Dentro de la fábrica Julio vio unas escaleras y empezó a subir por ellas. Cuando terminó de subir vio a un chico con dos mujeres.
—¿Quien eres y que haces aquí? –preguntó el chico.
—Soy Julio ¿Eres tu el que está pidiendo tributo?
—Así es, soy yo. Y te voy a enseñar a no meterte en la propiedad ajena.
El chico se levantó y se empezó a acercar a Julio. Cuando estuvo lo suficientemente cerca le lanzó un Jab a Julio. Julio ejecutó la mejor defensa que le había enseñado don Carlos, un paso atrás. Luego Julio le lanzó una combinación de Jab y Cross, el chico retrocedió, entonces, Julio le lanzó la patada que le había enseñado don Carlos. El Chico cayó al piso.
—¿Vas a usar las piernas? –preguntó el chico en el piso- Tramposo.
—¿Alguien que quema negocios pide juego limpio? –respondió Julio.
El chico se levantó enfurecido y empezó a correr hacia Julio, este le lanzó de nuevo la patada y lo regresó al suelo.
—¡MALDITO! ¡MALDITO! ¡MALDITO! ¡MALDITO! –empezó a gritar el chico.
El chico se levantó y le intento lanzar la misma patada a Julio, este le tomó el pie y lo levantó todo lo que pudo.
—¡HAAAAAAAAAAAAAAAAA! –gritó el chico.
De repente empezaron a sonar sirenas de la policía, las chicas que estaban con el chico habían llamado a la policía. Julio miró a su alrededor, al fondo vio una ventana, Julio saltó por la ventana y cuando cayó dio un bote, como había aprendido en el ejercito, luego huyó.
Editado: 07.09.2023