La alegría por la llegada de un nuevo miembro a la familia se extendió por todo el señorío, la gente reía más fácil incluso haciendo las tareas cotidianas. Y hacían planes porque la nueva vida parecía traer junto a sí todo el futuro.
Kevan también hablaba mucho de su futura hermana, pues todos habían tomado las palabras de Vivienne de Skye como una verdad incuestionable de que el bebé sería una niña.
Gía la acompañaba más tiempo y su tío estaba completamente sobreprotector sobreprotector. Incluso más de una vez debieron rogarle a Arren que lo mantuviera entretenido en algo más para que su esposa pudiese descansar de sus excesivos cuidados que abarcaban alimentación, horas de sueños y evitarle tareas que él consideraba peligrosas o agotadoras.
-Es natural que esté preocupado y quiera cuidarla- lo defendía Arren a pesar de ayudarlas a mantenerlo ocupado.
-Entiendo que quiera cuidarla, Arren , pero a esta altura mi tía va a arrojarle con algo si no aprende a ser más medido en sus cuidados en lugar de ser excesivo.
-¿Cómo puede ser excesivo el cuidado? – preguntó él y ella lo miró incrédula.Eso explicaba muchas cosas.
-Tendré que explicártelo en algún momento, pero hoy tengo un día muy ocupado. Haremos control de los niños con Bertea para saber cómo está su salud en general y cómo están creciendo- dijo antes de despedirse.
Mientras ellas revisaban y atendían a los niños de Skye, una niña de unos doce años tomaba nota de toda la información que podía serles útil en el futuro.
-¿Quién es ella? – había preguntado Gía la primera vez que la había visto rondando por el lugar de su maestra.
-Tu reemplazo, por supuesto – había explicado Bertea ante su sorpresa- Y quién te asistirá algún día- agregó. A Gía eso le sonó impensable, que habría un día en que Bertea no estaría y ella sería la sanadora –Dentro de mucho tiempo, aún eres problemática y no te dejaré sola, pero necesitamos ayuda. La población de Skye crece, y no sé cuánto tiempo durarán los tiempos de paz.
-¿Volverá la guerra?
-Tarde o temprano lo hace, mi niña. Pero volvamos a concentrarnos en el ahora, en este tiempo feliz, el futuro está lejos y solo podemos tratar de prepararnos, pero no mucho más.
Así que Gía descubrió que ahora ella era también un poco maestra de Alis, la niña que las ayudaba, y eso también le recordó que en efecto, ella había crecido.
Durante aquellos tres años, no había sido muy consciente del tiempo, se había dedicado a dejar que fluyera mientras ella intentaba sanar, pero ahora habría un nuevo bebé en Skye, Kevan estaba cada vez más alto y bajo la tutela de Arren se había vuelto un buen luchador. El tiempo había seguido su rumbo, era una mujer ahora, casi todos seguían recordándoselo cada tanto por la forma en que la trataban. Y aunque ella había hecho todo lo posible por eludir el tema, cada tanto, cuando Arren se la quedaba mirando, se preguntaba cómo la veía.
Y los días siguieron pasando, cuando el embarazo de Vivienne de Skye ya fue evidente y sus malestares pasaron, junto a su esposo decidieron hacer una recepción para dar la buena nueva a lo señoríos que eran aliados y amigos.
Así que Gía se vio sumergida en los preparativos, sobre todo porque su tío le pidió que no dejara que su esposa se esforzara demasiado.
Así que tuvo que concentrarse en aquellas tareas de anfitriona que seguían resultándole molestas, pero lo hizo con compromiso y sin quejarse. Incluso accedió, sin resistencia ,cuando su tía la hizo elegir telas y vestidos nuevos.
- Reith de Fion avisó que vendrá - dijo Vivienne en un tono que dejaba en claro que le preocupaba su reacción. Gía respiró profundamente y se dio cuenta que todos esos preparativos la llevaban al pasado a otra fiesta.
-Será agradable verlo de nuevo – contestó y era verdad. Desde el incidente no habían vuelto a verse, imaginaba que el tiempo también había hecho su labor en él, y volver a encontrarse podría ayudarlo a ambos para dejar ir el pasado doloroso. Ya había pasado años lamiéndose sola su heridas, era hora de enfrentar los restos de las sombras y seguir adelante.
Sin embargo, Arren no tomó las noticias de la misma manera.
-¿Qué tiene que hacer aquí?- preguntó enfadado a su señor.
-¿Ser nuestro invitado? Y además aliado. Es un festejo Arren, y obviamente no podemos no invitarlo.
-Pero él podría haber tenido la delicadeza de rechazar la invitación.
-Arren, lo sucedido no fue su culpa. Y hemos tratado de mantener buenas relaciones estos años, ni siquiera es la primera vez que la gente de Fion nos visita- le recordó Lowen pero el capitán no estaba tan de acuerdo.
Sí, desde que ella volvió. Mi señor, ¿no ha pensado en Gía?¿ En como verlo puede remover todo lo sucedido?
-Sí, lo he pensado y también que alguna vez deberán verse de nuevo. Se hicieron amigos en aquel tiempo, quizás puedan recuperar esa amistad- dijo y Arren ni siquiera se molestó en responder, hizo un sonido parecido a un gruñido y salió mientras sus pasos resonaban con fuerza por toda la estancia.
De allí fue a las lizas y no volvieron a saber de él durante un par de días.
Todos estuvieron muy ocupados acondicionando Skye para el evento y las visitas, había que dejar listas las habitaciones de invitados, comprar alimentos suficientes, alistar las caballerizas, y hacer que todo estuviera impecable y seguro. Arren se ocupó de esa parte, guardias extras, las murallas bien custodiadas y sus hombres instruidos acerca de cuidar quién entraba y salía de Skye .No podían descuidarse porque muchas veces, una jornada de festejo era una oportunidad para los enemigos.
Y cuando llegó el día, se aseguró de estar junto a sus señores para recibir a cada invitado, así que presenció el momento exacto en que Reith de Fion y Gía volvieron a encontrarse.
El joven vino en representación de sus padres , con una pequeña comitiva, y tras saludar a Lowen y Vivienne de Skye, la saludó a ella, fue breve, una inclinación de cabeza y manteniendo una distancia prudente, pero su mirada se detuvo en ella un rato largo, como si estuviese evaluando los cambios que se habían producido en la muchacha, también ella lo observó y finalmente le dedicó una sonrisa leve.
Editado: 31.07.2024