El capricho del principe (libro 1)

Capitulo 26

— ¡Ryuhito! ¡Me alegro mucho que hayas venido! — ella misma se sintió asqueada del tono meloso que había usado, pero le daba completamente igual. Todo sea por ver la cara de estupefacción de Min Suk.

— Uhh… yo también me alegro de verte, Young Mi — titubeó inseguro el muchacho, rodeando su cintura con un brazo e inclinándose hacia su oído.

— ¿Te acabas de volver loca, acaso? — susurró con un intento de sonrisa. Ella en respuesta, pellizco su nuca disimuladamente. Él siseo de dolor apartándose levemente y ella lo miro a los ojos usando su sonrisa de «sígueme la corriente o te castro» para luego volver a apretujarlo con fuerza. Inconscientemente, inhalo con fuerza al esconder la cara en su pecho, joder, ese perfume iba a terminar matándola un día de estos.

— ¡Qué bonito que eres al venir a apoyarme! ¿A que no es lindo, chicas? — exclamó dándose la vuelta ligeramente para mirar a sus compañeras, sin soltar al príncipe en ningún momento.

Todas asintieron dudosas, aun en medio de su estupefacción. Volvió su vista a Min Suk, que tenía la mandíbula desencajada de la impresión, volviendo a mirar al principito de la cabeza a los pies. Sonrió maliciosa « eso es, obsérvalo bien porque jamás vas a volver a acercarte a él» murmuró su cerebro en un eco orgulloso… posesivo.

— Creo que lo mejor será que nos vayamos, Min Suk — dijo Ji Yoon con claro nerviosismo, tomando a su amiga por el brazo y desapareciendo por el pasillo a paso acelerado.

Alegre, volvió a mirar a la cara al principito que mantenía una expresión neutra, los labios apretados y sus ojos que se clavaban con intensidad en los suyos. Un sonrojo violento se apodero de su cara, madre mía. ¿Qué acababa de hacer?

— ¡Tengo que hablar contigo! — Farfulló tomándolo por el brazo y entrando al camerino rápidamente, por suerte no había nadie del staff. Seguramente estaban en la sala de descanso probando el catering que había provisto la televisora que organizaba el concierto. Ryuhito se cruzó de brazos frente a ella, su expresión neutra había sido reemplazada por una de pura diversión.

— ¿No debo emocionarme, verdad? Sigo siendo un tonto — musitó risueño y ella intento fruncir el ceño para parecer enojada, pero por alguna razón las comisuras de su boca se alzaron, dejando ver una pequeña sonrisa.

— Efectivamente, sigues siendo un tonto, principito.

Él puso los ojos en blanco antes de suspirar divertido — Tú también me caes mal, Young Mi. Ahora, como soy un tonto me vas a explicar qué demonios fue lo que paso ahí afuera.

Young Mi se encogió de hombros, dejando ver su expresión culpable.

— Es que esa chica es una zorra… — explico como si fuera la cosa más obvia del mundo —. No puedo dejar que te relaciones con zorras.

Ryuhito abrió los ojos impactado, para seguido echarse a reír a carcajadas plenas y sonoras. Ella se quedó en silencio, tratando de no reírse también. La verdad es que su excusa sonaba bastante estúpida, por demás. ¿Qué le importaba a ella que él se relacionara con todas las zorras que quisiera? Su cerebro hizo corto circuito ante ese pensamiento y frunció el ceño, pensando en la coquetería constante del principito, sus burlas, su preocupación por hacer las cosas bien con sus padres, su irresistible perfume y sus miradas intensas… ¿de verdad no le importaría que también fuera así con otras chicas? El ardor de su garganta le hizo ver que aquello no era así, no quería que tuviera esa actitud con otras mujeres… solo quería que fuera así con ella.

Y ese pensamiento la asusto a sobremanera. ¡Concentrada, Young Mi! ¡Tienes una carrera que proteger!

— ¿Por cierto, que estás haciendo aquí? No esperaba verte — su tono de voz se escuchó más brusco de lo que pretendía y ahora él frunció el ceño, extrañado por su repentino cambio de humor —. ¿y cómo consiguieron un pase para entrar a camerinos?

— Yo tampoco esperaba venir — Ryuhito se encogió de hombros —. Pero Dae Hyun apareció repentinamente con las entradas y los pases ayer.

— Y tú no te negaste — Acusó gruñona y Ryuhito sonrió ladino.

— Digamos que cuando se trata de ti me es difícil negarme — al ver su sonrisa culpable no pudo seguir más tiempo enfadada —. Además, también debía hablar contigo… es sobre algo muy desconcertante que ocurrió el otro día.

— ¿Les paso algo a mis padres?

Ryuhito negó repetidas veces e hizo una mueca de desagrado. Ella se preocupó de inmediato, ya que aunque no se tratara de sus padres, su expresión dejo ver que era algo feo. Él se acercó a la puerta y pego su oído a ella, para luego dar un par de golpecitos. Madre mía, estaba comprobando que nadie estuviera escuchando ¿tan malo era? Al parecer si, ya que el principito volvió a mirarla con cara de funeral.

— Es sobre Dae Hyun — empezó a explicar titubeante, ella se quedó en silencio al ver que le parecía muy difícil decirlo —. El día que fuimos a la embajada, descubrí a su padre golpeándolo con un cinturón en cuanto regrese a la habitación.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.