El capricho del principe (libro 1)

Capitulo 46

Ryuhito soltó con rapidez el cuchillo al escuchar el grito de Young Mi, corriendo hacia el patio en un santiamén solo para encontrarse con la muchacha en el suelo, con una mano sobre el pecho… y a Dae Hyun carcajeándose cubierto de hojas de arbusto.

¿Pero qué…?

— ¡Debiste ver su cara! ¡Estaba para tomarle una foto! — Dae Hyun se apoyó en sus rodillas, tomando aire nada más para volver a reírse. Ryuhito seguía confundido, sin embargo, Young Mi continuaba en el suelo y ya estaba poniendo su mejor expresión de asesina en serie. Si no quería ver sangre, lo mejor era que se apresurara. Así que se acercó a ella, la levanto y la tomó de la cintura con fuerza al ver que ella empezaba a removerse.

— ¡Suéltame! ¡Voy a matarlo! — gruño la muchacha, echa una furia de la cabeza a los pies. Dae Hyun la miro, haciendo una mueca burlona.

— ¿Qué? ¿Me vas a hechizar? — le saco la lengua haciendo que pataleara con más fuerza —. Bruja.

— Dae Hyun, deja de molestarla— lo riño Ryuhito haciendo que su amigo rodara los ojos — Más bien deberías explicarme ¿Cómo demonios entraste aquí? — inquirió enarcando una ceja y Dae Hyun lo vio como de costumbre… como si acabara de enloquecer.

— Tu hermana me dejo entrar.

Intercambiando miradas de horror, Ryuhito soltó a la muchacha y estaba dándose la vuelta para correr hacia adentro en busca de su hermana mayor… cuando él volvió a echarse a reír sonoramente.

— ¡Se la creyeron! ¡No puedo creer que caigan tan fácil! Uno de tus gorilas fue el que me dejo pasar— en ese momento Ryuhito estaba al borde del colapso nervioso mientras que Young Mi sentía que sus instintos asesinos crecían todavía más. Él inhalo profundamente para intentar serenarse y se repitió a si mismo que ese muchacho era su único amigo, por lo que no podía asesinarlo… por más ganas que tuviera. Así que pensó en la manera más rápida de cambiar los aires. Cambiar de tema.

— ¿Resolviste tus asuntos? — inquirió colocando ambas manos sobre los hombros de Young Mi, moviendo los pulgares en círculos sobre su piel para calmarla. No pudo contener una sonrisa de satisfacción al notar como se relajaba, acercándose un poco más a él para aumentar el contacto.

— Si, lo hice. Fue mucho más fácil de lo que creí, resulta que seguía viviendo en la misma dirección que me dio en aquellos tiempos.

— ¿Qué ocurrió…?

—Hablamos, sobre su vida y la mía.

— ¿Y…? — esta vez fue Young Mi la que lo incito a seguir hablando. Su amigo suspiró, como si le fuera difícil contar lo que había pasado.

— Se casó con una mujer y tiene dos hijos. No, no es bisexual… jamás se atrevió a salir del closet.

Young Mi hizo una mueca de tristeza y Ryuhito se sintió realmente afligido. Ese pobre chico seguía atrapado en sí mismo y lo más probable era que jamás saldría de su jaula por miedo. Si lo hacía, iba a tener que hacerlo de forma clandestina, todo por miedo al jodido rechazo.

— Tenías razón, Ryuhito— continuó hablando Dae Hyun ante el repentino silencio —. Venir aquí y aclarar todo era necesario, pero no porque aun sintiera cosas por él. Era necesario para darme cuenta de lo afortunado que soy de poder ser yo mismo frente a todos, sin sentirme avergonzado de ello.

— Me alegro— expresó sincero. Se alegraba de que las cosas hubieran cambiado para él.

— Y todo fue gracias a ti — Dae Hyun sonrió de manera amplia, acercándose a ellos—. Si no me hubieses apoyado en aquel momento cuando Dong Wan te conto la verdad, seguiría escondido, avergonzándome por lo que soy.Tú me hiciste ver que estaba bien ser yo mismo y te lo agradeceré toda la vida. De hecho… perdóname, Young Mi, pero necesito darle un abrazo a este cabrón o no dormiré tranquilo esta noche.

La muchacha se apartó con suavidad, sonriéndoles a ambos. Por una fracción de segundo, creyó notar que tenía los ojos vidriosos, pero no pudo comprobarlo ya que su amigo lo estrecho con fuerza, casi cortándole la respiración. La verdad era que no creía que había hecho algo demasiado especial, pero Dae Hyun parecía tan feliz que se contuvo de decir cualquier cosa para no contrariar su emoción. Se limitó a corresponder su abrazo, intentando imitar su efusividad.

Se separaron luego de unos momentos. Young Mi volvió a acercarse a él mientras su amigo sorbía por la nariz y se secaba las lágrimascon las mangas de la camiseta, en un intento inútil por ocultar sus emociones.

— Planeaba quedarme un rato más — el muchacho tenía la voz quebrada, a pesar de la enorme sonrisa que surcaba su rostro —. Pero será mejor que vuelva al hotel si no quiero acabar lloriqueando como un bebé y perder la poca masculinidad que me queda.

Dae Hyun se dio la vuelta, volviendo a la casa a paso firme. Young Mi y él se miraron por un momento y le pareció que ella iba a decir algo, pero, fue interrumpida de nuevo por la voz atronadora de su amigo.




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