El caballero del tiempo

Capitulo 5: Balthazar y Aislinn

Tras aquella ocasión donde él prometió protegerla, ofreciendole desposarla o al menos dejarlo oficial para que no le hicieran algo, pasaron las semanas, donde continuaron viéndose cada vez más tiempo, solo para evitar sospechas, convirtiéndose en buenos amigos, no tenían a nadie más con quien hablar, por lo cual conversar, les hacía bien a ambos, acompañándose en la mayoría del tiempo, incluyendo los momentos en los cuales él entrenaba con soldados incluso caballeros, a los cuales podía superar, demostrando un talento increíble en combate, logró vencer en combate a la mano derecha del general de la guardia real, usando espadas reales y armadura.

  • Espero que hayas usado todas tu fuerzas - exclamó Balthazar - no quiero saber que tiene más para dar en el combate y te resististe por el hecho de ser el príncipe.
  • No mi señor, fuí con todo lo que se - respondió - sus movimientos son muy rápidos, sin decir que precisos al momento de combatir, nunca he visto algo así antes.

Llegó el general  de la guardia, era un hombre alto, posiblemente uno de las pocas personas que el Rey respetaba y confiaba por completo.

Miró fijamente a Aislinn, quien retrocedió ante su presencia, pues la recorrió por completo con sus ojos, Balthazar se dio cuenta que la miraba con deseo incluso.

Era un hombre alto, con varias marcas en la cara, un cuerpo robusto y una melena pelirroja ondulada que colgaba por sus hombros, lo tenía largo en la tradición de cortarse el cabello únicamente cuando perdía un combate, él nunca ha perdido, ante nadie, en el campo de batalla, resultando ser de los pocos soldados que ha sobrevivido en las guerras, los otros seis son los jefes de escuadrón, él sobresaliendo ante todos.. 

  •  Vi tu combate, Axel - comentó despreciativo - no se que has estado haciendo estos años, pero en verdad, acabas de hacer el ridículo, ante este niño mimado.

Aquella última palabra le puso mucho énfasis al desprecio.

  • Mi señor, espero que no se haya lastimado mucho la mano - exclamó burlándose - necesita que le traiga una de sus sirvientas,¿ para que le ayude?.

Concretamente, desde siempre ha mirado con desprecio al joven príncipe, pues nunca se le indicó que le tuviera respeto, de hecho su padre alentó que lo despreciaran.

  • Perdóneme sir Baldur, ¿dijo algo? - exclamó el joven - no suelo prestar mucha atención a la chusma.
  • Cuida tu lengua, niño mimado  - dijo enojado - por lo visto te sientes todo un hombre - miró a Aislinn - luego de jugar a ser uno, con una simple puta.

Balthazar miró molesto, levantó su espada amenazante.

  • Será mejor que te retractes ante tus palabras - exclamó con autoridad - es la prometida de tu futuro Rey.

Se acercó a él, tomando la espada y apartando el arma con sus manos desnudas.

  • Ella es solo una puta - exclamó - su padre la vendió y la tomaste.
  • Por lo visto aún te duele que ella esté - dijo riendo - parece que el general de la guardia real de Galdared está molesto porque no pudo cogerse a una niña, que pasa, no eras tan hombre para tener la mujer que quisieras o es porque no tendrás sus tierras, ¿como deseabas?.

Su expresión pasó a rabia de inmediato.

  • Niño insolente - vociferó - ahora te demostraré que es ser un verdadero hombre, voy a destrozarte y luego, ella será mía sin que puedas impedirlo.
  • Jamás tocarás ni un pelo de ella - gritó furioso - trata de hacerlo y verás como desearás nunca haberlo hecho en tu miserable vida.
  • Veo que el niño está sacando sus garras - exclamó en burlas, miró a la prometida del príncipe con una desagradable sonrisa - tu, serás ahora mía y sentirás un verdadero hombre en tus entrañas.

La joven retrocedió más, apretando su cuerpo con las manos, su rostro reflejaba un terror, con unos ojos expresando lo mismo que hace varios meses cuando la conoció.

  • Guardias, no dejen que se vaya - ordenó - el que la capture primero, tendrá el honor de estar con ella, con lo que quede.

La joven trató de irse, pero en ese momento aparecieron cinco soldados quienes la rodearon, haciendo un muro con su cuerpo, luego la presionaron hasta dejarla contra la reja de la zona de entrenamiento.

  • No se atrevan a hacerle algo - gritó Balthazar - les prohibo que la retengan.
  • Tu, prohibir algo - comenzó a reírse a carcajadas - no tienes derecho sobre nadie aquí, este es nuestro terreno, haremos lo que queramos, el único que tiene derecho sobre mi, es el Rey, quien nunca ordenó, ni cuándo se le ha preguntado.

El príncipe comenzó a retroceder,sin dejar de desafiarlo con la mirada, enterró la espada en el suelo, para cambiarla por un mandoble, una que casi duplica el tamaño de la misma.

  • Acaso tratar de impresionar a alguien con eso - exclamó riendo - no creo que puedas usarla como es debido, pocos pueden y dudo que un niñato como tú lo logre.
  • Un golpe es lo que necesito - exclamó - con solo uno, voy a ridiculizarte, en guardia.

Bajó el casco, para luego alzar el arma amenazante sosteniendola con ambas armas, por lo general está al pesar alrededor de diez kilogramos, cuesta mucho usarla y maniobrar, esto lo sabía perfectamente el General, por eso mismo se aproximaba con completa seguridad, usando una espada normal, lo miraba con tan poco respeto ante sus habilidades, que ni siquiera se puso una protección a su cabeza.

  • Eso será tu perdición - susurró el joven - veamos cómo será tu nueva cicatriz.

Ambos comenzaron a dar vueltas en círculos, el cual paso a paso se volvía más apretado, el general realizó su primer ataque, pero fue rechazado por la espada gigante con un preciso movimiento, escuchandose un crujido en el ambiente, todos expectantes ante aquella situación, pocos habían visto los movimientos de él, a lo cual comenzará a arremeter con una mayor cantidad de golpes, todos siendo bloqueados con pequeños movimientos, hasta que la chocó directamente, tratando de usarla para hacer retroceder a Baltazar con el propio peso, pero esto fue inútil, pues este lo corrió cargando su peso,luego le dió el primer golpe, la punta rozó la armadura del general, marcando una línea que la atravesaba por completo, realizando una vuelta en U, regreso a tenerla en guardia, el hombre comenzó a moverse con el rostro lleno de odio, tratando de ponerse a sus espaldas, pero este giraba  evitando que sea así, de imprevisto realizó su ataque al casco del príncipe, a lo cual dió un salto hacia atrás apoyándose en el Mandoble como impulso e hizo un movimiento que nunca creyó posible aquel general, solamente usando la derecha, le dió una estocada directa al rostro.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.