Me sentía ansiosa y emocionada a la vez. Habían pasado muchas cosas desde que regresamos del viaje de Merrel.
Para empezar, tanto Isaac como yo nos introducimos en un sinfín de planeaciones relacionadas a la reconstrucción de la casa de los Taylor; buscamos muchos arquitectos y contactamos con muchos ingenieros, hasta que al fin pudimos terminar de diseñar la casa entera. Me ponía muy feliz y hasta orgullosa de las grandes ideas que tenía Isaac, además de que constantemente me sentía agradecida con él por haberme incluido en sus planes.
—No haré nada si tú no lo apruebas antes. —Había asegurado él, provocando que todas las mariposas en mi estómago se revolotearan dentro de mí.
Por otro lado, mi madre nos había invitado a ambos a cenar en casa, cómo algo formal. Al inicio me asusté un poco; no quería que la rapidez con la que transcurría todo me perturbara, y agradecí de todo corazón que Isaac sea muy paciente.
—Si no quieres, está bien. —Me dijo con una tierna sonrisa. —Ya he estado en casa de tu mamá antes, aunque no hayamos hablado mucho.
—No. Está bien; tenemos que ir. —Le respondí mientras dejaba que me envolviera en sus brazos. —Además, la demolición comenzará pronto, así que tendremos que viajar a Merrel de todas formas. Creo que será divertido tomar una comba y derribar las cosas.
—Sí. —Admitió riendo. —Cómo en los programas de remodelaciones. Por cierto, hablando de eso; no dudo que en la editorial nos otorguen el permiso para estar fuera por un tiempo, el problema sería la excusa para ambos.
Sabía a lo que quería llegar; nuestra relación se había mantenido en secreto por varios meses, y aunque Amanda y Jack estaban al tanto de eso, para el resto de la editorial aún era un misterio la vida amorosa de ambos, en especial la de Isaac, de quienes todos decían que era muy reservado.
—No soportaría que todos en la editorial hablaran de nosotros...
—Deberían; somos la pareja del milenio. —Afirmó. —Un pasado trágico, un amor de novela, un novio guapo ¡Vaya! Cómo en los libros de romance.
Reí después de escucharlo, y negué con la cabeza.
—Anda a tu oficina, Isaac. —Le ordené aun riendo. —Se darán cuenta de que estás aquí.
—Me voy porque tengo una reunión pendiente, pero no creas que te librarás de mí tan fácil.
—¿Eso es una amenaza?
—Es una advertencia. —Aclaró guiñándome un ojo y caminando hacia la salida.
...
"No te librarás de mí tan fácil" Jamás había tenido tanta razón.
¿Por qué? Pues porque el muchacho había aceptado ir a un programa de farándula, del cual no me enteré sino hasta que recibí una llamada de Amanda diciéndome que prendiera la televisión en dicho canal.
—Y cuéntanos Isaac. ¿Qué planes tiene para el futuro?—La presentadora del programa sonreía en su dirección y hacia las cámaras.
Lo miré muy asombrada. Jamás me hubiera imaginado que Isaac se encontraría en aquel lugar, haciendo una de las cosas que menos le gustaban.
—Por el momento estoy concentrado en mi trabajo. —Respondió muy sereno. Parecía como si se encontrara muy cómodo ofreciendo aquella entrevista.
Tomé asiento en el sillón de mi sala aún sorprendida. Era domingo, por lo que me encontraba de descanso en mi departamento.
—Lo imagino; ha sido toda una sorpresa que conozcamos su rostro después de mucho tiempo en el anonimato, es genial cómo toda la comunidad lectora lo aclama en las redes sociales. ¿Tiene algún consejo que darles a todos sus seguidores?
Él lo meditó por unos segundos, hasta que finalmente habló.
—Nunca tengan miedo de expresar lo que albergue su corazón; sea por el medio que sea, siempre es bueno sacarlo a la luz.
—Sabias palabras, señor Anthonyson. —Sonrió la presentadora; era rubia y muy bonita, aunque Isaac parecía no prestar mucha atención a la belleza de ella, en realidad, podía notar que estaba un tanto inquieto y hasta emocionado.
—Sigamos con una dinámica un tanto más divertida. —Propuso la joven mujer mientras acomodaba las fichas en sus manos. —Recibiremos llamadas del público, el cual escogerá un número del uno al veinte, y dependiendo ese número, usted posteará una imagen de su carrete de fotos sin explicar nada. Por ejemplo, si es el número uno, deberá mostrar la última foto tomada, y así. Jugaremos tres rondas; si no desea mostrar la foto, puede responder una pregunta comodina que tengo en mis manos.
—Está bien. —Aceptó él con una pequeña sonrisa.
Justo en ese momento, Amanda ingresó a mi departamento con mucho apuro; lucía muy nerviosa y hasta emocionada.
—¿Qué haces acá? ¿Cómo entraste?
—Con las llaves. —Respondió sonriente mientras tomaba asiento a mi lado. —Les saqué una copia a las tuyas.
La observé con reproche, pero no dije nada; estaba muy ansiosa al ver a Isaac en la televisión, así que presté atención a todo lo que se transmitía en la pantalla.
Las palabras que me había dicho una noche volvieron a mi mente: "Iré a un programa de farándula, pero iré cuando tenga algo importante que informar"
Me revolví inquieta sobre mi sitio; habían pocas cosas que Isaac podría aprovechar para anunciar en tal programa, y ninguna me agradaba.
—Excelente. Tenemos una primera llamada. Hola, estás al aire en "Sin censura" ¿Cuál es tu nombre?
—¡Hola! Soy Cristina. —Habló la voz de una señora. —Estoy tan emocionada de que mi llamada haya entrado. Isaac mis hijos son grandes fans tuyos.
—Buenas noches, Cristina. —Habló Isaac. — Un saludo a tus hijos.