En el Reino de Calamity, se encuentra su rey, quien había enviado una furiosa carta que declaraba la guerra a Algonio.
Su carta fue:
De acuerdo a mis informantes y personas de confianza, he adquirido una valiosa información, que me indica la siguiente noticia, el verdadero culpable de la destrucción de Litero, mi aliado Reino por lo tanto, al ver esta falta tan grave, declaró la guerra al reino, que será tomado y destruido inevitablemente por mi milicia, arrasaré con todo lo que pille a mi camino, esto no es una amenaza, es un hecho, estamos preparados, dentro de dos días tras llegada esta carta, el ejército irá a la conquista del reino, junto a todos aquellos que les apoyen.
En cuanto a los culpables, los tengo mejor vigilados de lo que piensa, tengo ojos y oídos en todos lados, de ellos me encargaré, cuando los tenga completamente al alcance de mi mano, estos serán castigados de forma personal, por mis mejores soldados, osea mi guardia real.
El mensajero había recibido esta carta un día antes, de acuerdo a sus cálculos, dada la velocidad a los medios de transporte que tenía, llegaría al otro día, por lo tanto el ejército estaba casi preparado para iniciar el ataque sobre sus víctimas.
Volviendo atrás del Trono, en su propio asiento de la realiza, estaba aquel oscuro ser que estaba moviendo los hilos desde las sombras, con su maléfica sonrisa.
Este se encontraba completamente feliz, recibiendo a su gran caballero.
Entonó una gran sonrisa e hizo una reverencia como signo de respeto.
El caballero se levantó.
Atrás de la criatura apareció una mujer casi desnuda, cubierta solo por una falda en las piernas, poseía una alas iguales al murciélago bajo sus brazos.
Se acercó hasta arrodillarse frente a él, para luego apoyar su cabeza en su entrepierna, este le respondió acariciando el largo cabello.
Esta se levantó para sentarse en el asiento que apareció junto al de él, este a diferencia del otro, se conformaba solo por las sombras que habían en esa tenue habitación, quien se sentaba cruzando las piernas.
Desde las sombras unos ojos más oscuros que las que las mismas aparecieron, saliendo una desagradable criatura, como si del cerebro estuviera fuera, cubierto por la piel grasosa.
Este al ser nombrado, apareció caminando tranquilamente, posicionándose junto al caballero.
Fin del Caballero del Tiempo.
Continuará….
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Editado: 26.03.2022