El camino perfecto

27. Sustos

Candace

Desperté en una habitación desconocida. Entrecerré mis ojos tratando de que se adaptaran a la luz y luego me gire a un lado. Entonces lo vi, su cabello castaño alborotado y sus largas pestañas hacían contraste con sus bien proporcionados labios rosados, sus rasgos eran como de dios griego. La manta que lo cubría, solo cubría la mitad inferior de su cuerpo por lo que parte de sus abdominales y toda su espalda estaban a la vista, entonces note un tatuaje pequeño en su espalda. Solo que no podía entender lo que decía porque estaba en chino, o algo así.

Sonreí, aunque sabia que el no podía verme, sonreí porque simplemente este era el momento que había estado esperando desde hace mucho tiempo, estar así, con el. No necesariamente haciendo otras cosas... Sino viendo la paz en su rostro, la sonrisa ridícula que pone cada vez que me ve, y como sus ojos se iluminan cuando me escucha reír. Esos son los momentos que mas añoro, ver su arrogante sonrisa, o como se forma ese pequeño hoyuelo en su mejilla, son esas pequeñas cosas las que me hacen feliz.

Saber que la razón de su sonrisa soy yo, o cuando se pone celoso y junta sus cejas en disgusto, cuando esta molesto y solo mi presencia lo calma, y su risa, oh dios, esa es la mejor parte de todo, su risa, que estoy segura de que derritiria a cualquiera y no solo a mi. Ver la mirada de confusión en sus ojos cuando lo beso y me alejo muy rápido, se ve como un niño cuando le arrebatas su paleta.

Me levante de la cama silenciosamente y me dirigí a la cocina. No había mucha comida en el refri, ni en los estantes. Revise todo el lugar y solo encontré leche, una caja de froot loops jamón y un paquete de sandwichs.

-Hombres- dije para mi misma. Fui a por mi vestido, que ya debía de estar seco y sin manchas y cambie la camiseta de Chase por el, tome mis tacones y me dirigí al baño. Recogí mi cabello en una cola y conseguí un cepillo de dientes en su empaque, por lo que lo tome y me cepille, luego salí del departamento dirigiéndome al supermercado que por suerte no estaba muy lejos de aqui.

Cuando llegue tome espaguetis, mas cereales, jugo, fresas, manzanas, galletas, chocolate, mas leche, un poco de carne, huevos, avena y por ultimo dos kilos de helado. Luego lleve el carrito a la caja registradora en donde una chica de cabello purpura y piercing estaba leyendo una revista.

-Hola- salude. Ella levanto la vista y la bajo de nuevo a su revista mascando chicle, por lo que continué colocando los artículos en la cinta transportadora. Luego su interés despertó y me miro de nuevo.

-¿Eres tu?- dijo enseñándome un articulo dela revista que estaba leyendo, en el que aparecíamos Chase y yo saliendo de la heladería. Asentí. Ella abrió un poco los ojos en sorpresa y exploto la burbuja de chicle, le entregue el dinero correspondiente por todos los alimentos que llevaba y en ese momento me fije en una revista en un estante junto a la caja registradora, como la que ella tenia, en la que aparecía la foto de Chase y yo en una esquina. La tome.

-¿Cuanto cuesta?- pregunte enseñándole la revista. Ella hizo un gesto con su mano.

-Llevatela, no es nada- dijo. Le di una sonrisa de agradecimiento y salí cargando las bolsas en mis manos. Al llegar al edificio me apresure en subir al ascensor justo cuando una pareja subía.

Quienes por cierto no dejaban de besarse y tocarse como si fueran a hacerlo justo ahí en el ascensor.

Marque el piso asqueada y en cuanto llegue salí rápidamente escapando de la morbosa pareja. Gire la manija de la puerta y entre al departamento, cerrando la puerta con mi pie. Me dirigía a la cocina cuando de reojo vi una figura sentada en el sofá, me gire asustada.

Era Chase. Solté un suspiro aliviado.

-¿Sucede algo?- le pregunte- ¿Es tu papa?- dije dejando las bolsas en el suelo. El negó con la cabeza.

-Eres tu- lo mire confundida- Pense que te habías marchado, si avisar- dijo el levantándose. Solo cargaba calzoncillos a cuadros, por lo que tenia una vista perfecta a sus abdominales.

-Solo fui de compras- dije enseñando las bolsas- No tenias nada de comida- lleve las bolsas hasta la cocina con Chase siguiéndome de cerca. Suspiro.

-No tenias que hacerlo- dijo el. Me gire para verlo.

-Claro que si, no tenias nada de comida- me queje.- Ahora quita esa cara de perrito triste y ayúdame a guardar las cosas ¿quieres?- el sonrió y en poco tiempo terminamos de guardar todo. Tome dos tazones y serví leche con froot loops.

-¡Voila!- dije entregándole el tazón a Chase. El sonrió.

-Eres la mejor chef del mundo- dijo sarcásticamente.

-Lo se, lo se- dije haciendo una reverencia, luego recordé la revista.- Oh, mira lo que encontré- se la tendí. El la miro y luego sonrió.



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En el texto hay: karma, drama, comedia humor

Editado: 29.10.2018

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