Antonio Pinto Renedo
© Autor, maquetación y diseño de cubierta:
Antonio Pinto Renedo
Publicado en octubre 2013
Revisado en 2019
ÍNDICE
CAPÍTULO 1 - EL COMIENZO
El objeto volador
El desengaño
El pensamiento dirigido
CAPÍTULO 2- LA VERDADERA HISTORIA DE LA BIBLIA
Mesopotamia y los hebreos
El éxodo
Aciertos y errores de las religiones
CAPÍTULO 3- JESUCRISTO Y LOS PROFETAS
La vida de Jesús
Cielo e infierno
El anticristo
Los falsos profetas
La naturaleza de un profeta
Lo que une a un hombre con Dios
CAPÍTULO 4- HACIA UNA NUEVA ERA
El camino hacia la salud
Riesgo y salud
Las mujeres maltratadas
Racismo y mesticismo
Las claves del progreso
El progreso está en el equilibrio
PRÓLOGO
Este es un libro dedicado por encima de todo al hombre, es decir a tratar de expresar todas las posibilidades que el ser humano es capaz de dar de sí. El peor enemigo del género humano está dentro de sí mismo, es decir, la excesiva tendencia de las personas a simplificarlo todo con el fin de no tener que dedicarse a la incómoda tarea de reflexionar sobre el mundo que les rodea. Esto da lugar a que se confíen en exceso organizaciones como la clase política o las distintas cúpulas religiosas mucho más preocupadas por su propio lucro que por ayudar a las personas. Es por ello necesario, sobre todo en esta época actual, que la gente reflexione sobre el mundo que les rodea, porque esta es una época en la que cada vez más lo que parece cierto es falso y lo que parece falso es cierto, todo ello consecuencia de lo fácil que la gente da por sentado la forma en que los poderes de la sociedad les presentan los hechos. Con este libro también intentaré descubrir a los lectores lo erróneo que resulta tomarse los libros religiosos al pie de la letra y para ello hago un análisis sobre su historia y la forma en la que evolucionaron hasta llegar a nosotros. Por último, expondré aquellas claves que en mi opinión serán decisivas para el progreso de la humanidad.
CAPÍTULO 1 - EL COMIENZO
EL OBJETO VOLADOR
En este capítulo, explicaré cuando comenzaron en mí las inquietudes por la investigación científica y por qué esa investigación fue más allá de lo clásico, ya que no me conformaba con las conclusiones que normalmente solían bastar a la gente.
Aquel año, en el mes de agosto, yo me encontraba veraneando con mi familia en un pueblecito llamado Cerezal, situado al norte de España en la provincia de León, cuando ocurrió un suceso que aunque aparentemente simple, sin embargo pudo ser clave en el devenir de mi vida en el futuro, yo en aquel momento tenía unos catorce o quince años, en 1.979 aproximadamente.
Sobre las diez de la noche, después de cenar, yo y dos de mis primos salimos a dar un paseo y nos dirigimos por la carretera que cruza el pueblo en dirección a la campa en las que todos los años se celebra la verbena en el lugar. Entonces nos sorprendió un hecho que nos pareció bastante extraño, y es que por detrás de la casa que se encontraba junto a la campa sobresalía una gran luminosidad. Yo me acerque hacia ella por un lado de la casa y entonces vi una intensa luz de color blanco que lo impregnaba todo y resultaba difícil de mirar, pero no recuerdo exactamente que la producía, entonces le dije a mis primos con señas que se acercaran a mí para verlo. Al día siguiente, algunos vecinos del pueblo dijeron haber visto el suceso, atribuyéndolo al fenómeno ovni.
Recientemente, en el verano del año 2.013, volví a encontrarme en el mismo lugar con mi prima Mari Carmen que fue testigo de los hechos conmigo y le comente que no podía recordar con exactitud lo que vi al mirar aquella luz, ella me dijo que solo recordaba una intensa luz que se alejaba hacia el cielo, también me dijo, pues yo no lo recordaba, que en el suelo, en donde estuvo la luz, había un círculo grande de hierba chamuscada. A partir de que viéramos aquel objeto mi inquietud por esos temas aumentó, lo cierto es que no se trataba solo de curiosidad pues yo sentía la sensación de tener gran facilidad para encontrar las soluciones a los problemas científicos que en ellos se planteaba, como si la ciencia fluyera por mis venas y fuera parte de mí, de modo que me llegué a preguntar si no sería este un caso más de las conocidas abducciones y fueran ellos nuestros hermanos cósmicos, quienes me lo habrían inculcado. Para mí sería fácil en este momento intentar ganar la confianza de los lectores afirmando tal cosa, como han hecho hasta el día de hoy tantos escritores del oportunismo, pero yo prefiero quedarme con la verdad, aunque ello me suponga tener un menor respaldo a mis ideas. Lo cierto es que desde ese día yo siempre me pregunté si el avistamiento de ese objeto tuvo que ver con mi gran interés por la búsqueda de la verdad y mi sensación de inspiración al respecto, pero tengo que decir sinceramente que nunca hubo más encuentros de este tipo entre estos hipotéticos seres extraterrestres y yo, como no fuera de forma indirecta o subconsciente, no obstante yo siempre he creído que de alguna forma ellos guiaban mis pasos en la distancia, aunque sin verlos ni oírlos, en cualquier caso en manos de los lectores dejo sacar sus propias conclusiones.
A partir de los 18 años decidí contar estas experiencias a la sociedad, pero tuve que esperar unos veinte más para poder hacerlo, también sentía un gran interés por los libros de ciencias, sobre todo por los de astronomía pues a través de ellos imaginaba como sería la vida futura en el espacio además de aportarme útiles conocimientos. Hay que tener en cuenta, que este es nuestro futuro y leer sobre ello era una buena gimnasia mental, yo no me limitaba a la mera acumulación de conocimientos como se hace en las escuelas, al contrario yo utilizaba los conocimientos como un punto de partida para progresar después a través de la meditación deductiva. Además me aficioné a realizar gran cantidad de planos sobre máquinas y naves espaciales, pero no solo sobre su aspecto exterior sino también sobre la técnica e ingeniería internas. De hecho el verdadero placer de la investigación en filosofía es aplicar los conocimientos adquiridos a ir más allá y como si de una forma de videncia se tratara intentar encontrar la solución a los problemas que aquejan a la sociedad. Porque la verdadera clave de la deducción del futuro se basa en la inercia de la naturaleza a seguir su camino del mismo modo que una masa sigue su propia trayectoria cuando ninguna fuerza actúa sobre ella. Por consiguiente, se puede afirmar que si una persona se toma el tiempo necesario, se asesora científicamente y tiene la suerte de poseer la suficiente inteligencia e intuición, puede llegar a conseguir abrir una nueva frontera en el conocimiento, esto es lo que hicieron los grandes pensadores que fueron los profetas, pero también los descubridores del resto de ramas científicas. Lo que en este y mis otros libros se cuenta, no persigue el afán de lucro como en el caso de esos falsos profetas que son muchos de los llamados escritores de lo paranormal, pues solo busco abrir las mentes de la gente hacia la verdad y que por fin este mundo pueda considerarse evolucionado.