LA SEÑORA Y EL LORO

En el camino se encontraba una casa no muy grande pero sí llamativa ya que solo se veía el patio, en el se encontraban una gran variedad de planta de decoracion, entre ellas un gran cactus de tal vez 4 metros, flores con colores bonitos, un árbol grande y muy verde, etc,  en ese pequeño patio se encontraba un loro en una jaula, yo pasaba siempre al medio día y se lo escuchaba hablar y hablar, muchas veces la señora que ya estaba mayor, se sentaba a tejer o a leer libros junto al loro, note que tenían sus charlas, se la pasaban horas hablando, tal vez porque la señora no tenia a nadie mas, pero vi que hasta con solo un loro uno puede ser feliz.
Pasaba el tiempo, la señora envejecía al igual que el loro, poco a poco la vida se estaba llendo, las plantas perdían color, unas plantas muy coloradas que tenia ya habían dejado de existir pues la señora ya no solía regarlas tanto, pero seguía saliendo a sentarse a un lado del loro todas las tardes. Lo único que quedaba bien en ese entonces era el gran cactus, y lo malo fue que el loro empezó a aprender algunos insultos por culpa de algunos niños que vivían cerca, la señora lo retaba al loro una y otra ves por todas aquellas palabras que decia.
Todo se estaba volviendo confuso ella se enojaba y el loro solo le respondía grosería, ya hasta el árbol estaba viejo y marchito.
Un día sali porque tenia que hacer unas compras y tome el camino de siempre, y al toparme con la casa de la señora, note algo distinto y raro, ya no se sentía vida por ahi y me di cuenta, "el loro ya no estaba"  pero lo raro esque la señora se seguía sentando a un lado de la jaula como si no hubiera pasado nada, ya no gritaba sino que le hablaba  como en esas charlas que solían tener mientras ella tejía o hacia sus cosas, nada le respondía pero ella seguía hablando y viviendo sin estar enojada.

Supongo que en la vida uno no puede estar solo, como que necesitas de alguien aunque no este haciendo nada, la compañía de un ser nos hace mas alegre, nos hace sentirnos mas vivos