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Cuando pasó su primera primavera en su nuevo mundo, ya se había acostumbrado a su ritmo de vida, los trajes de colores ya no le eran incómodos, las miradas del resto se habían vuelto de respeto, los lujos habían aumentado y su autoconfianza de igual manera, incluso había empezado a influir en la política del lugar a base de bromas y sátiras.
— Estás muy serio hoy Biel — Desde su escritorio leyendo documentos, el Rey podía notar que algo no estaba bien en la cabeza de su amigo.
— Escuché que una nueva expedición de humanos trató de invadirnos, mi Rey.
Antes era humano, cuando llego a ese mundo siempre se desesperó por haber llegado al lado equivocado, pero ¿Como apoyar ahora a los humanos cuando había tantas cosas que conocía?
El Reino Demoníaco era tranquilo, las bestias no destruyen y devoraban todo a su paso, tenían una forma de vida divertida y llena de variedad, y aunque hubiera muchos problemas entre razas, amenazas de los humanos y barbarie entre especies, él siempre mantenía el orden.
El XVI Rey Demonio, Eider, tenía una visión del mundo que ni Biel podía entender. Su modo era simple, no era alguien malo, pero tampoco bueno.
Hacía cumplir sus reglas y mantenía las disputas entre razas a raya, fomentaba la economía y regía con autoridad, pero no era tan buen ser. A quien se oponía a su voz, era inmediatamente callado sin importar su raza, permitía la esclavitud como un medio para que ninguno estuviera solo, su previsión y estrategia miliar le hacían ganar cualquier conflicto, caracterizándose por no dejar casi ningún sobreviviente del bando enemigo.
Pese a todo, el elfo había llegado a respetarlo, pues le reconocía su manera de respetar al prójimo mientras no se metiera consigo mismo.
Por todo eso era que ya no podía elegir, todo lo que creía proteger era insuficiente ahora.
¿Por qué los humanos son tan conflictivos? El Reino Demoníaco nunca les hacía nada, pero por miedo siempre trataban de acabar con ellos. Tal vez ya había estado tanto tiempo lejos de los humanos que finalmente había perdido su humanidad.
— Los humanos siempre nos han atacado y lo seguirán haciendo no es nada nuevo Biel, en parte cargamos con la culpa pues reyes pasados trataron de acabar con ellos o esclavizarlos, los pecados de unos se heredan en la sangre — Sin dejar de hacer su trabajo el Rey continuó revisando y firmando.
Desde que había tomado el lugar de su padre, los únicos momentos en los que se distraía era cuando su bufón estaba presente. Se había vuelto su portavoz.
Como Rey, no podía decir abiertamente todo lo mal que estaba el sistema, tampoco lo mucho que detestaba a la nobleza y a la plebe cuando solo actuaban por ellos mismos, pero desde que lo conoció, Biel siempre decía lo que él pensaba, el rubio por su puesto no tenía filtros, y eso le había ayudado a cambiar el reino poco a poco.
— No creo que sea justo, si por los reyes pasados lo odian a usted entonces son estúpidos, su Majestad es bueno... A su manera — Su risa fue sincera y amable mientras se acercaba a molestar a su rey quien únicamente le ignoró siguiendo su trabajo.
— No considero que todos sean así, a propósito ¿Alguna vez has visto a un humano?
— ¿Un humano? Jamás — Su mirada se tornó algo opaca, desde que había llegado no había visto a ninguno, recordaba a su mundo, del "nuevo" nunca había visto uno.
— Será una buena experiencia cuando los atrapemos.
— ¿Vas a atrapar humanos?
— Últimamente, el grupo del Héroe está más cerca, seguro mandarán a algunos por delante — Con simpleza le revolvió los cabellos tratando de no pensar mucho en ello, la idea de enfrentarse al Héroe le molestaba ¿Para qué rayos le quería matar? Sin él todo sería guerra, pero esperaba que el Héroe lo entendiera en su momento.
El bufón notó ese cambio y no dijo nada, aunque en el fondo le emocionaba en cierta medida, ¿El grupo del Héroe? ¿El real? En el reino demoníaco no hablaban mucho de él, pero aún conservaba los recuerdos de aquellos sueños de heroísmo del inexperto estudiante humano que era hasta hace un año.
Quería conocerse, aunque fuera a morir luego de ello.
— Si los atrapas, seguro les sacaras información ¿Me dejarás verles?
— Si eso quieres, recibir el aviso de la guardia hace unos días no creo que falte mucho para...
— ¡Su Majestad! — La estrepitosa y fuerte entrada del guardia interrumpió su conversación — Lamento entrar así, pero su alteza ¡Los tenemos! Logramos capturar a unos de los compañeros del Héroe.
Biel sintió su corazón latir con fuerza, mientras una sonrisa triunfante aparecía en el rostro ahora orgulloso de su Rey.
— ¡Perfecto!
Editado: 12.11.2022