El Bufón del Rey Demonio

Escoba y Guardia


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Al revisar que no derramaba sangre y solo hubiera caído inconsciente, Biel nunca se desconcentró de su labor, fue hasta que acomodo al humano en la cama que finalmente miró mal a su amigo.

 

— ¿Qué se supone que estás haciendo Iñaki?

— ¡Eso debo preguntarlo yo, Biel! Mientras hacía mi limpieza detecte el aroma de un humano ¿Qué hacías con uno en tu habitación?

 

Podría ser que ninguno era muy inteligente, pero ambos sabían que era la pregunta, ¿Qué hacía el humano en su cuarto? Simplemente, no quería responder que se escabulló a su habitación, capaz y si Eider se enteraba le mandaría a más guardias de los que necesitaba y mataría a Kanu.

O peor aún, los mataba a ambos por ir contra su voluntad.

 

— Te callas, nada más estaba aburrido ¿Vale? Lo devolveré y nadie tiene que enterarse de que estuvo aquí, calladito te ves mejor Iñaki.

 

Pese a que ya había pasado un año, el dragón seguía siendo de limpieza y trabajo físico, apenas si podían hablar un par de veces al día, pero se alegraba de ser su amigo. Pero Iñaki quizás se preocupaba demasiado.

 

— Esto está mal Biel... Muy mal, es del grupo del Héroe, es... Un humano — Si bien, el desvío repentino de la mirada carmín y el ligero tono de miedo en la voz del dragón no fue la gran cosa, el elfo sintió que el tema debía acabar, por lo que sin mucho que pensar, suspiró dándose por vencido.

— Lo siento... Lo regresaré ahora a la celda ¿De acuerdo? — Palmeo el hombro ajeno tratando de brindarle seguridad, a lo que el dragón respondió con una sonrisa iluminada.

 

En silencio, en medio de la oscuridad, ambos llevaron con algo de trabajo al humano de nuevo a las celdas; mientras Biel distraía a los guardias, Iñaki metía al inconsciente en la celda con sus compañeros dormidos.

En el camino de regreso, el dragón guio sin perderle la vista al elfo, pues su amigo era descuidado, estaba comprobado, y aunque Biel insistió que no lo volvería a hacer, el otro no cambió de parecer hasta que le dejó en su cuarto.

 

***

 

Mientras las tazas de té resonaban en la silenciosa habitación al son de las hojas siendo firmadas, el elfo ya se temía que había algo extraño.

Su Rey tan impecable y estoico como siempre leía y firmaba papeles a una velocidad única sin siquiera hacerle caso a sus insistentes llamados; término aburriéndose y sentado en una silla del fondo mientras veía el librero lleno de libros de temas aburridos como territorio y economía, Eider no parecía mucho más mayor que él por lo que verle en su vida tan profesional y adulto le daba pereza.

 

— Biel.

 

Cuando le llamó de forma tan seca, el elfo sintió verdadero terror, pasó saliva y miró al Rey quien le indico con una mano que se acercara. Obedeció sin objeción quedando frente al enorme escritorio.

 

— ¿Su Majestad?

— Recibí reportes de que mi Bufón estuvo por las celdas, dime ¿Te divertiste?

 

Esperaba que no fuera una pregunta con trampa porque para ese examen no había estudiado. 



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En el texto hay: comedia, amistad, boyslove

Editado: 12.11.2022

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