Nacido entre algodones, Ryuhito estaba hecho para reinar. Después de todo, siendo el único heredero varón de una casa imperial donde aún está vigente la ley sálica, el trato con su persona fue especial desde que dio su primer vistazo al mundo.
Criado con una educación tanto lujosa como estricta, el pequeño fue creciendo en inteligencia y belleza. A los dieciséis años ya hablaba cuatro idiomas e intentaba aprender el quinto, ostentaba las mejores calificaciones y también era el tema recurrente en las conversaciones de las chicas de su preparatoria. Después de todo, la vida del agraciado jovencito no pasaba desapercibida para nadie.
Ni siquiera al día de hoy.
El príncipe tenia veinticuatro años, era considerado uno de los solteros más cotizados de todo Japón. Con un título universitario ya en sus manos y cinco idiomas aprendidos, se dirigía hacia Corea del Sur para estudiar su master en relaciones internacionales, aunque también, con la esperanza de redimir los actos cometidos por sus ancestros en eras pasadas. En cuanto su idea fue planteada, contó con el apoyo inmediato del emperador, de los agentes de la casa imperial, de todos. El príncipe siempre tenía el apoyo de todos.
Apoyo que Lee Young Mi nunca había tenido, hasta ahora.
Nacida en una familia humilde, comer era una odisea. Con una adolescencia marcada por la miseria, estudió en escuela pública mientras trabajaba de sol a sol para poder ayudar a sus padres a salir de la pobreza. Y estaba a punto de lograrlo.
El público aplaudía entusiasmado aquel espectáculo, miro a sus amigas, las chicas con las que había trabajado desde que llego a Seúl en busca de un sueño que finalmente se había hecho realidad. Las lágrimas, el sudor y la sangre que Young Mi había derramado por fin dieron sus frutos.
Sangre, sudor y lágrimas que Ryuhito nunca había derramado, cosa que no impidió que sus ojos se enfocaran de inmediato en la muchacha menuda que cantaba a todo pulmón sobre el escenario aquella noche.
Quería tenerla para él e iba a hacer todo lo posible para lograrlo.
¿Qué haría ella contra los caprichos del príncipe?