Al día siguiente Julio, con unos binoculares, se dirigió al centro de operaciones de “Los sucios”. Allí vio, desde lejos usando los binoculares, que había dos guardias en la única entrada que tenía.
Después de realizar el reconocimiento a la guarida de los maleantes, Julio se dirigió a la farmacia y compró formol. De allí se fue a trotar, luego saltó la cuerda y finalmente practicó los golpes que le había enseñado don Carlos, en un saco de boxeo.
Editado: 07.09.2023