El camino perfecto

17. Nuestro primer beso

Habia pasado casi una semana desde la ultima vez que había visto a Chase, el sábado no fui al cine como se suponía. Tampoco había ido a trabajar, pues mi alergia empeoro convirtiéndose en gripe. Marie dijo que me tomara unos días hasta que me sintiera mejor, con miedo a que contagiara a los clientes.

Habia escuchado por casualidad, a Sam decir que Chase estaba en Los Ángeles. No pregunte, ni ella me dio explicaciones. Peter había ido a verme unas dos veces, luego dejo de visitarme. Lo entendía, tenia una vida que no giraba en torno a mi, y mi humor tampoco ayudaba a que recibiera visitas. Habia estado actuando... Y voy a citar textualmente las palabras de West, "Como una perra malhumorada" cosa que no iba mal encaminada.

Me encontraba comiendo un envase de helado que había encontrado en el refrigerador. A pesar de que tosía como un perro, mi garganta dolía, por lo que las cosas frías me hacían sentir mejor. Usaba el mismo camisón blanco transparente que el día de "la pelea", pero me daba igual pues estaba sola. La cerradura de la puerta sonó, pero mi atención seguía fija en el televisor.

-Pasa, ella debe de estar en su cuarto- escuche decir a Sam. Hizo su entrada a la sala y me vio sentada en el mueble aterciopelado color blanco.

-¿Que paja?- pregunte con la boca llena de helado. Chase apareció detrás de ella.

-Pense que estabas en tu cuarto- dijo. Mas hacia Chase que hacia mi.

-Ji quierej puedo irme- dije aun con el helado en mi boca. Trague la gran masa helada.

-No, esta bien....-dijo. Se giro hacia Chase y este asintió dando a entender que lo estaba. Sus ojos encontraron los míos, pero la televisión llamo mi atención por lo que desvié la mirada. Las mujeres se quitaban los zarcillos y recogían sus largos cabellos en moños, lo que significaba que vendría una pelea.

-¡PEGALE MELLIE! PEGALEEEE- grite a la televisión. Esas gitanas siempre peleaban, era por eso que me encantaba. Chase y Sam habían entrado a la cocina, supongo que para mantener su conversación privada. Entre a dicho lugar para guardar lo que quedaba de helado.

-Oye- llamo Sam. Me gire- Ese helado era mio- se quejo. Me encogí de hombros.

-Aun queda un poco- respondí. Me impulse con las manos y me senté sobre el grafito de la cocina.

-¿Que haces?- pregunto Sam mientras veía como me daba la vuelta lentamente.

-¡At-chis!- estornude de repente- No alcanzo las..¡At-chis!- estornude de nuevo-¡At-chis!- hice una pausa, por si venia otro estornudo. Cuando nada llego termine mi oración interrumpida- galletas- Sam ya estaba riendo, y Chase había intentado no hacerlo, pero fallo, riendo con Sam.

Sam seco las lagrimas que se le habían escapado por la risa.

-¡At-chis!- de nuevo- ¿Alguien me puede pasar las malditas galletas?- pregunte malhumorada. Sam rió y se acerco a donde estaba. Alzando sus brazos hacia el gabinete.

-Es imposible- se quejo.

-No lo es- dijo Chase acercándose hacia donde nos encontrábamos. El era una, o dos cabezas mas alto que yo. Y eso que yo media un buen metro setenta y tres. Se sentó en el grafito, junto a mi y alzo uno de sus largos brazos alcanzando el paquete de galletas oreo, que tanto quería. Sam, en algún momento había desaparecido. Por lo que solo estábamos Chase y yo.

-Gracias-dije metiendo una de las galletas a mi boca.

-De nada- respondió. La calidez que tanto amaba regreso a sus lindos ojos color avellana. Tomo una de las galletas y la llevo a su boca. No pude evitar ver como sus carnosos labios masticaban la delicia achocolatada. Luego aparte la mirada temiendo babear. Mis ojos regresaron a su rostro, mas específicamente a sus ojos, que ahora miraban mis labios, igual que como lo había hecho hace segundos. Carraspee, lo que hizo que sus ojos regresaran a los míos y luego desviara la mirada.

Tome otra galleta y la metí en mi boca. Chase hizo lo mismo pero la lanzo para atraparla con su boca, fallo y la galleta callo al suelo haciendo "chof" al chocar con la cerámica, y rompiéndose en pedazos. Comence a reír con la boca llena de galletas, lo que hizo que me ahogara. Y comenzara a toser exageradamente. Chase lleno un vaso con agua y me lo tendió, la bebí rápidamente, pero eso solo hizo que mi tos fuera mas leve. Se acerco a mi y palmeo mi espalda, para que pudiera calmarme, luego de unos segundos me calme. Chase me miraba intensamente, alternando sus ojos entre mis ojos y mis labios. Por fin tomo iniciativa y se acerco a estos últimos. Poso sus labios sobre los míos, su beso era desesperado, como si lo hubiese estado esperando desde hace tiempo, como si su vida dependiera de eso. Mi boca en respuesta se abrió, dando paso a su lengua, su boca sabia a una mezcla de oreo y menta. Una de sus manos estaba junto a mi pierna, posada en el grafito, mientras la otra descansaba en mi cintura... Luego de unos segundos se separo para tomar aire, ambos nos quedamos en silencio tratando de recuperar el aliento, sus labios estaban rosados por el beso, y mis mejillas ardían, por lo que seguro estaban igual o peor de rojas.



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En el texto hay: karma, drama, comedia humor

Editado: 29.10.2018

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