George despertó en la cama, a las once de la mañana, recordando que no pudo ir al colegio, pues amaneció enfermo, fue visitado por su madre en la mañana, le dijo que no asistiera y eso fue lo último que recordó. Ya despierto, se encuentra más animado, no tiene mucha gripe, por lo cual se levanta, al abrir las cortinas de su habitación, fue recibido por el bosque oscuro que estaba frente a su casa, luego más cerca, estaban las plantas que rodeaban sus terrenos, su hogar estaba ubicada en plena carretera, en una curva de la misma, este camino rodeaba el pequeño bosque.
Cuando lo veía siempre recordaba las historias de terror de su tío, pues ese lugar está prohibido, tiene cosas extrañas, pero su padre antes de morir, le dijo que era falso todo aquello, solo eran historias que usaban para que los niños no fueran a caminar.
Pero él igual solía hacerlo hacerlo, caminar por los alrededores, hasta que vió una cosa alta, de color verde grisasea, vió como estiró su largo brazo, tomó una pelota roja que se le había caido, para luego desaparecer detrás de un árbol.
Solo a su hermana le había contado de ella y su extraña desaparición.
Han pasado cuatro años de su pérdida, cuando tenía ocho años recién cumplidos, pero al menos gracias a la ayuda de su tío paterno Patrick, ellos lograron salir adelante, sin decir que ahora su madre se casó con un buen hombre llamado Aurelio, siempre jugó con ellos y les cuidaba todo el tiempo, siendo un hombre muy cariñoso, hasta incluso le contaba cuentos a ellos.
Aun así, lo sigue extrañando, pero en el fondo, sabe que él está a su lado siempre.
Bajó al primer piso aun en pijama, tenía hambre, por lo cual se dirigió directo a la cocina, donde comenzó a preparar un sandwich, en el momento que escuchó un ruido en la casa, como si algo cayera y se rompiera.
Asustado se apegó a la muralla, comenzó a caminar apegado a este, para ir a esconderse a su habitación, tenía un lugar seguro que solo su hermana Marina conocía, no sabía qué pasaba, pero tampoco quería saberlo, él estaba solo en casa, a esta hora no había nadie, usualmente el llega a las tres a la casa luego de terminar el colegio junto con ella.
Asomó la cabeza lentamente, no había nadie, solo debía regresar al cruzar un pasillo, tras pasar frente al living, caminó lentamente sin hacer ruido.
Cuando pasó delante de la sala de estar, vió una gran sombra, que estaba de espaldas, su cuerpo se sacudió por completo, se tapó la boca para evitar emitir un ruido, ahí cayó en cuenta de algo, debía llamar a la policía, se demoran como cinco minutos en llegar, pero es mejor que nada, lo otro sería ir donde un vecino, pero estos quedaban a unos cuantos minutos a pie, para salir solo tenía la entrada principal y la trasera, pero esta haría mucho ruido, pues estaba floja y rechinaba, luego recordó que en habitación de su madre, había un teléfono celular siempre en caso de emergencia, el plan era tomarlo, esconderse y llamar.
Dió un paso por las escaleras.
Profirió un grito asustado, debía correr y llamar, pero no alcanzó a dar otro paso más, cuando sintió un golpe en la cabeza.
Todo se tornó oscuro de un momento a otro.
Sintió cómo su cuerpo se movía, aunque tenía los ojos cerrados, todo daba vueltas.
Sintió un peso extraño en su cuerpo. Luego se levantó un poco y abrió los ojos,se encontraba en el suelo, logró ver con espanto al responsable.
El hombre estaba de espaldas a él.
Sintió un remezón en su mundo, cuando vió a su padrastro subiendo al auto, para dejarlo abandonado, se levantó, al asomarse por la carretera, notó donde estaba, era el otro lado del bosque, aunque el camino no era largo, pues media un kilómetro de ancho, pero la vuelta era de media hora en auto, miró el reloj, eran las once con cuarenta minutos, debía llegar a la casa pronto, antes que su hermana y escapar juntos. Pero la carretera era muy larga.
Miró al bosque, notó que había un pequeño sendero.
Comenzó a caminar hacia él, era totalmente oscuro, solo unos cuantos rayos del sol pasaban, respiro fondo y se internó en él.
Apenas dió unos pasos dentro, encontró una pequeña abertura junto a un cartel que decía: “Este camino te guiará a donde debes ir, pero para entrar debes renunciar a todo en tu vida”.
Tales palabras helaron la sangre del pequeño, pero de inmediato pensó en su hermana, que era más importante que cualquier ilusión o miedo provocado por algún bromista y sus mensajes tétricos.
Aún vacilando, se internó al bosque, pasando entre matorrales, lo primero que se percató, era el completo silencio que abundaba en el lugar, estaba todo en completa penumbra, no llegaba nada de luz, era igual a caminar por una cueva sin antorcha, pero era extraña, pues todo se veía en tono grisáceo, era una extraña clareza en la plena oscuridad.
Era todo tan silencioso, que incluso sus pisadas no se oían, sentía las marchitas bajo sus pies, las cuales se rompían al pisarlas.
De imprevisto sintió una sombra que pasó sobre él, algo aún más oscuro que el propio ambiente, se apegó junto a un árbol cercano, mirando a todos lados, buscando aquella cosa que pasó por encima, su corazón comenzó a latir violentamente. Mirando por todos lados, solo veía las ramas de los árboles cruzando por el cielo, ocultando cualquier vestigio de luz, miró por donde debía ir, vió que había una pequeña entrada formada por las ramas, similar a un túnel, le daba un miedo adentrarse ahí.