Hoy se cumplía un mes desde que me mude con Chase, Agosto estaba en pleno apogeo, y hacia un calor terrible, por lo que generalmente me la pasaba en shorts y camisetas sin tirantes.
Nuestra relación iba cada día mejor, no habíamos peleado en todo el mes que estuve en su departamento, excepto por las veces en las que a el le gustaba fastidiarme (justamente en esos días del mes) pero siempre se me pasaba en menos de cinco minutos.
-De verdad no me gustaría interrumpir sus planes solo para que vengan a cenar con nosotros- dije, poniendo un vestido gris frente al espejo.
-Esta bien cariño, hemos estado saliendo solos desde hace 4 días, ya se esta volviendo monótono- se quejo Sam.
Yo reí.
-Esta bien, entonces- sonreí, probando con un vestido negro.
-¿En donde nos vemos?- pregunto.
-Es un restaurante un poco lejos de la ciudad, te paso la dirección en un rato- respondí. La puerta de entrada se abrió y se cerro rápidamente- Ya llego Chase, nos vemos en un rato- me despedí y colgué el teléfono.
-Nena, ya estoy aqui- exclamo Chase.
Corrí fuera de la habitación para encontrarme con el.
-Hola- salude entrando a su oficina. Planos estaban regados en las mesas.- ¿Como te fue en la universidad?- pregunte dándole un beso en los labios.
-Excelente- sonrió.- Voy a darme una ducha y así podremos irnos- asentí, regresando a la habitación. Chase cerro la puerta del baño y yo seguí rebuscando en el armario por algo que ponerme.
Cuando Chase salio del baño fue mi turno de ducharme, tarde un rato perdiéndome en el agua caliente y relajante.
Chase toco la puerta del baño.
-Bebe apurate, si no perderemos la reservacion- dijo su voz tras la madera de la puerta.
-Esta bien- respondí girando la llave, el agua dejo de mojar mi cabeza.
Salí y me puse mi ropa interior. Luego me tape con mi paño.
-Es que aun no se que ponerme...- dije desesperada.
-Creo que tengo la solución- dijo extendiendo su mano debajo de la cama.
-¿Que es eso?- pregunte mirando la bolsa dorada que tenia en sus manos.
-Un regalo- sonrió, tendiéndome la bolsa.
Saque un vestido rojo, con escote de la bolsa.
Mi boca se abrió en asombro.
-¡Es hermoso!- chille abrazándolo.
-Me alegra que te haya gustado- dijo abotonando su camisa.
-Me encanta- Tenia una ridícula sonrisa en mis labios.
Corrí al baño y deslice el vestido por mis caderas, subiendo el cierre. Luego rice mi cabello marrón y me maquille rápidamente, poniendo un labial rojo en mis labios, y dejando lo demás a la ligera.
Salí del baño tomando unos stilettos rojos y metiéndome en ellos.
-¿Te importaría?- le tendí mi collar favorito a Chase.
-Date la vuelta- ordeno. Di la vuelta y sostuve mis rizos a lo alto, el abrocho el collar, y un corazón brillante se situó justo encima de mi escote.
-Lista- sonreí radiante.
El tomo mi mano, y nos dirigimos fuera del departamento.
-Yo conduzco- Dije tocando un botón en el control de mi auto, las luces traseras del Corolla brillaron.
Salimos a las calles ajetreadas de la ciudad de Nueva York, Chase me indicaba que caminos tomar mientras charlábamos alegremente.
Mi teléfono sonó dentro de mi cartera.
-¿Puedes atender?- le pedí a Chase. El asintió sacando mi teléfono, leyó el nombre que brillaba en la pantalla y atendió.
-Hola- saludo- Es Sam- me susurro a mi- Si, eh... Dame un momento- alejo el teléfono de su oreja- Dice que olvidaste pasarle la dirección y que esta justamente saliendo del departamento- levanto una ceja.
-Oh, indicale en donde queda el restaurante- dije cruzando a la izquierda.
-Se llama Donatello, solo pon su nombre el google maps y el GPS te guía- dijo Chase al teléfono. El sonrió y colgó, devolviendo en iPhone a mi cartera.
-¿Que te dijo?- pregunte.
-Muchas gracias idiota, recuerdame pedirte indicaciones mas seguido- dijo Chase poniendo un tono agudo, tratando de imitar a Sam.
Yo comencé a reír.
Luego de unos 20 minutos en la carretera una canción comenzó a sonar en la radio y yo extendí mi mano para subirle.