es un bunquer cerrado.
-Cuando yo estuve ahí la puerta estaba abierta. Creo que la abre durante la noche- opinó el joven peli-rojo.
-Puede ser...si es así entonces habrá que esperar.
Y así lo hicieron. Se quedaron más de dos horas esperando a que el sociópata actuara como Tai lo había predicho. Abrió la puerta de aquel bunquer, dejando entrar la luz de la luna a aquel lugar el cual aún permanecía con las luces apagadas.
-¿Que hacemos ahora?, ¿Entramos y ya? -preguntó el pequeño rubio.
-Si, pero con un plan- afirmó Izael.
-¿Y cuál sería ése?- se intentó informar el chico Gucci. Neimon estaba apunto de responder que no lo sabía con claridad, pero alguien más habló antes.
-Causamos una distracción, y en eso entramos y nos escondemos en el bunquer, esperaremos al día para atacar, cuando los monstruos no estén activos para defenderlo. Aún así, como ya vimos, hay monstruos que aún así están activos durante el día, Himun y Neimon se encargarán de ellos, mientras que Tae y yo acabamos con el asesino- planteó Izael con seguridad en sus palabras.
-¿Así de fácil?.
-¿Tienes otra opción?- Izael lo miró esperando una respuesta, pero nada- entonces haremos eso-
-¿Y que distracción haríamos?- indagó Taion.
-Esta- dijo antes de arrojar una de sus granadas a un lado del bunquer, provocando una gran explosión, que no tuvo efecto en el bunquer, pero que logró llamar la atención del sociópata.
-¿Pero qué carajos está pasando ahora?- dijo Carel encendiendo las luces y saliendo del bunquer, echando un vistazo alrededor. Fue la distracción perfecta para que los chicos corrieran y se metieran a escondidas.
-Si nos descubre te mato- amenazó Neimon al peli-negro, escondiéndose atrás de un barril.
-Pero mira nada más- sonrió el asesino mirando las huellas en la entrada de tierra del bunquer- ¿Quien está ahí?- Preguntó irónicamente mientras miraba de lado a lado en el lugar.
-Nos descubrió, vamos a morir- se asustó Himun encogiéndose con miedo en su lugar.
-No, no vamos a morir, por qué por más que sea de noche vamos a pelear- habló seguro Izael.
-¿Pero y si llama a los monstruos?- indagó uno.
-Nos ocuparemos de ellos- dijo finalmente, para salir de su escondite y tirársele encima a Carel.
-Mira nada más, el amiguito de mi víctima- sonrió forcejeando para sacárselo de encima, cunado sin avisar gritó unas palabras incomprensibles, no por qué no estuvieran prestando atención, sino por qué fueron dichas en un idioma no conocido en la tierra.
Esas palabras fueron como un llamado para los monstruos, en menos de 30 segundos, los espectros comenzaron a invadir el lugar, atacando a Neimon y Himun, los cuales eran los encargados de proteger la entrada, de estas aberraciones.