El Caos

Capítulo 9

KAI

La miro de reojo mientras conduzco, su mirada perdida en las casas que se deslizan rápidamente fuera de la ventanilla. El sol de la tarde ilumina su rostro delicado, haciendo que su piel resplandezca como siempre lo hace. Cada vez que la miro, siento un nudo en el estómago y mi corazón se acelera. ¿Cómo puedo decirle lo mucho que la amo cuando las palabras parecen escaparse de mí?

Ella parece tan tranquila, tan distante en sus pensamientos. Me pregunto si también está pensando en mí, en nosotros dos. Quisiera tener el valor de hablarle ahora mismo, de expresarle lo que siento, pero las palabras se atascan en mi garganta. A veces pienso que debería esperar el momento adecuado, pero ¿cuándo será ese momento?

El ruido del motor y el suave murmullo de la música en la radio llenan el espacio entre nosotros. Quisiera tomar su mano, detener el auto y mirarla a los ojos, no importaba que Skylar y Maya estén en la camioneta para decirle todo lo que mi corazón guarda. Pero, ¿y si arruino las cosas? ¿Y si no está lista para escuchar mis sentimientos?

El viento agita su cabello suavemente mientras sigue perdida en sus pensamientos. Tomo una respiración profunda y decido que pronto, muy pronto, le diré lo que siento. No importa cuántas veces tropiece con las palabras, lo importante es que ella lo sepa. Porque aunque no lo sepa aún, ella es mi todo, mi razón para sonreír cada mañana.

Sigo conduciendo en silencio, con su presencia a mi lado sintiéndose más intensa que nunca. A pesar de mis dudas y miedos, una certeza se abre paso en mi mente: no importa cuánto tiempo tome, algún día le diré lo que siento. Porque no puedo imaginar mi vida sin ella, y eso es algo que ella necesitaba saber.

PHOENIX

Me encuentro mirando distraídamente por la ventanilla mientras él conduce. El sol de la tarde filtra sus cálidos rayos a través del cristal, y puedo sentir su mirada de vez en cuando posándose en mí. Mi mente divaga entre los árboles Y las casas que pasan velozmente y los recuerdos de momentos compartidos juntos.

Él siempre ha sido gentil, atento y siempre ha estado ahi cuando lo necesite. A menudo me pregunto si él siente algo más por mí. En ocasiones, capturo destellos de emoción en sus ojos cuando me mira, pero nunca ha dicho nada al respecto. ¿Será que yo también podría sentir lo mismo?

Recuerdo la manera en que sonríe cuando estamos juntos, cómo sus manos se vuelven un poco más nerviosas cuando estamos cerca. A veces desearía tener el valor de preguntarle directamente, de saber si lo que siento está correspondido.

El suave murmullo del motor y la tranquilidad que emana de su presencia a mi lado me reconfortan. Aunque no sé qué dirá si un día le confieso mis sentimientos, sé que lo que compartimos es especial. Y tal vez, algún día, encuentre el valor de decirle lo que pasa por mi mente cuando lo miro, cuando él está ahí, tan cerca de mí, conduciendo hacia el horizonte que se abre ante nosotros.




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