El Cambio

Capítulo 24: Erika

     Me desperté en una cama de hospital como suponía. Me duele mucho el estómago, aunque si estoy viva es porque todo salió bien pese a que creo que debió de haber alguna dificultad por mi corazón.

     - ¡Erika! – Dice Eduardo al verme despierta - ¿Cómo te sientes?

     - Que ¿cómo? Mmm… supongo que adolorida pero no tanto, tranquilo. Dime que pasó con Evangeline, Charlotte y Gloria.

     - Mi madre de alguna manera ahora está mejor, es muy extraño. Decidí poner mucho dinero en manos de los doctores para que le apliquen el mejor tratamiento -dice dándome la mano.

     - Ya veo. Eso es muy bueno, con suerte tendrás a tu madre más tiempo.

     - Sí, es cierto. Con Evangeline, parece que alguien por aquí dio información importante a Richter antes de que todo pasara y pues gracias a eso ahora está en prisión.

     - Wow… ¿quién habrá sido? - digo. 

     - No te hagas, fuiste tú.

     - ¿En serio? No lo sabía… Jajaja.

     - Jajaja. Con Charlotte pues también fue a prisión por dispararte y participar de un acto conjunto para el mal de una persona - dice.

     - Es triste que acabaran así, pero ellas lo quisieron así. Mal por ellas - digo.

     - Sí… la verdad lo de mi padre fue lo más inesperado. ¿Cómo averiguaste eso? Dijiste que por medios ilegales ¿cierto?

     - Eso es un secreto, cariño. Si sabes todo eso es porque ya pasó un tiempo… ¿cuánto llevo dormida? - pregunto.

     - Tres días – se acerca a mí.

     - Es mucho tiempo, deberías descansar. Ya viste que estoy bien - le digo.

     - Más que todo estaba muy preocupado por ti, todo lo que dijiste en ese momento. Tengo muchas preguntas, pero no quiero ahogarte con ellas.

     - Sí, mejor no las hagas. Luego te diré todo, duerme un rato. Tienes unas ojeras horribles. Aunque me alegro de que te… quitaras el saco. ¿No te has bañado? - dice espantada al verle vestido igual.

     - He… no.

     - ¡Pues anda a bañarte! ¿Qué esperas? ¿Qué te lo diga? Vete, vete - digo echándolo.

     - Bueno… ya vuelvo.

     Sale de la habitación y apenas lo hace puedo respirar feliz, no lo digo por que oliera feo sino porque él genera una presión extraña en mí que no me permite respirar en paz. Enciendo la pantalla que hay en la habitación y decido poner las noticias, se encuentran en la parte de Internacionales.

     - Nueva noticia Internacional. Ayer fue atrapado el jefe de una banda narco muy importante cerca de la zona costera de México. El jefe de 36 años fue encontrado junto con su amante un año mayor que él. La mujer al parecer es la hija de un duque de Inglaterra, de nombre Aurore Aldrich Córdova. – Mi madre, ¿desde cuándo es hija de un duque? - El duque busca a su nieta la hija de esta mujer, ya que él se encuentra muy mal de salud y quisiera hablar con el único pariente que le queda sin contar por su hija ya que participo con un narcotraficante. Noticias del Día - dice la voz de una mujer en televisor.

     Apago la pantalla. Necesito un momento, ¿desde cuándo mi madre es la hija de un duque? Y… ¿se supone que yo soy la nieta se ese hombre? Ahora sí me quede analizando un rato.

 

M

 

     Eduardo regresa luego de bañarse, tiene un paño en la nuca con el que se seca el cabello a ratos. Recién entra le digo.

     - Eduardo, sé que te dije que descansaras, pero necesito ir a Inglaterra ya.

     - ¡¿Qué?! Pero… pero si te acaban de operar. No puedo hacer eso - dice asustado.

     - Sí yo sé, pero estaba viendo las noticias y mi abuelo está muy mal, lo quiero ir a ver.

     - Espera, ¿tu abuelo salió en las noticias?

     - Sí, me acabo de enterar de que es mi abuelo. Es el duque Aldrich de Inglaterra.

     - ¿Es un duque? Espera… de verdad me perdí. Si tu abuelo es un duque, ¿cómo se supone que acabaras aquí si es de Inglaterra? Y tras de eso que fueras pobre - dice.

     - Lo averiguaré allá, ahora necesito irme. Llama al médico, anda - le digo.

     - Me acabo de bañar, dame un momento - dice secándose el pelo como desesperado.

     - Está bien, perdón -Eduardo se termina de secar el pelo y luego sale a llamar al médico. Cuando llega soy la primera en hablar.

     - Doctor, necesito irme a Inglaterra por algo muy urgente. Deme de alta.

     - No puedo hacer algo así, podría suceder algo y sería fallo mío. De todos modos, no la van a dejar entrar en un avión estando así.

     - Hay por favor doctor, claro que no me voy a ir en un avión común. Iría en jet privado. Haga la alta - le exijo con voz de mando y el hombre da un pequeño brinco.

      - Sería una falla mía hacer eso, no puedo. – Eduardo saca su chequera y hace un cheque que pone en las manos del médico - Voy a ver qué puedo hacer –dice antes de irse.



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En el texto hay: romance, dinero

Editado: 16.03.2020

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