El Cambio

Capítulo 8: Eduardo

     Admito que quería darle mucho dinero, incluso darle un hogar. Pero no creo que a mi madre le agradara mucho la idea. Tampoco sabría qué haría con él.

     Adquirí cierta dependencia a estar con ella. Ahora me costará acostumbrarme al cambio. No ha pasado ni un día desde que dejé de verla y ya la extraño demasiado. Me ha dejado con un sentimiento que no sé cómo describir, mi corazón late más rápido cada vez que pienso en ella.

     Al llegar a mi casa recuerdo por completo su aspecto, más que casa parece una mansión enorme. La entrada es un jardín enorme con una hermosa fuente en el centro. Al abrir la puerta de madera oscura, encuentro el interior pintado de blanco. Se parece un poco al hospital en cuanto al blanco del suelo y paredes. Más el negro en objetos y alfombras hace un gran contraste. La cocina es de electrodomésticos de acero, tiene alacenas enormes. Los muebles son café oscuro, casi negro, con plateado. También algunos en el centro tienen mármol blanco.

     Hay sillas con mesas y sillones por todos lados. Mi habitación es enorme tiene baño propio y yacusi, sí... Yacusi. La cama es enorme también. Según recuerdo la casa tiene seis cuartos y ocho baños. Un estacionamiento para seis carros, cancha de tenis, piscina, terraza y, en fin, demasiado.

    No tengo todo el día para admirar la casa así que me pongo a trabajar. Debo ponerme al día.



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En el texto hay: romance, dinero

Editado: 16.03.2020

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