Antes de todo, lo que estoy a punto de colocar en los siguientes párrafos, no lo escribí hoy, sino hace algunos días, en el trabajo, especialmente en una hoja de papel random que encontré sobre el suelo; no sé exactamente porqué les digo esto, pero me resultó muy gracioso.
Ahora sí...
Si has llegado hasta aquí, te lo agradezco muchísimo. Siempre digo que es un placer el poder ser leída por alguien, y lo admito, al inicio no pensé que esto gustaría, pero a lo largo de esta aventura me sorprendí de encontrar gente a la que le gustó la historia. ¡Ha sido lo mejor que me ha pasado en el año!
Es genial poder crear mundos alternos, lugares en los que nos gustaría estar y escribir sobre personas que nos gustaría ser o conocer; esta es la gran ventaja de la literatura. ¡Somos libres en nuestro mundo! y aquella libertad resulta muy contagiosa.
Quizás por eso Isaac Anthonyson nació en mi mente como aquella forma de compensarme a mí misma. Saber que el amor es bonito y sano, de cierta forma te devuelve la esperanza en las relaciones. Y sí, estoy soltera y en espera de aquel chico que supere a mi amado Isaac (jaaaa, la tiene difícil) pero ahí veremos.
Soy sincera, no tenía planeado desde el inicio que su historia acabara así (de hecho, se me ocurrió al tener escritos los diez primeros capítulos) y me encantó la forma tan tierna en la que Amelie escribe sobre él, basada en los muchos recuerdos de su adolescencia. Isaac fue un excelente amigo, y retrató muy bien su propia personalidad al escribir "Orquídea blanca en Otoño", por lo que lo admiro, a la vez.
Estoy feliz, la verdad, porque me siento satisfecha, y aunque aún hay muchas cosas por corregir, disfruto mucho el pasar una buena cantidad de mi tiempo rodeada de libros e historias tan bellas.
Muchas gracias nuevamente, en especial a mis amigas tan bellas que han leído este libro, las llevo siempre en el corazón.
Les dejo aquí abajito mis redes, por si desean seguirme. Nos leemos pronto.
Con amor, Alli.
IG: ponche_26