El Caos

Capítulo 6

Había pasado dos días de lo sucedido, Kai y yo habíamos limpiado mi cuarto, mi padre nunca se dio cuenta de nada, y Maya nunca se lo mencionó.

Dejamos a Maya a la escuela como todos los días. Tenía miedo de que algo le pasará, pero Kai y mi padre me habían dicho que hasta el momento aún no se han secuestrado a niños. Y tal vez ya no lo hagan, según lo que el hombre me había dicho, solo secuestraban a personas adultas.

—Kai, tengo que contarte algo.

—Bien, te escucho.

—Pero no aquí, busquemos un lugar tranquilo. Tal vez la cafetería.

—¡¿Estás loca?! Y que te secuestren, ni lo sueñes. Le dije a Peyton que se quedará en casa, no me arriesgaría a que lo secuestren a ambos.

Frunci el ceño confundida ¿A caso Kai estaba siendo sobreprotector conmigo?

Kai tomó un camino boscoso. Hasta llegar a una hermosa cabaña. Nunca lo había visto, el lugar era tranquilo y silencioso, aquella cabaña estaba pegado cerca del lago.

Ambos bajamos y comencé a inspeccionar cada rincón.

—Bienvenida a la cabaña del lago.

—¿De quién es? —pregunté acercándome a una mesa de jardín de madera. Era bonito, especial para un día de picnic.

—¿La cabaña o la mesa? —pregunta abriendo la puerta de la cabaña.

—La cabaña —respondo volteando los ojos y acercándome a él

—Eran de mis abuelos. Casi nadie viene aquí, desde que ellos murieron esta cabaña está abandonada.

—Es hermoso y tranquilo. —me sincero, siempre quise una cabaña cerca de un lago.

Entramos dentro de la cabaña y me asombre al ver lo ordenado y limpio que estaba todo, pensé que se vería sucio.

—Siéntate. —me senté en el sofá y el hizo lo mismo.

—¿Que querías contarme? —pregunta sin dejar de mirarme —.Querías un lugar tranquilo, y aquí estamos.

Suspiré y no pude evitar sentirme nerviosa. ¿Que pasaría si no me creía? Joder, que hago.

—¿Y luego? —preguntó con un aire de tranquilidad.

—El hombre... Que mataste.

—¿Qué tiene?

-Me dijo algo... Antes de que lo matarás, él me dijo algo aterrador.

-¿Que fue lo que te dijo?

-Los secuestros que ocurren son por órdenes de un... un hombre.

-Pues claro Phoenix ¿Acaso solo secuestrarian por placer? Todo esto tiene nombre y apellido.

-No me interrumpas- dije enojada

-Bueno. Continúa

-Me dijo que secuestran porque todas esas personas serán utilizadas para un experimento ¿Entiendes lo que eso significa?

-¿Que tipo de experimento?- preguntó con el ceño fruncido

-Convertirlos en homicidas. Y se como lo harán Kai.

Me levanto del sofá bruscamente y empiezo a caminar de un lado a otro, Kai sólo me observa desde su lugar.

-Antes de que todo esto ocurriera, quise ir al lago, a poder refrescar mi mente. Tomé un atajo y me adentre al bosque- me quedé quieta parada frente a él- Allí escuche unas voces masculinas, quise saber que era. Y los observé.

Kai no me quitaba la mirada de encima, solo estaba atento a cada palabra que decía.

-Eran varios hombres, todos estaban armados, y uno de ellos llevaba puesto una gabardina negra. Pensé que tal vez era el jefe. Bueno ese no es el punto, allí junto a todos ellos había una caja el cual dentro de él había un hombre, creo que era un vagabundo.

Empecé a jugar con mis dedos, estaba nerviosa, todo este problema me tenía mal. Muchas veces era incapaz de controlar mi ataque de pánico y la ansiedad. Cuando entré al cuartel, empeoró, gracias a las burlas que me hacía Ariella.

-Tranquilízate Phoenix. Si no quieres continuar no lo hagas- dijo Kai en un tono preocupado.

-No. Tengo que contarte todo, llevo sin dormir noches Kai. Tal vez si te lo cuento pueda llegar a dormir hoy.

-Bien, entonces sigue.

-El hombre de la gabardina tenía consigo un frasco y una jeringa. El vagabundo era casi inofensivo, pero cuando el hombre de la gabardina se lo inyecto en su cuello el vagabundo cayó al suelo, pensé que había muerto pero no- hice una pausa para luego proseguir- Un minuto después, aquel vagabundo se levantó, sus ojos...sus ojos ya no eran negros Kai, habían adquirido un tono azul fuerte.

-Era un virus, le inyectaron un virus- susurró

-Exacto, el hombre perdió la razón y comenzó a actuar de forma violenta, incluso era más fuerte. Peleo contra uno de los hombres y él fue quien ganó.

-¿Y luego?

-Comenzaron a disparar contra él pero no podía morir, era, como un ser inmortal. Cuando el hombre de la gabardina lo disparo en la cabeza allí sí pudo morir. Es como si su cerebro fuera el punto débil.

-Joder, ésto es horrible.

Comencé a caminar de un lado a otro nerviosa jugando con mis dedos.

-Kai, usarán a esas personas para convertirlas en homicidas, tenemos que hacer algo Kai. ¡Entiendes! Si no los detenemos, la ciudad acabará y pronto toda la humanidad dejará de existir. O peor aún, estaremos bajo el mando de esas personas.

Comienzo a dar círculos en un mismo lugar.

-Quédate, si sigues así harás un hueco en el piso.

Me quedé quieta y me senté en el sofá, coloque mis codos sobre mis rodillas y sostuve mi cabeza.

—Tenemos que evacuar. —dijo levantándose del sofá —.Llamaré al coronel y le informaré de todo ésto.

Cuando Kai intento salir por la puerta delantera un disparo se oyó.

—¡CUIDADO! —grite, Kai se agacho y se escondió detrás de la pared. Hice lo mismo y me acerque a él.

—Carajo, eso estuvo cerca. —dijo revisando cada parte de su cuerpo.

Kai asomo la cabeza para intentar ver a quien disparaba pero otra bala lo rozó.

—Es un francotirador. —dice buscando algo en los bolsillos de su pantalón.

—Salgamos por la puerta trasera. —digo poniéndome de pie.

—No es seguro, no sabemos si hay más de ellos.

—¿Y que haremos? —pregunté preocupada.

—No lo sé, deje mi rifle en la camioneta.

—Ha de haber algo útil por aquí. —digo buscando algo en los cajones de unos muebles.

Kai se apresuró a cerrar la puerta, y empezó a buscar en otros cajones.




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