El caballero celeste

El reto de las praderas de las sombras

Una vez amaneció, Ru, con sus fuerzas renovadas y listo para continuar con su viaje, no pierde ni un minuto y va a levantar a Fabian, quien seguía durmiendo. - ¿Qué haré para despertarlo?, pensaba Ru - ya sé, intentaré esto -. Se acercó a Fabian y, en voz baja, dijo - Oye Fabian. Edilia está aquí esperando a que se levante -. Y una vez terminó de decir esta frase, Fabian se levantó inmediatamente. Parecía como si estuviera en peligro su vida. Empezó a ver por todos lados, mientras decía - por dónde me puedo escapar. No debí quedarme dormido tanto tiempo -. Ru le hablo, mientras trataba de aguantarse la risa - Buenos días Fabian, ¿porqué estás tan alterado? -, Fabian respondió rápidamente, sin dejar de buscar donde escapar - Sí no salimos antes que entre, no podré ir a Huet - y desesperado continuo - Ru ayúdame a salir - Ru ya le iba a decir que no era cierto, pero Fabian vio la ventana y se dirigió hacia ella, y sin dejar hablar a Ru dijo - Nos vemos afuera - y con ésto salió por la ventana.

Ru, sin tener tiempo para poder detenerlo, salió corriendo mientras pensaba - nunca me imagine que haría algo así. Y solo por mencionar que lo esperaba Edilia, saltó por la ventana. Espero que este bien ya que estamos en el tercer nivel -. Estando por las gradas del segundo piso, empezó a reaccionar - y ¿cómo es posible de que esté lugar tenga hasta cuatro niveles?, sí desde afuera sólo se puede ver uno -. Al fin, llegando al mostrador, logró ver que estaba Fabian con una cara de desilusión. - ¿Qué habrá pasado? - se preguntaba Ru, mientras se acercaba ya calmado. Al llegar no podía creer lo que miraba. A la par de Fabian estaba Edilia, quien lo tenía abrazado por detrás. Ru vio a Fabian, y él le dijo en voz baja - fracasé, ella ya me estaba esperando afuera -. Ru dio una sonrisa forzosamente, mientras miraba a Edilia , pues le daba lástima ver a Fabian tan pero tan indefenso. Era como si Fabian fuese un niño que ni siquiera puede estar solo sin el más mínimo cuidado. Bueno, volviendo Ru de aquel panorama, hablo a Edilia - Buenos días Edilia. Espero que halla tenido una buena noche. Así, que si no le molesta, ya nos tenemos que ir con Fabian -, ella lo miró y, con mucha determinación, dijo - Que bueno, no se preocupe. Puede irse sin problema. Espero poder volverlo a ver en otra ocasión - Ru miró a Fabian, quien pensaba cómo salir de aquella situación. Ru continuó hablando - este, gracias. Pero no me puedo ir sin Fabian -, a lo que Edilia contestó - lo siento pero tendrá que continuar sin él -. Ru no sabía que más decir. Así que intentó preguntando - ¿Porqué no quiere dejar ir a Fabian? - Edilia, mirando enojada a Fabian, contestó - la verdad es que. Es que él intento irse sin despedirse. Siempre hace lo mismo, viene por unos días y cuando se tiene que ir nunca se despide. Y ya estoy harta de que me haga eso -. Fabian, tratando de defenderse ante aquella acusación, contestó - Yo me despediria, sino trataras de evitar que me fuera -, Edilia, con lágrimas, dijo - Pero, pero dime entonces que puedo hacer. Si no vienes a visitarme. Y cada vez que nos encontremos no podemos ni hablar, no hay un "cómo estás". Ya ni siquiera nos vemos - Fabian responde precipitadamente - entonces, por eso, es que te comportas así -, frotando sus ojos con los dedos, continuó - quedemos en esto. La próxima vez que venga, vamos a platicar. Y no volveré a intentar irme de esta manera, sí, prometes que no me detendrá así nuevamente -. Edilia al escuchar estas palabras, sonrió y contestó - lo prometo -. Y así partieron.

Ya, una vez entraron al bosque, Fabian suspiro mientras decía - no creí que pudiera salir de ahí. Pero, bueno ya estamos de vuelta a la acción -. Ru, ante aquel comentario, respondió - Sí, ahora ¿hacia dónde nos dirigimos? -, al ver que ya no se encontraban por el camino. Fabian, quien conocía bien esos lugares, dijo - no te preocupes mi querido amigo. Solamente estamos acortando el camino - Ru, sorprendido ante aquella respuesta, se preguntaba hacia dónde exactamente se dirigían.

