Episodio 9 - El derrumbe del pináculo

Episodio 9

El derrumbe del pináculo

Llega de nuevo esa época del año. Era primero de diciembre, hoy, el calor se estaba haciendo sentir en el ambiente desde la semana pasada.

La gente empezaba a hacer planes para el año que viene, yo también lo hacía, estaba viendo precios a la par que hacia una lista para ver que comprare en estas fiestas para comer rico junto a Katia.

Mate al marido de una mujer, ya que su esposo tenía cargos de tráfico de drogas del barrio, así tal vez piensen que todo fue un crimen pasional o algo así, no me preocupa tanto, su esposa no debía ser buena persona si estaba con alguien como él.

Por otra parte, me encargue de una vecina mía que siempre escuchaba música a todo volumen solo para molestarnos, le dijimos amablemente que no haga eso y solo nos ignoraba, por suerte, alguien entro a robarle hace poco, nada que me involucre ¿Sí me entienden?

Ya no sentía remordimientos ni tampoco dificultad en hacer lo que hago, simplemente lo hacía como si fuera lo más natural del mundo.

Esta sería la última reunión del trabajo que tendríamos en lo que quedaba del año, pero sin saberlo también sería la última reunión que tendría en mi vida.

En la reunión, nuestro jefe se veía mejor, obviamente, ya no era el mismo, pero volvió a tener la motivación que tenía antes, a pesar de eso mantuvo su palabra, él daría el local a uno o algunos de sus empleados cuando falleciera, en eso quedo entre que Jessica, la empleada con más experiencia, con un puesto más alto que el nuestro, el de Responsable de sección, y yo, deberíamos volvernos los dueños del local, en la reunión me dice lo siguiente;

“Lucas siempre fue una persona que le gusta colaborar, y creo que juntos podríamos mantener el lugar en buen estado, como ya lo habíamos hecho en días donde estuvimos a cargo.” –Dijo Jessica.

“Francamente me parece un honor que me tengan en cuenta como futuro co-gerente, pero creo que ese puesto se lo merece mucho más Jessica, ya que yo hace unos meses era tan solo un Cajero y Reponedor, luego me ascendieron a Empleados de sección. Pero nuevamente, ella es la que tiene los conocimientos de cómo organizar una empresa, yo no.” –Respondí.

“Considerábamos a Emanuel alguien más capacitado en estudios, pero lamentablemente ya no está con nosotros.” –Lamento Jessica.

“Tantos pibes jóvenes mueren…” –Suspira Diego mirando al piso, refiriéndose tanto a Tomás como Emanuel.

“Deje de culparse, no fue su culpa lo que le paso a Tomás.” –Le contesta uno de los empleados

“Yo sé que sí lo fue, no importa cuántas veces me digan que no.”

“¿Entonces ya terminamos este tema?” –Pregunta Jessica.

Diego sonríe y dice.

“Sí, se nota que no les gusta hablar sobre mi hijo.”

“Pasa que lo pones a debate como si te fueras a morir mañana, necesitas un poco más de calma en tu vida, se te ve mejor últimamente pero a veces recaes así y no da.” –Señala Jessica.

“Yo me podría morir en cualquier momento, estoy muy grande ya.”

“¿Y vas a pasar lo que te queda de vida diciendo que “Mañana te vas a morir”? No seas así, por favor, todos acá te queremos y a ninguno nos gusta verte de esa manera.”

“Bueno, tenés razón Jessi, voy a tratar de cambiar, debería abrirme y solo me cierro más, eso provoco que nunca valorase la gente que tengo a mi lado, son lo poco que me quedan.”

“No te preocupes, pasa bastante, me paso a mí hace unos años.” –Responde una empleada que ya ni recuerdo su nombre.

“Noto algo bastante extraño ¿Nunca notaron que cuando pierden a un ser querido en el mismo año pierden otro?” –Pregunté.

“Bueno Lucas eso fue un poco desubicado de tu parte.” –Me dice uno de los empleados.

“Lo es pero…. Es cierto ¿No? Que macabro, no lo había pensado...” –Responde Diego intentando no sonreír de algo tan crudo como fue lo que dije.

“Que cruel ironía es la vida ¿No?” –Contesta esa empleada que por mucho que lo intente, no recuerdo quien carajos era.

“Bueno, por lo que queda del año ya está, seguiremos trabajando, si no nos vemos, felices fiestas a todos.

“Falta más de dos semanas para nochebuena.” Pensé, pero mejor no responderle ahora, Diego tendría razones para decir eso.

Todos acomodamos el lugar y yo me voy solo a mi departamento, era de noche como de costumbre. Las calles estaban vacías, más silenciosas que nunca, ni siquiera pasaban autos por donde iba caminando.

Veo que hay un patrullero con las luces apagadas que al principio daba varias vueltas manzana, lo había visto en el local, pero cuando me vio salir del supermercado, no me dejo de seguir lentamente, cuando estoy en una calle sin casi faroles encendidos me doy vuelta y me los quedo mirando.

El auto estaba estacionado, en eso, veo que dos policías bajan del coche, me doy la vuelta y sigo caminando, pero escucho sus pasos, empiezan a caminar rápidamente y cuando ya casi están a mi lado empiezan a correr para agarrarme, logro esquivar a uno, y el otro me intenta taclear, entro al cuerpo del que me quería arremeter, me doy vuelta y golpeo al otro policía estando en el cuerpo de su compañero, lo golpeo con todas las fuerzas varias veces, él compañero parecía entender lo que pasaba, no respondía a la agresión, para confirmarlo escucho que dice, mientras mira a mi cuerpo como si supiera que su verdadero compañero estaba dentro de mí y le dice.

“¡Teníamos razón, es El Cambiaformas!”

Pensaba que era otro intento de encerrarme en algún lugar, pero me doy cuenta que esta vez no iban con bromas cuando uno saca su pistola, cambio de cuerpos varias veces para marearlos, dejo a ambos oficiales con las mentes invertidas, el policía en el cuerpo de su compañero y el compañero en el cuerpo del otro policía.

Empiezo a correr y escucho dos tiros cuando doblo al final de la calle, mi corazón empieza a latir a mil por hora, respiro por la boca, siento que se me tapa la nariz.