En medio de un sueño, Bianca se miró bailando en el salón, acompañada por un hombre de profundos ojos negros. Reconoció a Raudel y se descubrió como Nathalia en el reflejo de una ventana. Conversaban en un idioma que solo ellos comprendían. Eran felices, pero en un parpadeo, la angustia invadió el corazón de la hechicera, quien veía a su compañero envejecer, hasta morir entre sus brazos.
Una nube de polvo dorado abandonó a Raudel e inundó a Raighné, mientras el cuerpo sin vida se transformaba en madera y la casa lo absorbía. Nathalia levantó a su hijo y lloró con amargura la partida de su amado, jurando que solo se separarían por un breve momento, pues ella haría un cuerpo para él.
Tras esas palabras, todo se tornó oscuro y Bianca durmió hasta la mañana.
¿Listo para la segunda parte?
Editado: 19.11.2024