El Cambio

Capítulo 17: Eduardo

     Mi madre está en la puerta y acaba de verme besar a Erika, la verdad no me preocupa, pero como le dije a Erika antes, no quiero alborotos.

     - Esto se llama amor supongo, madre – me gusta desafiarla. 

     - No – intenta abalanzarse sobre Erika, pero yo la sujeto por la cintura y la atraigo hacia mí - no la alejes. 

     - Es mi novia, no puedo dejar que le hagas daño - le digo. 

     - Tú – señala a Erika - cómo sea que te llames, déjame a solas con mi hijo. Quiero hablar con él. Erika está a punto de hacerlo, pero la sujetó tan fuerte que no se puede ir “tranquila” le susurró al oído e inmediatamente la noto más tranquila.

     - Se llama Erika y ella no se va a ningún lado – mi madre cierra la puerta - más bien explícame ¿por qué le rompiste un brazo? 

     - Ella se sorprende, lo puedo notar en cómo abre los ojos - No sé qué te habrá dicho, pero no le hagas caso todo lo que te diga esa víbora es mentira - dice con lengua fiera. 

     - Exactamente por eso te lo pregunto, Erika no me dijo nada y tú pareces muy intranquila así que supongo que mis sospechas son correctas y tú fuiste quién le rompió el brazo - le digo.

     - Y si fui yo qué vas a hacer, ahora estás en cama así que no creo que mucho - me declara. 

     No esperé que me odiara tanto, no, no es eso. Más bien debe ser que ella se casó con mi padre por dinero, nunca la quiso y por consiguiente a mí tampoco. Solo quiere mi dinero ya veo... 

     - Vete de la casa - le digo. 

     - Si todo es cierto entonces como dicen los rumores yo no soy tu hijo ¿cierto? - pregunto con un note de tristeza. 

     - Me sorprende mucho tu inteligencia Eduardo. Muy bien, te contaré: Yo era una chica de sociedad media un día conocí a tu padre y me enamoré de él. Todo iba bien me hice su novia y tiempo después su esposa, así descubrí lo que era el dinero y la vida en grande. Tuve a tus hermanos y vivíamos una vida feliz, hasta que llegaste tú. Mi marido tenía una amante pobre al igual que tu novia, se enamoró perdidamente de ella y tuvo un hijo con ella. Pero la muy débil cuando te tuvo se murió y tu padre lo que hizo fue traerte a vivir con nosotros. Como tú eras el hijo de la mujer que más quiso fuiste el heredero de su fortuna, nos dejó sin nada más que un cuarto de aquella fortuna a tus hermanos y a mí para que nos la repartiéramos mientras tú te dejabas el resto.

     - ¿Entonces por qué estabas tan preocupada cuando casi muero en el accidente? - pregunto.

     - Al principio quería que murieras para que así la fortuna nos quedara a nosotros, pero luego cuando me di cuenta de que perdiste la memoria, pensé que podía lavarte el cerebro y convertirte en mi marioneta personal de dinero. Mas tú le recuperaste y pagaste la carísima cuenta del hospital de una “amiga” tuya - dice dirigiéndose a Erika. 

      - Nunca me quisiste, ya veo. Márchate de mi casa, vete con mis hermanos si quieres. Debería dejarte vivir conmigo, pero por todo el odio que tienes hacia mí no será así, tienes dinero suficiente como para irte. Yo iré a mi casa más tarde así que no quiero verte cuando llegue.

     Evangeline que hasta hace poco consideraba mi madre, se marcha de la habitación y yo me quedo destrozado. Cierro mis ojos y recuerdo. Nunca recuperé mi memoria por completo muchas de mis neuronas murieron y otras partes siguen nubladas. Pero lo puedo ver en mi mente, ella me golpeaba muy seguido por cualquier cosa que hiciera por pequeña que fuera. Me gritaba y me trataba muy mal solo porque mi padre me prefería.
     - Eduardo, ¿estás bien? – dice Erika. 

     - Debo admitir que no. Sabes… no lo recordaba hasta ahora.

     - Tu memoria – me mira con los ojos muy abiertos, luego me abraza con cuidado de no tocar mi espalda de manera brusca. 

     - Solo son pequeños trozos los que no recuerdo, pero la mayoría puedo verla con claridad - digo. 

     - Eso quiere decir que ¿todo eso de que te quería y de que le iba a quitar a “su Eduardo” era una simple mentira? - dice ella.

     - Parece que sí - respondo.

 

M

 

     De regreso en la casa, todo se ve muy vacío. Bajarme y llevarme hasta mi habitación fue trabajo del chofer Daniel, de Mike y de Richter. Les pedí información sobre Evangeline y me dijeron que efectivamente se había ido con mis hermanos. También llamaron del Centro Comercial para verificar que información no estaba mal y no podría ir en menos de un mes, cosa que corroboré. Carmen la amiga de Erika había pasado recorriendo la ciudad con Mike en todo el día de ayer y al enterarse de todo lo sucedido dijo que nunca volvería a salir de la casa, pero creo que ya está fuera de nuevo.

     Sin que Erika lo supiese le informé a todo el personal de la casa de que ella es mi novia cosa que todos se tomaron de manera extrañada ya que solo la habían visto durante un día, solo Mike, Richter y Daniel se alegraron mucho al oír eso ya que ellos si conocían cuanto sufría sin ella.

     La verdad rompí muchas mesas, porque en varias reuniones había una mesa central de vidrio, yo las golpeaba al pensar que algo malo le pasaba a Erika así que tuve que mandar a poner unas de madera, pero estás también fueron rotas de cierta manera así que tuve que comprar unas de la madera más dura del mundo para no romperla.



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En el texto hay: romance, dinero

Editado: 16.03.2020

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