Ryuhito se sentó en el escritorio de su habitación, con un tazón grande de fideos en sus manos. Sabía que se comportaba extraño al no comer con los demás alumnos, pero se sentía inhibido por dos razones, la primera era que no tenía amigos además de Dae Hyun y descubrió con singular horror que era bastante torpe para socializar fuera de temas diplomáticos.
Segundo porque muchas personas lo miraban con desprecio, era incómodo cargar con el pasado cuando tu no estuviste presente en él. Por ejemplo, en clase de historia de esta mañana se dedicaron a hablar de la invasión japonesa al dicho país. Cada vez que mencionaban un crimen cometido por causa de sus ascendientes no hacía más que encogerse en su lugar mientras que el odio hacia él era más que palpable en aquel sitio.
Se sintió mucho peor cuando el maestro menciono con voz calmada que su abuelo había muerto en esa época, mirándolo fijamente. La clase termino con un tropezón nervioso de su parte, varias fotos del acontecimiento y a sus agentes de seguridad haciendo que las borraran de inmediato para evitar controversias.
Pero extrañamente y a pesar de su ridículo anterior, las chicas no paraban de coquetearle con muchísimo descaro, no solo algunas japonesas esparcidas por el campus, también las coreanas. Su tío había dicho que todas las coreanas eran unas regaladas, pero considerando el hecho de que pasaba casi todo el tiempo ebrio y que jamás había conocido a ninguna coreana lo había motivado a ignorarlo rotundamente. No podía hablar de nada sin saber cómo era.
Miro los posters sobre la cama de su compañero, curiosamente no había ninguno del grupo donde estaba esa chica, ladeo la cabeza. ¿Para eso existía internet, no? Abrió su laptop que supuestamente debía utilizar solamente para estudiar, porque sí. La casa imperial también solía controlarle el acceso a internet para evitarle distracciones en sus deberes.
Chasqueo la lengua al ver que todos los resultados salían en Hangul, aún le costaba un poco leerlo. Después de todo, había aprendido coreano por sí mismo ya que la casa imperial se negaba a pagarle un maestro. Algo que curiosamente, jamás paso cuando quiso aprender inglés, francés o alemán, para esas clases todo siempre estuvo disponible.
— ¿Qué estás haciendo? — Salto en su sitio al escuchar a Dae Hyun, casi derramaba el caldo de los fideos en todo el teclado.
— Gracias por avisarme que entraste— le recrimino, ganándose una desinteresada seña de su compañero que no paraba de mirar la pantalla de la computadora.
— ¿Te gusto Skyfall? — Pregunto sonriente, se encogió de hombros.
— Digamos que me llamo la atención— Respondió tratando de sonar desinteresado, Dae Hyun asintió mirándolo, demasiado contento para su gusto —. Estas de suerte, puedo darte toda la información que necesitas.
— ¿Eres muy fan de ellas? —. Negó ante su pregunta.
—En realidad, no. soy muy fan de Twice — señalo uno de los posters tras de él, el cual tenía nueve chicas posando sonrientes en una playa, demasiado infantil para su gusto —, Pero, digamos que Skyfall es especial para mí y se mucho de ellas.
— ¿Por...? — ¿Acaso era un psicópata que las perseguía por la calle?
— Porque, amigo mío, mi padre es el dueño de la empresa donde son parte, digamos que ellas me pagan el master — un gran «ooh» se formó en sus labios, con razón parecía tan eufórico el día del concierto, su padre le había exigido aquello.
—. ¿Podrías decirme como se llama ella?
Señalo a la muchacha que lo había... ¿Cautivado? ¿Atraído? ¿Hechizado? No sabía con qué adjetivo referirse a su repentino interés hacia ella, Dae Hyun miro la pantalla, negando levemente.
—Tienes gustos difíciles, eh.
— Su nombre es Young Mi — asintió, tratando de guardarse aquel nombre en la mente, Young Mi... La verdad es que no era un nombre muy bonito —, Es la líder del grupo y la señorita carácter de perro, no pensé que la escogerías de bias.
¿Bias? ¿Qué era eso...?
— Bias es tu favorito del grupo — se apresuró en aclarar Dae Hyun al ver su cara de confusión, asintió lentamente, esperando a que continuara, —. Normalmente los fans suelen hacer muchas cosas por el grupo en general, pero en especial por su bias, como donar en su nombre o cosas así.
— ¿Y cuál es el problema con que ella sea mi... bias? —. Preguntó Dae Hyun sonrió negando rápidamente.
— No hay ninguno, solo que como te dije anteriormente, Young Mi tiene un carácter complicado. Pero si de verdad te gusta cómo trabaja en el escenario y quieres seguirla, adelante, estás en tu derecho — Ryuhito le dio un trago a la sopa en sus manos, mirando la imagen de aquella chica una vez más.
La verdad es que su sola imagen lo ponía, muchísimo. Para que iba a negarlo, pero estaba seguro que ahí había mucho más que mera atracción sexual, algo intrigante. Quizás era porque estaba acostumbrado a ver mujeres sumisas, con la cabeza gacha siempre dispuestas a atenderle de una forma u otra sin rechistar, en cambio, ver a una chica que en una simple foto parezca tan orgullosa le parecía extraño, ajeno y por demás, atrayente.