el camino de Alessandra

capítulo 27

Abro los ojos con algo de esfuerzo pues los siento hinchados y me arden. Ayer, luego de la conversación que tuve con mis amigos me encerré en mi habitación el resto del día y me quedé dormida.

 Me desperezo sintiendo mis músculos agradecidos por el movimiento y me repito varias veces que hoy va a ser un día mucho mejor. Salgo de mi acolchada cama y voy descalza hasta el cuarto de baño. Me doy una ducha con agua muy caliente, larga y relajante que me hace reflexionar con más calma y tranquilidad las cosas que están ocurriendo.

Al salir voy hasta el closet y decido ponerme un vestido que no es mío, si no que encontré en uno de los muchos cajones del cuarto. Es un vestido claramente antiguo, pero que se ve muy nuevo. Cubre los hombros y la falda es larga hasta los tobillos, es completamente de color blanco, tiene encaje en la parte del pecho y las mangas.

Tengo que admitir que no es algo que compraría y mucho menos que usaría en un día normal, sin embargo, tiene un brillo extraño que me atrae, es como si me llamara y luego me invitara a usarlo.

Me pongo el vestido y luego unas zapatillas blancas que no combinan en nada con el resto de mi vestuario, pero son cómodas.

Peino mi cabello y luego lo recojo en una coleta alta al estilo Ariana grande, o eso intento porque no queda muy parecida. Aplico protector solar sobre mi rostro y un bálsamo para labios. Por último, me apunto el colgante de lobo en cristal que me dio Asher, ahora recuerdo que fue Matt quien me lo regaló para mi cumpleaños número cuatro.

Salgo de mi habitación tarareando una melodía que acabo de inventarme, bajo corriendo las escaleras en forma de caracol y voy directo hacia el ala médica del castillo.

Pasó por enfrente de la habitación donde se encuentra Ana y notó que esta un poco más delgada. Pesa a que siento que mi empatía regresa poco a poco, no siento ningún remordimiento al verla. Sigo de largo hasta llegar a la habitación de Ethan, doy un suspiro antes de abrir la puerta y entrar.

— Hola hermanito, ¿me extrañaste? — espero unos segundos anhelando obtener respuesta, pero ésta nunca llega.

Con algo de tristeza me acerco hasta su camilla y paso mis dedos por su cara, grabándome todas sus facciones.

— Te busqué en tu cuarto, pero no te encontré, así que supuse que estabas aquí— volteo hacia la puerta y veo a mí padre recostado sobre ésta, viéndome con cariño y a Connor a un lado suyo.

— Que extraño vestido— Connor frunce el ceño y mi padre abre los ojos como si me estuviera viendo por primera vez.

— ¿es tuyo? No recuerdo habértelo visto.

— No papá, estaba en el closet de mi habitación. Tiene algo que me atrajo, espero que a los Kim no les moleste.

— Para nada— dice Samantha apareciendo detrás de Connor— de hecho, ni siquiera sabía de su existencia. Además, te queda bien, puedes conservarlo si gustas.

— Gracias— sonrió y luego vuelvo nuevamente mi mirada hacia mi padre— ¿para qué me buscabas?

Hace un gesto como si se hubiese olvidado de algo importante y luego mira asintiendo en dirección a Connor.

— Tenemos que hablar— miro con recelo a Ethan en la camilla e ignoro lo que me acaba de decir mi padre.

— Dijiste que despertaría pronto— uso un tono acusador con Connor y lo miro entrecerrando un poco los ojos.

— Precisamente de eso tenemos que hablar

— Ve tranquila, yo lo cuido— miro unos segundos a Samantha de forma dudosa.

— Esta bien, pero no apartes tú vista de él— Samantha asiente, le doy un corto beso en la frente a mi hermano y lo miro unos segundos más mientras salimos de la habitación.

Vamos por los pasillos en completo silencio hasta llegar a la entrada del castillo y salir al jardín.

— Vamos a caminar un poco por los alrededores— mi padre mira a Connor— si quieres puedes venir— se encoje de hombros— no tengo problema con eso.

Connor da un gesto afirmativo y caminamos hasta adentrarnos en el bosque. Seguimos en silencio por unos veinte minutos, cuando veo unos árboles extraños, de corto tamaño y muy frondosos comienzo a desesperarme.

— Ya papá ¿por qué tanto misterio? Solo dime lo que me tengas que decir— todos nos detenemos abruptamente.

— Está bien— suspira— solo quería asegurarme de estar los suficiente lejos de tu madre para que no nos oiga.

— Tu nunca le ocultas nada a mamá— lo miro acusadoramente

— Es que me dijo que no te dijera para no presionarte, pero creo que es importante.

— ¿qué es? — la curiosidad comienza a aflorar y apenas me doy cuenta qué Connor se aleja un poco para darnos algo de privacidad.

— Ethan no va a poder despertar

— ¿QUÉ?

— Déjame terminar— me mira con paciencia— Ethan no va a poder despertar sin tu ayuda o la de Samantha

— ¿cómo así? — frunzo ligeramente el ceño

— Lo que él recibió fue un ataque de magia. Su cuerpo esta bien, pero su mente no tanto. La magia solo se puede anular con magia.

— ¿y por qué no lo haces tú? También eres un brujo

— Lo haría si hubiesen herido a un humano, pero hirieron a un brujo…

— ¿y eso qué tiene que ver?

— Que me dejes terminar. Si se hiere a un brujo con magia, ésta actúa de forma diferente, se necesita a alguien poderoso para anularlo— me mira con timidez— y tu magia es mucho más fuerte que la mía.

— Pero no sé cómo controlarla, y ¿cómo es que Samantha puede hacerlo?

— Luego ella de lo dirá, por el momento, vas a iniciar tu verdadero entrenamiento, del cual, nos vamos a encargar Nicholas y yo.

— ¿me vas a entrenar?

— No pude evitar oír su conversación— doy un pequeño brinco al oír una voz masculina un poco áspera.

— ¿¡Quién dijo eso!?

— ¿Quién dijo qué? — mi padre me mira como si tuviera tres ojos y Connor viene confundido hacia mí.

— Tú si lo escuchaste ¿verdad?

— ¿escuchar qué?



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En el texto hay: romance, suspenso, hibrida

Editado: 31.08.2021

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