El Cáliz de Merlín.(volumen 4,)

Capítulo 2: El Eco del Colapso.

Capítulo 2: El Eco del Colapso.
​Escena: Abadía de San Oswyn. Cripta Subterránea.
​Ethan y Zara estaban al pie de la escalera, la vista fija en el Cáliz de Merlín y en Alistair, su amigo, encadenado al pilar. El líder de Los Custodios del Grial, con su túnica plateada, estaba a punto de beber del Cáliz para imponer su "Verdad Absoluta".
​—¡Ahora o nunca! —susurró Zara.
​[La Distracción del Túnel]
​Ethan no llevaba explosivos convencionales. Llevaba cargas de impulso direccional diseñadas para la sismología. Eran pequeñas y no generaban metralla, sino una onda de choque concentrada.
​Ethan apuntó una de las cargas hacia arriba, hacia la pared del túnel justo encima de la escalera, un punto que sabía que era estructuralmente débil pero no crítico.
​—¡Cúbrete! —advirtió Ethan.
​Activó la carga. El estruendo fue sordo pero intenso. La onda de choque viajó por el hueco de la escalera y resonó en la cripta como un cañonazo.
​Simultáneamente, Ethan había lanzado una bolsa de polvo de yeso y tierra compactada al túnel.
​El resultado fue espectacular: el techo del túnel pareció derrumbarse justo en la entrada. Una espesa nube de polvo y pequeños cascotes de piedra cayeron sobre el fondo de la escalera.
​El caos fue instantáneo. Los Custodios gritaron y se dispersaron, aterrorizados. El líder soltó el Cáliz, que rodó peligrosamente por la mesa de piedra redonda.
​—¡El túnel ha colapsado! ¡Estamos atrapados! —gritó uno de los Custodios, presa del pánico.
​[Asegurando la Reliquia y al Amigo]
​Mientras la atención estaba fija en la "avalancha" de polvo, Ethan y Zara se movieron.
​Zara y el Rescate: Zara se deslizó a lo largo de la pared, evitando el pánico, y llegó al pilar donde estaba Alistair. Usando un cortador de pernos de titanio (herramienta estándar en su kit de rescate), cortó las cadenas que sujetaban a Alistair en menos de tres segundos.
​Ethan y el Cáliz: Ethan corrió hacia la mesa redonda. El líder de Los Custodios, aturdido, intentó tomar el Cáliz de Merlín. Ethan, con un movimiento rápido, se lanzó y barrió el Cáliz de la mesa, asegurándolo en una bolsa de transporte acolchada diseñada para reliquias frágiles.
​—¡El Cáliz! ¡Recuperen el Cáliz! —chilló el líder, ahora encolerizado.
​La confusión duró apenas diez segundos. Alistair estaba libre, aunque débil. Ethan tenía el Cáliz.
​—Tenemos que irnos, ¡ahora! —dijo Ethan.
​—No podemos salir por donde entramos. El túnel está bloqueado... y la mentira del derrumbe no durará mucho —replicó Zara, guiando a Alistair.
​El líder se recuperó rápidamente. —¡Bloqueen las salidas! ¡Ellos son los profanadores que buscan robar la verdad! Escena: Abadía de San Oswyn. Cripta Subterránea.
​Con el Cáliz asegurado en la bolsa de transporte y Alistair libre de sus cadenas, la misión era escapar antes de que los Custodios se dieran cuenta de que el derrumbe era falso.
​Ethan notó el calor que irradiaba el Cáliz, incluso a través del acolchado. Alistair, sostenido por Zara, estaba pálido pero lúcido.
​—No... la escalera... el túnel... —balbuceó Alistair.
​—Ya lo sé, Alistair, la salida es la clave —dijo Ethan, escaneando la cripta en busca de algo que no fuera la entrada principal.
​[La Puerta de la Fuente]
​Alistair señaló débilmente con su mano temblorosa hacia la pared detrás del antiguo altar de piedra. Allí, incrustada en la mampostería, había una elaborada fuente de piedra tallada con motivos de peces y olas, seca.
​—El agua... donde no hay sangre... es la puerta —susurró Alistair, citando el lema de la secta.
​—¡Claro! El lema es la clave del escape de Merlín —exclamó Ethan.
​Los Custodios, liderados por su colérico jefe, se reorganizaron y comenzaron a avanzar hacia ellos, rodeando la mesa.
​—¡No escaparán con el Grial! ¡Serán purificados por la Verdad! —gritó el líder.
​Ethan corrió hacia la fuente. Era una antigüedad de la época sajona, muy pesada, y la presión era inminente. La fuente tenía una pequeña llave de bronce oxidada en la parte inferior, que parecía un grifo para drenar el agua.
​—¡Necesito tiempo, Zara! ¡Están llegando! —dijo Ethan, forcejeando con la llave de bronce.
​Zara, apoyando a Alistair contra un pilar, encaró al grupo de Custodios. Rápidamente arrojó una granada de humo y aturdimiento de baja potencia al centro de la sala. El "flash" y la humareda ganaron unos valiosos diez segundos.
