Piii... piii... piii.
El pitido constante de la máquina que mantenía recordándome que aún continuaba con vida, lo que odiaba... ¿Por qué tuvieron que rescatarme? ¿Por qué tuvieron que dejarme en este sufrimiento que se llama vida? Una vez que quiero pensar solo en mí.
Abrí mis ojos lentamente acostumbrándome a la luz de la deprimente habitación del hospital. Sentía que mi cabeza daba vueltas y no sentía nada de mi cuerpo, apenas podía observar mi alrededor y con dificultad ya que mi vista estaba borrosa.
Gracias a todos los santos no hay nadie, no tengo fuerzas para pelear o siquiera soportar la presencia de una persona que me miraría con pena y miedo.
¿Qué no entienden que estoy bien?
Bueno, excelente manera de empezar no ¿? ¡Claro!, primero que nada, hay que presentarse.
Me llamo Park Jimin, tengo 20 años. Vivo con mis padres y mi hermano Jungkook. Y.... tengo TCA* o eso es lo que dicen -para mi exageran- No entiendo porque se meten en mi vida. Fíjense en su vida "perfecta". Si se preguntan de quien estoy hablando, las simples palabras "familia" y disque "amigos" les suena.
¡Ahg! Estoy tan molesto.
Escuché un ruido de fondo el cual interrumpió mis pensamientos. Cerré mis ojos fuertemente para que supusieran que seguía dormido. Sentía unos pasos acercándose a mí.
-Es una belleza que pena –lo único que me faltaba la pena de un desconocido, por la voz pude percibir que era un hombre o la mujer tenia una voz muy grave.
El desconocido agarro mi brazo sacando la intravenosa de esta. Abrí los ojos para encontrarme con el dueño de esa voz. Lo que tenía delante de mí me sorprendió gratamente.
Era el hombre más hermoso que había visto, cabello negro, rasgos finos, piel blanca como la nieve parecía suba que hacía que las puntas de mis dedos cosquillaran en deseo para tocar está. No sé si era muy evidente mi escrutinio a su persona, pero poco me importo. Entonces seguí. Tenía ojos muy bonitos, negros que parecían hipnotizantes ya que no podía dejar de observarlos.
Quien estuviera con semejante hombre no sabía la suerte que poseía.
-Disculpe me da agua –fue lo único que se me ocurrió decir para callar el silencio incomodo que se había creado. Él asintió y se dirigió a una mesa de noche que estaba a un costado de la cama, en donde estaba una jarra llena de agua. Me entrego e baso y se quedo observándome expectante.- Gracias- le dije después de tomar de una el vaso de agua. No me había dado cuenta cuanta sed tenía. - Disculpe mi atrevimiento, pero ¿Quién es usted?- pregunte mientras dejaba el vas en el mismo lugar que se encontraba antes.
- Soy Min Yoongi y soy el encargado de seguir tu tratamiento- dijo serio sin un deje de emociones. Para ser sincero fue hasta intimidante.
- ¿Tratamiento? ¿En donde estoy?- pregunté un poco nervioso, ya que hace unos momentos estaba seguro que el lugar donde estaba era un hospital, pero al decir el tratamiento me hizo dudar. Además el echo de que mi vista se enfoco, pude ver mejor a mi alrededor y más que una habitación de hospital parecía una habitación cualquiera. En el fondo tenia un baño y en el cuarto había un gigantesco ropero y la cama no era típica de hospital.
Me ponía cada vez más nervioso a medida que pasaba el tiempo y el hombre no parecía querer contestarme, y solo se dedicaba a anotar cosas en una libreta. Hacía que me sintiera ansioso.
-Disculpe¿? Me puede contestar- dije a no conseguir respuesta alguna. Mis ojos se aguaron al sentir impotencia y ansiedad del silencio que perduraba en el lugar. Lloré, las lagrimas no paraban de salir de mis ojos silenciosamente explotando todos los sentimientos que rondaban en mi cabeza. El hombre se acerco rápidamente hacía mí y se sentó en la silla del costado mío.
- Calma, pequeño- dijo el hombre pasando su mano por mi mejilla tiernamente. Ese toque inesperado hizo que me sonrojara fuertemente, poniendo mi cara como un tomate parando de a poco el llanto.
- ¿Dónde estoy?- insistí con la pregunta.
- Esta bien - dijo como resignado suspirando pesadamente. - Estamos en el centro mental de Seúl. -abrí los ojos en grande y mi respiración se corto dando paso a más lagrimas que hacían escocer mis ojos.
- ¿Por qué? ¿Dónde están mis padres?- dije entrecortado gracias al nudo en la garganta-
- Tus padres dijeron que vendrán cuando despiertes.- dijo con calma.- Y tranquillo yo estoy acá para ayudarte- comento mientras sostenía mi mano. Ese último comentario hizo que mi sangre hirviera de ira. Estoy bien.
- Disculpe que le diga esto, pero váyase a la mierda y piérdase -expulse las palabras sin pensarlo, pero en este momento estoy muy enojado y dolido. -No necesito ayuda. Estoy bien. Métase en su vida y déjeme vivir como yo quiera.- todo lo quería era que se fuera- Quiero ir a casa, no quiero estar aquí-
- Sabes que no puedo dejarte ir, pequeño. Ahora eres mi responsabilidad y estas metido aquí porque eres un peligro para tu propia existencia- dio un apretón fuerte en mis manos y abro cortésmente aunque tenía el derecho de enfadarse ya que lo había insultado.
- ¡No me importa! ¡Quiero ir a casa!...- di un grito, que provoco que el hombre frente mío frunciera el ceño.
- Sea que quieras ya no tienes derecho en decidir que hacer con vos mismo. Así que aguántate. Mientras mas rápido avances en el tratamiento más rápido te vas a largar de acá.- dijo con la voz firme con un deje de enfado en su tono de voz. Ese simple comentario hizo que desistiera cualquier intento de refutar en su contra.
- Perdone, solo es que la noticia me tomo por sorpresa.- es mejor disculparme y estar en su mismo camino que estar en su contra, y que me tenga que quedar más tiempo en este horrible lugar.
- No pasa nada peque- dijo desordenado mi pelo. Odiaba que me hicieran eso o en si que me llamarán pequeño, no era un niño para que me estén tratando así, pero que lo hiciera el no me molestaba.