—Vengo a poner una queja –exclamó don Carlos entrando a la comisaría.
—Cuénteme -respondió un policía.
—Tengo un gimnasio que alguien quemó.
—¿Tiene camaras frontales?
—No.
—¿Entonces como puede afirmar que alguien lo quemó? ¿No pudo haber sido una falla eléctrica, de gas o un rayo?
—Recibí unos mensajes en telegram, donde me pedían que consignara dinero a una dirección de monero, para que no me quemaran el negocio.
—¿Telegram? Nosotros no tenemos acceso a la base de datos de telegram. Los mensajes se los pudo haber enviado hasta usted mismo, para venir a molestar aquí.
—Te dije que venir aquí era perder el tiempo –le dijo don Carlos a Julio.
Julio y don Carlos salieron de la comisaría.
—Tal ves podríamos hacer un bazar para reconstruir el gimnasio -exclamó Julio.
—No hace falta, de todas formas pensaba retirarme, por eso adquirí una finca, ya hasta le tengo construido un biodigestor.
—¿Biodigestor?
—Así es, cuando el sector privado se encargaba del gas era costoso, cuando el Estado lo nacionalizó fue gratis, pero nos dejan semanas sin el. Un biodigestor me permite tener el suministro de gas que necesito.
Don Carlos se despidió de julio, y le dijo que iba mudarse a la finca que había adquirido.
Editado: 07.09.2023