​Mientras el humo se dispersaba, Ethan logró girar la llave de bronce. Se oyó un fuerte raspado dentro de la pared.
​La pesada fuente de piedra giró sobre un eje central, revelando una escalera oculta de caracol que descendía a otra oscuridad.
​—¡Es la salida! —gritó Zara, recogiendo a Alistair.
​El líder de Los Custodios se lanzó en un sprint final hacia Ethan. No llevaba armas, sino que intentó agarrar el Cáliz de la bolsa.
​—¡El Cáliz es nuestro! ¡El mundo es nuestro! —chilló.
​Ethan no lo golpeó. En lugar de eso, usando su conocimiento de las debilidades estructurales, le lanzó la bolsa acolchada del Cáliz como un señuelo.
​El líder, obsesionado, atrapó la bolsa, pero la inercia lo hizo tropezar y caer por la apertura de la escalera, justo detrás de la fuente.
​—¡Vamos, Zara! —dijo Ethan.
​Zara, con Alistair a cuestas, se deslizó por la abertura. Ethan la siguió, cerrando la fuente de piedra giratoria con una patada al mecanismo de llave.
​El líder quedó atrapado por la fuente, gritando y golpeando la piedra, sellando la salida justo cuando los demás Custodios llegaban. Escena: Abadía de San Oswyn. Túnel de Drenaje Subterráneo.
​Ethan, Zara, y Alistair descendieron por la escalera oculta y se encontraron en un túnel de drenaje frío y angosto, apenas iluminado por la linterna de Ethan. El agua lodosa llegaba hasta sus tobillos.
​Alistair, respirando con dificultad pero agradecido, se apoyó en Zara.
​—Gracias... sabías que la frase era la clave, Ethan. Siempre confié en tu intelecto.
​—¿Qué buscabas aquí, Alistair? No solo el Cáliz. Tu mensaje decía que habías "visto demasiado" —preguntó Ethan, asegurándose de que la bolsa con el Cáliz estuviera firme.
​[La Armadura de Merlín]
​Alistair asintió. —El Cáliz de Merlín... es una trampa. No revela, impone la verdad. Quería advertir al mundo... pero Los Custodios me atraparon. Yo no buscaba el Grial. Yo buscaba la solución.
​Señaló hacia el final del túnel de drenaje, donde había una alcantarilla cubierta de musgo que desviaba el flujo de agua.
​—Merlín sabía que la humanidad es débil. Dejó un antídoto para su propio invento. En las leyendas de la Mesa Redonda, hay una armadura que Merlín se puso una sola vez para combatir una ilusión mágica. Esa armadura no es de hierro; es un receptáculo.
​—¿Una armadura? ¿Aquí, en el drenaje? —dijo Zara, escéptica.
​—¡Sí! La alcantarilla... la leyenda dice que la armadura está oculta en un sarcófago de obsidiana detrás de ese muro de drenaje. No es una armadura de combate, sino un receptáculo ceremonial. Está forrada con mithril y contiene los grabados de las "Instrucciones para Desactivar el Grial". Merlín quería que fuera encontrada en el lugar más profano, bajo el agua, lejos de la codicia de los Caballeros.
​—Si Los Custodios del Grial lo encuentran primero... usarán el Cáliz sin oposición —dijo Ethan, sintiendo la urgencia.
​El túnel de drenaje de piedra estaba diseñado para manejar inundaciones. La alcantarilla que mencionaba Alistair era un muro de piedra de la época medieval, con un mecanismo de rueda de bronce en el centro.
​—La armadura de Merlín es nuestro único chance de vencer a Los Custodios. Necesitamos llegar a esa alcantarilla, pero no podemos abrirla con Alistair en este estado —dijo Zara.
​[El Bloqueo Secreto]
​Mientras Ethan examinaba la rueda de bronce del desagüe, escucharon voces airadas y pasos que resonaban en la escalera de caracol de la fuente.
​—¡Están detrás de nosotros! La fuente no los detuvo por mucho tiempo. Deben estar usando otra salida o han encontrado una manera de abrir la fuente —advirtió Zara.
​Ethan, con el tiempo en contra, usó su linterna para inspeccionar la rueda de bronce que controlaba el desagüe. Notó un pequeño orificio grabado, apenas visible, junto a los radios de la rueda.
​—Este orificio no es para la maquinaria. Parece un punto de presión. Alistair, ¿sabes algo sobre el mecanismo de la alcantarilla?
​Alistair tosió. —Es... es una trampa de Merlín. Si giras la rueda, abrirás el sarcófago de la armadura... pero también inundarás el túnel.
​—¡Maldición! —exclamó Zara.
​—Pero... —añadió Alistair—... si introduces un objeto de plata pura en ese orificio de presión, bloquearás el mecanismo de inundación y solo abrirás el sarcófago.
​—¡Plata pura! ¿Quién lleva plata pura? —dijo Ethan, revisando sus bolsillos.



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En el texto hay: aventuras, misterio, acción

Editado: 13.12.2025

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