Caminaron por un buen rato, hasta que al fin llegaron a la cima de la montaña. Ru y Fabian empezaron a juntar algunas ramas y decidieron acampar en ese lugar, ya que empezó a entrar la noche. Ru se acercó a la orilla y observó el atardecer. Fabian, que regresaba con los peces que pescó en un río cercano de ellos, vio a Ru y se acercó. Miró, también hacia el cielo, y dijo - ¡Qué bello atardecer!. ¿No lo crees? -. Ru, relajado y feliz, contesta - Sí. Sabes, todos los días salgo afuera de mi casa y observó el atardecer para relajarme. - Fabian lo miró y dijo - entonces, qué tal, ya estas relajado - Ru responde - Sí. - dándose la vuelta - vamos a hacer la fogata -. Los dos regresaron al campamento.

Después de comer y bromear un rato, decidieron irse a dormir. - Hu, Hu, Hu, hu,... -, se escuchaba. Ru, que apenas empezaba a conciliar el sueño, de repente escuchó un ruido - crack, trac, - Sin siquiera tratar de alarmar a Fabian, se levantó despacio. Tomó su espada de madera y, rápido como una serpiente, se escabulló entre los arbustos. Con mucho cuidado, agarro una rama de Fuer, el cual era una especie de rama especial. Se podría decir que esta se puede visualizar como una rama común, pero, si no la cortas con mucha delicadeza, está puede llegar a estallar dejando un desastre de hasta dos cuadras. Por otro lado, si lo cortas bien, está lo puedes utilizar como una especie de cemento, en el que queda atrapado quien pise en ella. Este es muy utilizado por los cazadores, ya que así se les hace muy fácil de atrapar a su presa.
Ru lo único que tenia que hacer era enterrarla por la punta para que esta se derrita o hacerlo por la otra parte para que estalle, si fuera necesario. Lo único cierto de todo ésto, era que solo tenía una oportunidad.

Empezó a observar a su alrededor. No notaba nada inusual, - quizás ya se alejó - pensaba - pero no debo de bajar la guardia todavía. Aún hay una gran probabilidad de que siga aquí -, de pronto escucho que se acercaba alguien por atrás. Se volteó rápidamente y, preparándose para enfrentar lo que viniese, sujeto fuertemente su espada. Cada vez estaba más cerca, - splash, clak, clak- se escuchó, hasta que al fin salió. - Ja, ja, ja. - se río Ru, al ver que era solamente una ardilla. Decidió irse a dormir, después de todo, fue una falsa alarma. Ya estaba por llegar al campamento, cuando escucho una voz que decía - hey niño. ¿A dónde vas? -. Ru volteó para ver quien era. No miraba a nadie, así que dijo - ¿Quién eres? -, la voz contestó - La pregunta no es quien soy, más bien es, ¿Quién eres? y ¿a dónde te diriges? - Ru, sin bajar la guardia, contestó - Mi nombre es Ru y voy en una misión hacia Huet. Ahora dime quién eres - Apenas terminó de decir esto cuando vio la sombra de dónde provenía aquella voz. Ru, inmediatamente, corrió hacia él. Aún no podía reconocer quién o qué era por la oscuridad de la noche, pero aún así no tenía pensado retroceder sin importar lo que fuera. Dió al árbol donde se hallaba aquella sombra - Sí, le di. No creo que pueda escapar tan fácilmente - pensaba Ru. Pero que sorpresa se llevó Ru, al ver que no había pasado nada. Aquella sombra permanecía en el mismo lugar. - No puede ser. Esta flotando en el aire - dijo Ru. Aquella sombra se río y dijo - no creas que me puedes dañar de esa manera. Más bien, no me podrás tocar. Así que si deseas vivir para llegar a tú destino, es mejor que tomes otro camino. La pradera de las sombras no es un lugar para ti. Déjame darte un consejo. No intentes pasa por ella, ya que nadie a salido a salvó de ahí. Y, aunque lo lograrás, quedarías loco - de pronto azotó a Ru un fuerte viento. Ru intento mantenerse de pie pero fue inútil, salió volando y lo último que escuchó fue la risa de aquella sombra.




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