-Ya llegamos- dije con la boca llena de chocolates. En realidad sonó mas como "A egamo". Era una vista espectacular, desde el cielo se podía ver toda la costa y el océano. Era simplemente hermoso, y mas aun con la luz del día. Chase sonrió.
-¿Te gusta?- pregunto. Asentí.
-Es hermoso- respondí. El tomo mi mano, baje la vista a nuestras manos entrelazadas y sonreí, dirigiendo mi vista de nuevo a el océano.
<<Bienvenidos a Los Ángeles, California esperamos que tengan una buena estadía>>
Dijo la voz del piloto. Pronto las personas se levantaron una a una de sus puestos y tomando sus cosas para dirigirse a la salida.
Ya en el Aeropuerto Chase buscaba nuestras maletas mientras yo me acercaba a los montones de chóferes y personas con carteles, esperando hasta encontrar a quienes buscaban.
-Allá- señalo Chase al ver un cartel que decía: "Taylor's" El chófer, tenia mas el aspecto de un jugador de la NBA que el de un chófer, exageradamente alto, corpulento y moreno.
-Señor y señorita Taylor- saludo. Tomando mi maleta. Sonreí amablemente al tipo.
-Me gusta como suena eso- susurro Chase a mi oído.
-¿Que?- pregunte mirándolo.
-Señorita Taylor- dijo sonriendo egocentricamente. Luego se le quedo viendo feo a un tipo que me recorrió asquerosamente con la mirada, demorándose mas en mis piernas. Me atrajo mas a su lado y se hizo el intimidarte.
-Cálmate. Pareces un perro guardián- le dije riendo.
-No me gusta que miren a mi chica- gruño.
-¿Tu chica?- bufe- Yo no soy tu chica, nosotros solo somos amigos- aclare.
-¿Amigos que se dan una oportunidad?- pregunto alzando una de sus cejas.
-Exacto. A-MI-GOS- respondí.
-¿Algo así como amigos con derecho?- pregunto sonriendo emocionado.
-Cállate, idiota- fue mi única respuesta. El solo comenzó a reír.
Subimos al auto y el chófer/jugador de la NBA arranco de inmediato. Mientras pasábamos diferentes cosas fue enseñándome cada una de las cosas increíbles que habían en Los Ángeles.
-¡Helado!- chille señalando una de las heladerías mas famosas de LA.
-¿Quieres uno?- pregunto Chase. Asentí emocionada. El chófer estaciono frente a la muy concurrida heladería. Al bajarnos y entrar al local la gente me miraba un poco extraña, seguro porque andaba en tacones y la mayoría usaba zapatillas deportivas o solo sandalias.
Al ordenar íbamos saliendo del local cuando un flash nos sorprendió a ambos. Dos o tres paparazzis hacían preguntas a Chase. Yo me asuste y lo tome de la mano dirigiéndonos al auto.
-Déjenos en la plaza mas cercana y siga con el auto para despistarlos- ordene al chófer. El asintió cumpliendo con mi orden.
-Tranquilízate nena, eso suele pasar cuando vengo a casa- me dijo Chase. Asentí para tranquilizarlo. Si el supiera porque no quería que me fotografiaran...
-Llegamos- anuncio el chófer luego de unos 20 minutos. Chase y yo bajamos del auto aun con nuestros helados en mano y nos sentamos en una banca.
-¿Por que eres tan famoso?- le pregunte. El se giro de golpe hacia mi y me miro fijamente. Acerco su mano hacia mi cara. Yo pensé que me iba a besar. Por lo que me relaje y cerré los ojos cuando el tomo mi rara, esperando algo que no sucedería. Al ver que no pasaba nada y escucharlo reír abrí un ojo y luego el otro. Lo mire confundida mientras reía a carcajadas y casi botaba su helado al suelo.
-¿Pensaste que te iba a besar?- pregunto divertido, mirándome fijamente. Sentí un pequeño calor subir por mis mejillas- Simplemente iba a quitar un pedazo de chocolate que tenias junto a tu boca- dijo sonriendo divertido ante la situación. Como no acerté a decir nada el obtuvo su respuesta fácilmente.
-Mmmm.. –no sabia que decir así que mejor me calle. El tomo otra vez mi barbilla y me miro, trate de no ver sus penetrantes ojos porque si no, sabia que estaría perdida.
-Pero... Si lo que quieres es un beso pues...- Tomo iniciativa y poso sus labios en los míos. Su lengua experta se movió en mi boca. Pero de golpe yo me separe. Algunas personas veían divertidas la escena, otras les tapaban los ojos a sus hijos, indignadas, y otras solo nos ignoraban.- ¿Que pasa? –pregunto el aturdido. Sonreí al ver su mirada y su boca entreabierta. Al menos no era yo la única afectada.
-Pasa que no quiero hacer una escenita en publico....- le dije, comiendo lo que quedaba de mi helado. El hizo lo mismo y luego hablo.