El carretón de los perros contentos.

Ready player one.

“Traje de Varia”.

Decía la placa de aquella capsula transparente que encerraba una especie de uniforme, cual si fuera un traje de buzo ceñido al cuerpo, el color azul y la forma modernista de su casco que podría ser de motociclista, lo hacían parecer más un traje espacial o equipo de rescatista, ya que sobresalían en relieves, que cubrían sus piernas, antebrazos y parte de su pecho, depósitos para armas o herramientas que ni idea tenia de que hacían ahí, ni quien lo había confeccionado, bueno; ¡Ni siquiera sabía que hacia él ahí! Tocó un botón que fulguraba en azul y el traje fue desplegado, trató de tomarlo pero un par de soportes metálicos no lo dejaron moverlo, al parecer era algo pequeño para su tamaño, pero colocándose de espalda con respecto al traje para medírselo, accionó el sistema de despliegue y en menos de 15 segundos se vio vestido con aquel fantástico traje, y ya cuando la careta del casco cayó, cubriendo su rostro, comenzó a leer parámetros holográficos que ni siquiera podía entender, se sentía ligero y ágil, dio un paso y sintió un hormigueo por todo el cuerpo, era como si alguien le estuviera dando masajes, hormigueo que se detuvo hasta que el traje se ajustó a sus medidas, levantó el brazo para verse las manos, y tan solo tenía una, ya que en la derecha, una especie de arma luminosa fulguraba, era como si tuviera una turbina de avión adherida al brazo, lo sacudió para tratar de quitársela, intentó ayudándose con la otra mano pero tan solo logró hacerla girar, y el arma o lo que fuera, cambio de color, observó la estancia y todo a su alrededor, un largo pasillo de forma hexagonal, con paredes metálicas se perdía en la distancia, estaba iluminado con luces que corrían a lo largo de todas las paredes y comenzó a caminar, pero como se veía que el pasillo era muy largo, aceleró el paso, se sentía tan ligero que empezó a correr y el traje lo hizo comenzar a deslizarse, no sabía aún que velocidad había alcanzado cuando miró una puerta y se detuvo sin dificultad, como si en vez de ir corriendo estuviera caminando.

  - ¡Jijos! Yo pensé que me iba a impactar con esta puerta.

Pensó y automáticamente tocó la luz parpadeante de la puerta, ésta se abrió como se abriría un esfínter metálico de forma hexagonal y al cruzar, una gran estancia construida con paredes transparentes, como si fuera un domo esférico poligonal, le regaló una impresionante vista de un cielo estrellado; ¡Pero por todos lados! Como si estuviera en una estación espacial.

  - ¡Diablos!

Volvió a pensar mientras estudiaba el lugar, algo que se deslizaba por las paredes llamó su atención, entre otras cosas que comenzaron a bajar a rapel colgadas de delgados hilos desde los altos techos poligonales.

  - ¡Modo de combate activado!

Se escuchó una voz femenina desde el interior de su casco, y su arma o lo que fuera que trajera en su brazo, automáticamente giró y cambió su color, distraído esquivó con un automático movimiento de reflejo, una de esas cosas que se le acercaban y que al parecer le había saltado encima, tenían la forma de arañas metálicas que se posicionaban a su alrededor, como queriendo acorralarlo.

- ¡Ready player one!

Se escuchó una voz femenina desde el interior de su casco, mientras la frase aparecía escrita en la careta, a manera de holograma.

  - ¡Es un juego de video!

Se dijo y comprendiendo un poco su situación, empuñó su mano y una especie de bolita de energía salió disparada de su arma, comenzó a mover los dedos y los disparos salían de diferente manera, hasta que se dio cuenta que, empuñándola, cargaba la potencia de su arma y lanzaba un disparo poderoso.

  - ¡Ya entendí! Es Metroid y estoy en una especie de súper ultramoderna sala virtual del juego de Metroid; ¡Ahora verán méndigas arañas espaciales!

Y ya un poco más en confianza, recordando la temática de un juego de video que le encantaba jugar cuando era más joven, de eso unos 15 años atrás, entabló una fantástica batalla espacial en aquella estación espacial virtual, no supo cuánto tiempo duró aquella diversión, bueno, mientras siguió siendo divertida, porque mientras más tiempo pasaba, las arañas se volvían más difíciles de matar, y aunque alcanzó a salir de la enorme estancia poligonal, recorriendo pasillos hexagonales y diferentes áreas, los enemigos fueron aumentando su nivel en fuerza y tamaño, hasta que.

-Game over.

Se escuchó en el interior de su traje.

Una semana antes de esta batalla espacial, el chofer de la Unidad 038, después de tratar de averiguar qué había pasado con el taxi 042 y su amigo, optó por ir directo a su casa a preguntarle a doña Gloria por lo sucedido a su hijo, o a darle la mala noticia, porque en realidad nadie sabía nada, ni en las delegaciones de policía, ni en los corralones de tránsito, ni en los hospitales, ni en el cártel de Anzaldúas, ni en el de Osiris, la unidad 042 de la base Reynosa y su conductor, habían desaparecido sin dejar rastro, porque al otro día del accidente, ni los cuerpos de los perros muertos habían sido encontrados, pero al llegar a su casa en la “Unidad Obrera”, la encontró cerrada, ni siquiera los ladridos del “Coquito” escuchó cuando tocó la puerta, y optó por retirarse, pensando en que tal vez la mamá de su amigo Billy, había salido porque ya alguien le había dado la terrible noticia.

  - ¡Señores! ¿Alguien que haya visto al 042?




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