El camino del fuego.

Punto de partida.

Era una habitual tarde de miércoles en Beradon y ya se empezaban a reunir una multitud de jóvenes. No se podía decir que 15 personas fueran una multitud, pero en un pueblo de unos cientos de habitantes muy pocas veces al año se veía un grupo de ese tamaño.

Mientras veíamos como los demás se reunían al final del camino con Frojyer, Rouk y yo atravesamos el último tramo dejando atrás los antiguos edificios que se encontraban a las afueras del pueblo. Adentrándonos en las hojas con tonalidades naranjas, rojas y amarillas de los árboles de Brasas. Mientras íbamos caminando recordaba las historias que nos contaban de niños, sobre cómo el pueblo fue salvado de un gran incendio gracias a una de las Doce Lanzas que encerró el fuego en las raíces de los árboles; que con el tiempo transformaron el color de las hojas en lo que son ahora.

Sin darme cuenta estábamos detrás del semicírculo de personas, siendo los últimos en sentarse en los troncos que había repartidos por el suelo. Y como era usual nadie hablaba antes de que empezara la práctica. Todos los reunidos aquí tenemos una meta en común, poder impresionar a algún visitante que viniera a presenciar uno de los antiguos festivales de nuestro pueblo Cuando las Brasas Prenden; y no había nadie mejor para prepararnos que la leyenda viva de Frojyer. El viejo se ganó su oportunidad de salir de este lugar hace treinta años y había regresado hace tres años con el objetivo de preparar a las nuevas generaciones y abrirles las puertas fácilmente con los contactos que tenía en Ignis.

El siempre era sumamente gentil lo cual contrastaba ampliamente con lo alto y fornido de su cuerpo, era de esas personas a las cuales no importaba si te considerabas alto igual deberías de subir la cabeza para poder mirarle los ojos. Su tez café resaltaba mucho con el color blanco de su barba y sobre todo con las cicatrices que tenía alrededor de sus dos brazos; estas se las había ganado en su trabajo en Ignis como guardaespaldas, o por lo menos era lo que nos había contado en nuestra primera práctica, pero yo seguía teniendo una duda sobre las mismas, no sabía si me preocupaba más quien fue capaz de dañar a un tipo que luce como una montaña o lo que le sucedió a ellos.  

   -Como todos saben hoy es nuestra ultima practica antes del festival-dijo Frojyer con la usual tranquilidad que generaba su voz-, pero quiero que piensen en todas los enfrentamientos que han tenido estos últimos seis meses, quiero que se concentren en todas las cosas que han aprendido y lo diferente que son en este punto.

-Quiero que hoy tanto como los que luchan en equipo como los que luchan en solitarios utilicen todas las estrategias que puedan-esta vez cuando habló Frojyer su expresión cambio dándonos a todos entender que no permitiría ningún error-, esta puede ser una práctica pero si algo les puedo asegurar es que los que ganen hoy tendrán asegurado su lugar el día del festival.

En ese momento sabíamos que los juegos habían terminado y que la verdadera prueba acababa de comenzar para nosotros con el simple cambio de mirada de nuestro maestro.

-Hoy vamos a practicar el rey de la colina, estaré a un kilómetro y medio de la base de la montaña-mientras se ponía de pie nos daba las últimas indicaciones que necesitábamos-, no van a haber ningún tipo de restricción ni de ventajas, cada uno tendrá un pañuelo por persona menos los equipos que solo tendrán uno y este tiene que estar amarrado en cualquier parte del pantalón y para ganar deberán traerme dos pañuelos. Todos se dirigirán a sus puestos de partida y en veinte minutos comenzaremos.

No dijo nada más y se marchó en dirección a la montaña que teníamos frente a nosotros. Todos nos levantamos de nuestros asientos y comenzamos a recoger nuestras armas mientras nos saludabamos entre nosotros.

-Por lo menos esta vez el terreno no es complicado para nosotros Gromx-dijo Rouk mirándome mientras se colocaba su arco sobre el hombro derecho.

-No va a ser tan fácil como piensan, esta vez nadie los va a poder proteger- me dijo Vigrask mientras me saludaba levantando su mano.

-Hablas mucho con los demás para pelear solo Gras- respondió Rouk.

-Deberías pensar en cómo ganar en lugar de….- respondí hasta que todos volteamos a ver como se giraba Frojyer a vernos.

-Queda de más decir que no quiero saber sobre luchas antes de que comience la prueba- mientras hablaba su vista se mantuvo entre nosotros tres y terminado de hablar volvió al curso que tenía establecido.

La semana pasada Vigrask había comenzado una lucha con el equipo de Sara y Thila, saliendo muy lastimado hasta el punto que no participó en la práctica. Si se encontraba preparado para estar hoy aquí era únicamente por la Gran Nana que era la mejor “Moldeadora” médica de diez kilómetros a la redonda y siempre que alguien se lastimaba no duraba más de tres días en recuperarse. Muchas personas han venido a intentar aprender la manera en la que curaba y otros pocos solamente a especular sobre cómo transforma su entorno, pero aún en la prueba  más difícil nadie descifraba cómo utilizaba sus poderes.

-Vámonos de aquí antes de causar más miradas como esas- le dije a Rouk mientras sostenía su hombro izquierdo y nos pusimos en marcha hacia nuestro puesto de partida. 

Nos tomó cinco minutos caminando llegar hasta el pequeño puesto que comprende de cuatro postes, un techo de madera y una línea de salida que habíamos construido en nuestras primeras clases antes de que comenzaran los enfrentamientos a campo abierto. Habíamos practicado cuatro veces este mismo ejercicio más nunca logramos estar dentro de los tres mejores, lo más que nos acercamos al podio fue en el quinto puesto en nuestro último intento pero tanto como Rouk y yo habíamos mejorado nuestras armas y la manera en que nos movíamos por el bosque.



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En el texto hay: aventura, misterio, magia fantasia

Editado: 06.01.2022

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