Estaba tan agotada que le costó levantarse en la mañana y mantuvo el diario con ella mientras pensaba que hacer, pues si la madera era capaz de obedecerlos, no importaría en que parte de la casa lo ocultara. Rayden no despertó esa mañana, pero no le preocupó, porque después de lo ocurrido, dormiría al menos tres días, y considerando eso se animó a leer el diario. Al terminar sus labores subió al descanso para revisarlo y rápidamente descubrió que tan diferente era aquel que escribió esas páginas.
Confirmó que sentía una pasión desmedida por la música y en algunas palabras escribió claves musicales en lugar de sílabas, lo que hacía confuso leerlas. También era un entusiasta de los postres y tenía una lista de la que había tachado más de la mitad. Además, escribía mucho sobre Isabel, y lo fascinante de escucharla, cantar y tocar para ella. En lo que a él concernía, no existía persona en el mundo más importante que su madre y de igual manera admiraba a su padre. Incluso deseó ser como el caballero que cuidaba a su familia, atento con su esposa y cariñoso con sus hijos.
Él creció protegido por un padre amoroso, hasta que Raudel se entrometió y su vida cambió de pronto, destruyendo aquellos sentimientos.
“Mi padre está loco. Es eso o se le ha podrido la cabeza de madera hueca que tiene. Alguien se apropió de su cordura, no hace más que decir locuras. Dimitri también enfermó y él dice que eso es perfecto, que era lo que tenía que suceder. ¿Cómo podría estar bien que otro de sus hijos agonice? Es verdad que se porta cuál idiota con mi madre ahora que descubrió lo sucedido, pero eso no significa que no hagamos algo.”
Cuando su familia empezaba a desmoronarse, él también comenzó a cambiar, pero Bianca no pudo seguir leyendo porque Graciel anunció la cena en un grito, haciéndola dar un salto. Cerró el diario pensativa, bajó a la cocina y después de limpiar se fue a su habitación. Lo guardó bajo llave, se dio un largo baño antes de acostarse y al encontrar la página donde se interrumpió, siguió leyendo. Raighné pasó de ser el padre amoroso que él admiraba, a un déspota que parecía querer deshacerse de ellos y Rayden no estaba feliz con ese cambio repentino.
“¿Qué es lo que le sucede? Nos ha convertido en sus prisioneros. Hace tanto que no salgo de aquí que creo que me estoy convirtiendo en madera. Es como si ya no fuese mi padre, siento que incluso su voz se oye diferente y mi madre no habla al respecto. Rompió los compromisos de Liliana, Rosaura y Dimitri. No le importa lo que sienten, ni siquiera tiene una buena razón, solo quiere verlos destruidos. Se justificó con la muerte de Fernando, pero ¿Cómo podría una cosa relacionarse con las otras? Además, cerró la biblioteca diciendo que la necesita y nunca lo he visto leer nada. No soporto mirar a Dylan tan triste y logré colarme para robar algunos libros, pero yo sé que ese hombre no es mi padre y voy a probarlo.”
Esas palabras trajeron a su memoria algo que leyó en el libro negro. Colocó el diario sobre la cama, sacó el ejemplar, fue directo a la página de la enfermedad y leyó con cuidado hasta dar con la línea que buscaba. “El sujeto debe haber perdido el deseo de luchar, para ser consumido con rapidez.” Bianca cerró el libro con violencia, pues era evidente lo que sucedía. Raudel se había apoderado del cuerpo de su hijo y trataba de recuperar su magia, debilitando de a poco a sus nietos para destruirlos. Molesta, tomó el diario y continuó leyendo.
“Mis hermanos están cayendo como hojas, mi familia se desmorona y ahora mi madre está ocultándome cosas. Ella sabe lo que le ocurre a mi padre, pero dice que puede resolverlo sola y tengo miedo de lo que esté tramando.”
Bianca se sintió afligida al leer esas palabras, pues sabía que, si Rayden hubiese descubierto lo que Isabel tramaba, la habría detenido, y no le quedaban dudas de que su muerte lo había dejado deshecho. Era triste pensar que ella se sacrificó para hacer volver a Raighné e incluso en ese diario estaba la confirmación de su éxito.
“No ha dejado de llorar por las muertes de mamá y mis hermanos, pero no estoy seguro de poder confiar en él, mi madre murió por su culpa y repite que no estaba consciente de lo que sucedía, ¿pensara que soy estúpido? Asegura que debemos encerrarlo en el sótano y la idea me agrada, si le añadimos dejarlo morir de hambre. Le entregó las herramientas doradas a Rehys e insiste en que no debemos devolvérselas. Es la primera vez que habla de nuestro abuelo y solo son incoherencias. Ya no sé qué creer. La verdad no me importa lo que le pase.”
Hubo un periodo extenso entre esa nota y la siguiente y la razón se volvió evidente con leerla.
“Mi padre decía la verdad, el abuelo no murió, jamás se fue. Debí haberlo escuchado y ahora no puedo recuperar a mi padre, no sé qué se supone que haga. Está encerrado en el sótano, pero la casa no deja de crujir. Atraparlo no fue sencillo y ahora Lili también está enferma y él no deja de decir que todos vamos a perecer. Estoy seguro de haber escuchado a alguien gritarme cuando dormía. Sé que sueno como desquiciado. Necesito traer a mi madre de vuelta, es la única que puede ayudarme, solo ella lograría devolvernos a mi padre. Rehys ya me entregó las herramientas. Estoy dispuesto a hacer lo que sea necesario”
Bianca percibió el peor cambio, en la siguiente nota llena de odio. No escribió por mucho tiempo, ocupado con la muñeca de Isabel, y si estaba en lo correcto, ese fragmento faltante coincidía con el del diario de Rehys, donde hablaba del ánimo decaído y distante de su hermano. Con la muerte de Lili, de ocho hijos, ya solo quedaban cuatro, aunque quizás, ya no quedaban más que tres. Los recuerdos de Rayden se perdieron por hacer la marioneta, y no volvió a escribir hasta que los recuperó, al perder a su madre por segunda vez, a causa de Orianna y Raudel, y no iba a tolerarlo.
Editado: 02.11.2024