Ryuhito mordió su sándwich estudiando atentamente el libro en sus manos. Debía ser sincero, las relaciones internacionales no le atraían en absoluto, pero tampoco es que tuviera demasiada opción. Desde chico, la casa imperial fue guiando su carrera de manera estricta permitiéndole alguno que otro pasatiempo.
Recuerda que le gustaba mucho el teatro. De niño tuvo permitido asistir a varios talleres y en la adolescencia perteneció al club de su escuela, pero como siempre, tuvo que olvidarse de eso cuando llego la vida adulta y tuvo que entrar en la universidad para estudiar Ciencias Políticas.
Se sentía extraño con tanta libertad, aunque iba a verlo un agente de la casa imperial todas las semanas y tenía a sus guardaespaldas las veinticuatro horas siguiéndolo era más de lo que había tenido en toda su vida. Procuraba no agobiarse con ello.
Después de todo, no iba a durar más de dos años.
Decidió dejar el libro a un lado, volviéndolo a guardar en su maleta, suficiente estudio por hoy. Habían pasado ya varios días desde que llego a Corea y ya podía comer tranquilamente en el patio del campus ya que por gracia divina, los alumnos que solían matarlo con la mirada estaban empezando a ignorarlo simplemente. ¡Era una maravillosa sensación!
Aún tenía algo de tiempo por delante, así que decidió dar un paseo, eso sí, con lentes de sol puestos. El verano en Corea era agradable, pero cegador… igual que ella.
Una sonrisa maliciosa se plantó en su rostro al recordar ese fugaz pero encantador encuentro. En definitiva, quería verla de nuevo. Se preguntaba cómo podía hacerlo, después de todo no es demasiado normal encontrarse famosos por ahí y estaba seguro al cien por ciento de que no era buena idea volver a la agencia.
Había intentado investigar que tantas cosas hacían los idols para encontrarse con sus fans, pero no había encontrado nada de Skyfall. Sabía que estaban teniendo presentaciones por ahí y habían ido a uno que otro programa pero no tenía noción de más nada, en ese punto, se sentía bastante frustrado. Young Mi ya era una chica bastante difícil por si sola como para agregarle aún más barreras.
— ¿Pensando en la loca de nuevo? — La voz de Dae Hyun le hizo dar un brinco.
— ¿Podrías dejar de aparecer de esa forma? — inquirió llevándose una mano al pecho en señal de espanto, mirándolo de los pies a la cabeza, su amigo solo se burló.
— No. tus reacciones son muy divertidas, fíjate que a tus gorilas también les causa gracia— señalo con el pulgar a los hombres detrás de él que efectivamente intentaban contener la risa, frunció el ceño —. No frunzas tanto el ceño, te vas a arrugar.
Rodó los ojos negando y preguntándose momentáneamente porque se había hecho amigo de ese chico, luego recordó que era el único que le hablaba sin desprecio — Eres muy gracioso, Dae Hyun ¿no tienes nada que hacer?
— El sarcasmo es la forma más refinada de humor, amigo mío. Y no, no tengo nada que hacer, tengo hora libre igual que tú — el muchacho sonrió empezando a caminar a su lado sin importarle para nada su opinión al respecto. Sin embargo no dijo nada y dejo que lo acompañara, notando que su compañero de cuarto era igual de solitario que él. Las personas apenas y lo saludaban por mera cortesía, nada más. De hecho, en todo el tiempo que había estado en Corea jamás lo había visto hablar con nadie además de las chicas en la agencia y su propio padre.
— Oye ¿puedo hacerte una pregunta? —. no quería ser grosero, pero la verdad es que la curiosidad lo mataba, Dae Hyun asintió.
— ¿Tú siempre estás solo...? — Dae Hyun ladeo la cabeza extrañado ante su pregunta, joder, que eso no se escuchaba tan mal en su cabeza —. Digo… este… ¿no tienes amigos?... como siempre eh… olvídalo. — se sintió mal por su estupidez, la había cagado seguramente.
—Si tengo un amigo— contesto el muchacho con tranquilidad, sorprendiéndolo. Lo observo curioso —. Tú eres mi amigo, masoquista, pero al fin y al cabo mi amigo — así que tenía razón, sus suposiciones eran ciertas. Sonrió
— Tú también eres mi amigo… un poco raro, pero mi amigo— Dae Hyun rio.
— No puedo negar esa afirmación y tienes suerte de que sea así, porque otro te manda a volar por hacer ese tipo de preguntas, hablo en serio alguien tiene que enseñarte a socializar— lo reprendió con diversión a lo que se encogió de hombros, admitía que no era el mejor en esa área.
— ¡Hablando de socializar! Tengo algo para ti — exclamo de repente, sacando un boleto de su bolsillo para entregárselo «Skyfall first fanmeeting» rezaban las letras impresas en el papel. —. ¡Es la primera reunión de fans de Skyfall! Appa me dio el boleto para ti, aún no ha sido anunciado. Tienes mucha suerte, eh. Le dio un codazo cómplice y él sonrió emocionado, dando una inclinación de agradecimiento.
— ¡Muchas gracias! Pero espera… ¿tú no iras?