El capricho del principe (libro 1)

Capitulo 45

Los tres se miraron por aproximadamente dos segundos, antes de salir corriendo tras el pequeño hombrecillo que claramente era un sasaeng (1). En el proceso, Jong Suk saco una especie de walkie talkie de su bolsillo trasero, lo más seguro es que era para avisar a los hombres que se encontraban por los alrededores.

Young Mi maldijo en voz baja, corriendo a toda la velocidad que le permitían sus zapatos tras el hombrecillo de camiseta azul que estaban empezando a perder de vista. Debió prever que esto pasaría, fans que no sabían respetar los límites existían en todas partes. Solo no pensó que fuera a ocurrir tan pronto… y justo en ese momento.

Con un sonoro rugido, Ryuhito empezó a correr más rápido, rebasándolos a ella y Jong Suk a una velocidad impresionante, tanto, por lo que solo le bastaron unos segundos para alcanzar al hombrecillo, tomarlo de la camiseta y tirarlo al suelo ante la mirada estupefacta de ellos dos y un par de personas que trabajaban en el puerto. Se acercaron a la escena el mismo tiempo que varios hombres de seguridad aparecían, rodeando al príncipe en un incómodo silencio que solo era interrumpido por los pequeños chillidos del hombrecillo que impotente, se removía en el suelo.

— ¡S-suéltame…! — gimoteó—. ¡Voy a denunciarte por agresión!

— Eso debería decir yo — farfullo el príncipe aprisionándolo contra el suelo para que dejara de moverse —. ¿Por qué nos estabas siguiendo?

Jong Suk carraspeó lo suficientemente alto para que Ryuhito lo escuchara. El muchacho se dio la vuelta un poco, gruñendo ante el rostro de desaprobación del hombre y levantándose para cederle el control del asunto y pararse a su lado.Young Mi ni siquiera se movió cuando Jong Suk levanto al tipo por la camisa, sosteniéndolo frente a ellos.

— Responde la pregunta que te han hecho — ordeno con voz dura. Sin embargo, el hombrecillo no dijo nada, solo se dedicó a mirarla con desprecio — ¿Es que no has escuchado? ¡Te estoy diciendo que hables! — Jong Suk lo sacudió con fuerza y el aludido gruño, removiéndose. Abrió la boca para hablar, sin embargo, no dijo lo que ellos esperaban.

— ¿Por qué estas saliendo con él? ¿Sabes el daño que estás haciendo? No solo a los fans, también a las chicas, vas a arruinar el grupo.

Young Mi no se hubiera sentido igual de ofendida si la hubieran pateado en la espinilla. ¿Pero quién se cree que es? ¡Es su vida!

Un eco resonó en su cabeza ¿de verdad lo era?

— Ella no tiene que darte explicaciones de nada— espeto el príncipe rodeándola con un brazo y acercándola a su pecho —. Usaremos el camino más sencillo, Jong Suk. Toma su cámara y borra todas las fotos… también ve a su casa y revisa su computador. Quiero todo en cero.

Jong Suk asintió y el hombrecillo abrió los ojos hasta el punto que parecía que iban a salirse de cuencas en cualquier momento. Hizo una seña al resto de hombres, empezando a llevárselo de inmediato.

— ¡Esperen! ¡Invadir mi propiedad sin una orden es ilegal! — chilló desesperado y Jong Suk bufó.

— Ya verás tú lo que es ilegal.

Sin más palabrería, Jong Suk arrastro al hombrecillo hasta que terminaron perdiéndolos de vista a ellos y a otros dos guardias más que les seguían el paso. Ryuhito suspiro aliviado, sin embargo, ella no se sentía tranquila en absoluto.

— Sera mejor que volvamos a casa.

Asintió dejándose llevar hacia el auto, completamente perdida en sus pensamientos. Quizás ese sasaeng tenía razón y estaba arriesgando el futuro del grupo gracias a la locura que estaba cometiendo por… ¿amor?

Pensó en sus compañeras, ahora mismo aprobaban la relación, pero estaba segura de que no estarían tan felices si algún loco revelaba su relación y armaba un escándalo cuando ellas aun eran novatas. Sobre todo, tratándose del príncipe heredero de un país que aún mantenía frescas las cicatrices de la guerra en el suyo.

— Deja de pensarlo tanto.

— ¿Eh?

Ni siquiera se había dado cuenta que ya estaban en el auto y mucho menos entendía de qué demonios estaba hablando Ryuhito.

— Estas pensando en lo que te dijo ese enclenque sin cerebro — siseó —. Y lo más probable es que estés dudando de nosotros. No lo pienses tanto, Young Mi. lo que paso en ese barco fue lo mejor que me ha pasado en años y estoy seguro que para ti también lo fue.

Apretó su mano con suavidad y no pudo evitar sonrojarse al ver su amplia sonrisa. Indudablemente tenía razón, a ella le gustaba el principito, demasiado… y se hubiera arrepentido por el resto de su vida si no le hubiera dado aquel beso. Sin embargo, eso no evitaba que sus miedos se sobrepusieran a su enorme deseo de disfrutar el momento.

Suspiro de alivio al llegar a la casa, al fin un lugar seguro sin fans locos rondando. Acepto la mano que le tendió Ryuhito para salir del vehículo y le hizo una señal de agradecimiento al desconocido hombre de seguridad que respondió con un asentimiento firme.




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