El Cambiaformas

Episodio 2 - Ideas y potencial

Episodio 2

Ideas y potencial

Era el primero de Mayo en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, los días solían ser más frescos que los del verano pero no perdían su brillo, estábamos en otoño y el invierno se acercaba muy lentamente, se sentía, tanto como el viento que hacia silbar a las calles vacías, de igual manera que un soplido de ideas golpeaba mi cabeza.

Ahora teniendo casi veinticuatro años, conocía más personas que me caían mal.

Pensaba “¿Por qué no hago lo mismo que hice con Hernán? Hacerles creer a la gente que se habían suicidado para así, matarlos sin que nadie sepa que yo estuve involucrado en su muerte”

“Es una buena idea” pensaba pero ¿Por qué limitarme a gente que conozco? Podría hacérselo a cualquiera, pero el problema no es el “Quien” sino el “Cómo” hacerlo.

Tenía algunos en mente y me hacía alguna idea de cómo iba a ser, pero poco a poco se me vendrían más y más individuos, uno de ellos, por no decir el primero que se me vino a la mente era un compañero de trabajo llamado Tomás, que siempre llegaba tarde, y nos hablaba con cara de orto como si nosotros tuviéramos la culpa de su inutilidad que será provocado por alguno de sus problemas que lo ponen mal humorado.

Pero nuevamente ¿Cómo hago para matarlo? Tuve ese pensamiento todo el viaje hacia el lugar donde trabajaba y veía la caja donde él debería estar presente, pero siempre llegaba tarde, y como era hijo del dueño del lugar, le perdonaba todo.

“Che Emanuel” –Dije a un compañero de trabajo

“¿Qué pasa?”

“Ese Tomás actúa de manera muy extraña ¿No te parece?”

“Sí, tal cual, yo no quería decir nada, porque viste… es el hijo de Diego, nuestro jefe no creo que quiera que critiquemos a su hijo.”

“¿Por qué podría ser?”

Emanuel hace un gesto con la cara apretando el mentón y los labios

“Ni idea ¿Voy a hablar con él? Obvio, no ahora, en uno de estos días, pero Lucas, me parece raro ¿Recién te das cuenta que Tomás es así?”

“Siempre lo fue, lo sé, pero pensé que era una actitud temporal, no que era su forma de ser.”

“Y mira, sí no fuera el hijo del jefe ya lo hubieran echado a la primera semana, pero nuevamente ¿Te parece si hablo con él?”

“Puede ser, a vos se te da mejor hablar con la gente, tal vez llegas a convencerlo de que baje un cambio con el mal humor.” Aunque yo no tuviera tiempo para que Emanuel vaya a hablar con él.

Mi plan era llevarlo a algún edificio alto y hacer lo mismo que hice con Hernán, pero ¿Cómo podía hacer que vaya a un edificio y más aún que suba a la terraza?

Debían de haber más maneras de matar a alguien, pero en ese momento no se me ocurría, no tengo ni idea si él vivía en un edificio, entonces cuando nos íbamos del supermercado lo seguía sin que él se diera cuenta, a mi novia le decía que “tengo horas extras los martes y los miércoles debido a una reunión que teníamos los empleados” ya que ella no sabía tanto de mi trabajo.

Era verdad que teníamos reunión los miércoles, pero no tenía horas extras los martes, aun así no le parecía raro.

El primer martes del mes de Mayo, efectivamente, Tomas vivía en un edificio, pero no estaba seguro si vivía con el padre, entonces después de la reunión del miércoles, tuve una idea, era muy forzada, pero sino funcionaba lo intentaría por las malas.

Lo puse en práctica, ya tenía mi cuartada preparada, el miércoles lo seguí nuevamente y Tomás estaba a punto de abrir la puerta del edificio, y entonces fui y le dije.

“Discúlpame Tomás”

“¿Lucas? ¿Me seguiste?” –Respondió con cara de disgusto

“No, vengo a visitar a un amigo mío, ni sabía que vivías en el mismo edifico, ¡Que loco! Que chico es el mundo ¿No? ¿Me dejas pasar?” –Le dije mientras ponía las palmas juntas pidiéndole “Por favor”.

Tomás después de mirar al piso por unos segundos, giro la cabeza y me dijo

“Bueno, dale entra” –Mientras abría la puerta

Ambos subimos al ascensor y me preguntó

“¿Vos a que piso vas?”

Yo le respondí, cambiándole de tema

“Antes de ir con él, quería hablar con vos, Emanuel y yo siempre te vemos de mal humor, tampoco quiero auto invitarme a tu departamento, pero si querés hablamos en el pasillo” –Dije mientras yo lo miraba con cara de lastima y empatía completamente falsa

“No, no estoy de humor” –Dijo tomas un poco cansado y enojado

“Dale, siempre me miras como si tuviera la culpa de algo y me intriga, quiero ayudarte nada más, me preocupa que estés así” –Le insistí de igual manera que antes.

“Mi viejo no quiere a nadie en casa ¿Te parece si vamos a la terraza?” –Decía con un tono cansado pero esta vez más razonable

“Bueno, me parece más cómodo que en el pasillo” –Dije yo, aguantando las ganas de gritar “¡Sí!” viendo que el plan salía mejor de lo esperaba”

Ahora lo que me quedaba hacer era ir a la terraza y hacer lo mismo que hice con Hernán hace unos años, decirle que mire fijamente y cambiar de cuerpos, cuando llegamos a la terraza note un problema, ya era de noche, lo único que podía ver era la luz de otros edificios saliendo de sus ventanas, así que sería más difícil de cambiar de cuerpos debido a la oscuridad, pero me tenía fé.

“Y bueno Lucas, ¿De qué querés hablar?” –Me decía Tomás mientras cruzaba los brazos y me miraba fijamente con los ojos entrecerrados

Bueno ¿Qué tal de esto? –Le dije mientras abría los ojos lo más que podía para cambiar rápidamente de cuerpo y paso lo que tenía que pasar, yo estaba en su cuerpo y él en el mío.

“Mírame ¡imbécil! Esto te va pasar por todos los días con los que venias con cara de orto y tu mal humor de mierda ¡Pelotudo! ¿Qué se siente después de todos los días que no disfrutaste de tu vida, saber que este va ser el último? –Le gritaba mientras subía al borde del edificio, pero no me puse en el borde que daba a la salida, sino a una que daba a la terraza de un local que parecía ser un restaurante.



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En el texto hay: asesinatos, poderes, bodysurf

Editado: 06.12.2024

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